Un 9 d'Octubre pospandémico

9 d'Octubre

La “España polifónica” ensaya en Valencia 

En la semana del 9 d'Octubre, conmemoración de las instituciones de gobierno creadas tras la simbólica entrada de Jaume I en València hace 738 años, llegan a su fin la mayoría de las restricciones por la COVID-19 que todavía estaban vigentes. La Generalitat ha reducido al mínimo las restricciones y la mascarilla solo será obligatoria en casos puntuales en los que no haya suficiente distancia social. 

Tan señalada festividad sirve, de esta manera, para marcar también un hito: el de la entrada de la Comunitat Valenciana en una situación pospandémica que hará necesario mantener la preocupación frente al coronavirus pero permitirá que la normalidad se instale en la vida cotidiana, con la mayoría de la población vacunada y, por tanto, protegida de una enfermedad peligrosamente contagiosa que ha trastocado el mundo. De ahí que la alta distinción de la Generalitat Valenciana se haya otorgado esta vez a los equipos de vacunación.

Solo ese hecho debería ser un motivo de unión y de celebración. El cartel oficial del 9 d'Octubre de este año, diseñado por Antonio Moratalla, de STV Comunicación, e inspirado en el cartelismo valenciano de vanguardia de los años 30, ha buscado reflejar cómo el sol se eleva sobre el Mediterráneo en el cielo con la intención de apelar a aquello que todos los valencianos comparten, “el orgullo de pertenecer a un pueblo que mira con optimismo el futuro”.

Sobre ese futuro, sin embargo, hay notables diferencias y mucho ruido en la esfera pública de esta tercera década del siglo XXI. El debate territorial o, dicho de otra manera, la crisis del Estado de las Autonomías cuya herida más sangrante es el conflicto causado por el independentismo en Catalunya, está abierto. Entre la intención recentralizadora que cada vez más exhibe un sector de la derecha española y el secesionismo catalán, la mesa de diálogo del Gobierno con la Generalitat de Catalunya va a necesitar ideas y propuestas que perfilen una España plural en la que poder encajar cualquier salida.

El federalismo, es decir, la evolución “natural” del Estado autonómico hacia un modelo plenamente federal, gana terreno en formaciones como el PSOE y gobiernos de izquierdas como el del Pacto del Botánico comparten esa fórmula de organización política por encima de las reivindicaciones específicas de sus socios. Una jornada organizada por la cátedra Prospect Comunitat Valenciana 2030, centró en ese asunto sus aportaciones bajo el título de la “España polifónica”. El presidente Ximo Puig, convertido en uno de los principales portavoces de la alternativa federalista, aseguró que es la fórmula que hará posible la “reconexión emocional” de los pueblos que conforman el Estado. El próximo fin de semana le toca defender esa opción en el congreso federal del PSOE, que se celebrará en València.

Ecos de la convención del PP y el acto de la plaza de toros

Repliegue de ideas, despliegue de agitación 

El PP hizo una demostración de masas en la plaza de toros de Valencia como colofón de su convención nacional. Su líder, Pablo Casado, certificó ante un coso lleno de afiliados y simpatizantes enfervorizados, la apuesta por una orientación derechista de su estrategia, sin más novedad de planteamientos que derogar, en el caso de llegar al poder con el apoyo de la extrema derecha de Vox, todo lo que haya hecho el actual Gobierno de izquierdas e, incluso, leyes anteriores que los populares respetaron durante el mandato de Mariano Rajoy. 

El repliegue de ideas se acompañó de un despliegue de euforia y reafirmación partidista. Sin la menor referencia a la corrupción que marcó la hegemonía de la derecha en las instituciones valencianas y que todavía se ventila en los tribunales, el PP reivindicó por ejemplo a Rita Barberá, rehabilitó con un protagonismo menor a Francisco Camps y descalificó al Gobierno del Pacto del Botánico. Sus líderes locales, Carlos Mazón y María José Català, se postularon como futuros inquilinos del Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, respectivamente. Fue, como explicó Laura Martínez en su crónica, una especie de regreso al futuro del PP.

El escándalo de los 'Pandora Papers'

La querencia de Julio Iglesias por los paraísos fiscales... y de Santiago Calatrava

Los Pandora Papers, la investigación periodística que ha accedido a millones de documentos sobre los mecanismos de evasión fiscal a través de sociedades en paraísos fiscales en los que figuran mandatarios, artistas, deportistas, empresarios y ricos de medio mundo, han sacado a la luz a un viejo conocido de la afición valenciana. No ha sorprendido a nadie que el nombre del cantante Julio Iglesias forme parte del escándalo, dada su querencia por este tipo de procedimientos para evadir el pago de impuestos.

En la época como presidente de la Generalitat de Eduardo Zaplana, hoy imputado en el caso Erial de corrupción, el intérprete fue nombrado “embajador de la Comunidad Valenciana” en el exterior, un cargo por el que cobró más del doble de los 375 millones de pesetas (2,2 millones de euros) que declaró oficialmente el Instituto Valenciano de la Exportación. Eran los tiempos de los grandes eventos y los grandes proyectos del PP valenciano en el poder y a Julio Iglesias se le pagó una importante cantidad de dinero público en paraísos fiscales. No es de extrañar que se refiriera a Zaplana con el apelativo de “campeón”. Un campeón cuyo testaferro, Joaquín Barceló, por cierto, también emerge de los Pandora papers.

Un poco menos previsible era la presencia del arquitecto valenciano Santiago Calatrava en los papeles de esa investigación periodística. El autor de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, así como de varios puentes y una estación de metro en la ciudad de València, que estuvo en el centro de la polémica por los enormes sobrecostes de sus aparatosos edificios, usó un entramado de sociedades opacas en Islas Caimán, Islas Vírgenes y Delaware. El abogado de Calatrava, que reside en Suiza y tiene pasaporte suizo, alega, según El País, que “sus empresas realizan todas las declaraciones de impuestos aplicables en los países donde operan”. ¡Faltaría más!

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Una exposición en recuerdo de Carmen Alborch

Carmen Alborch fue polifacética: catedrática de Derecho Mercantil, directora del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), ministra de Cultura... feminista, activista, política. Una exposición en el Centre del Carme Cultura Contemporània se asoma a la vida y la obra, que es lo mismo que decir “al arte y la vida”, como refleja el título de la muestra, de una mujer inclasificable fallecida en 2018 y que ha dejado huella en la cultura y el mundo cívico y político valenciano.