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La vida novelada del “yonqui del dinero”: conspiranoia, ayahuasca y una estrategia fallida para salvarse del “caso Taula”

Marcos Benavent, autodenominado "yonqui del dinero".

Lucas Marco

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Mónica Nita Brezniceanu se presenta como licenciada en Derecho y traductora judicial. También es autora de “La bruja del amor y el yonqui del dinero” (Letrame Grupo Editorial, 2019) un libro autoeditado en en el que cuenta cómo conoció a un cargo del PP que era el principal testigo de una macrocausa de corrupción. El protagonista del libro, según ha podido confirmar elDiario.es, es Marcos Benavent, piedra angular del 'caso Taula' que recientemente ha cambiado la estrategia de colaboración con la Fiscalía Anticorrupción mantenida desde el principio de la instrucción de la causa.

La publicación, una suerte de memorias noveladas trufadas de planteamientos conspiranoicos, traza la desconocida vida de Benavent desde que decidió delatar a los cargos del PP, que aparecían en los audios que durante años grabó clandestinamente y que retratan toda una presunta trama de cobro sistemático de comisiones, hasta la ruptura de la relación sentimental a cuenta de una supuesta deuda.

La autora, de origen rumano, cuenta en su novela que conoció al “yonqui del dinero” durante “un taller de jabones naturales” en un “centro de educación alternativa en Alicante”. A partir de ahí, surgió una relación con Marcos Benavent, a cuyo personaje literario identifica como Sergio.

“Desde que me había enterado de los problemas de Sergio con la justicia, ocasionados por una trama de corrupción de su partido, nunca había leído los periódicos ni había mirado la tele, pensando que todo lo que dijesen de él estaba lejos de la realidad, de quién era él verdaderamente. (...) Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que, en realidad evité a toda costa conocer nada sobre ese asunto para evitar el dolor de saber que el hombre al que amaba estaba en peligro”, escribe Mónica Nita. 

Benavent vivía en aquella época enclaustrado en una casa familiar en Benigànim. Sólo aparecía públicamente, con llamativos atuendos, en sus mediáticas comparecencias después de declarar en el juzgado. “Sé que me equivoqué, que cometí errores que ahora intento reparar, pero por mí ya he cumplido la pena. Al fin y al cabo mi testimonio ha ayudado a destapar esa trama y la corrupción del partido y los riesgos a los que me expongo debido a ello son grandes. ¿No ves que no salgo de casa?”, dice el personaje de Benavent en un momento de la novela.

La pareja compartía intereses en el esoterismo y en el espiritualismo. “Una relación entre nosotros iba a ser atípica, muy atípica”, advierte la autora. El libro, además de la crónica novelada de la relación sentimental con el “yonqui del dinero”, es también un compendio de las más variadas teorías de la conspiración que la autora desglosa con todo lujo de detalles.

Mónica Nita alude a “Los Protocolos de los sabios de Sión”, un clásico de la propaganda antisemita; a las vacunas “como forma de control de la población”; a Adolf Hitler como una especie de peón de los Jesuitas, y a las “fumigaciones clandestinas de los chemtrails”, que asegura haber sufrido en sus propias carnes, entre otras chaladuras de las que escribe profusamente. Sobre el panfleto hitleriano “Mi lucha” (“otro de los muchos plagios de la historia”), dice: “A nivel personal me parece que sus planteamientos se han vuelto obsoletos para nuestros tiempos y realidad social”.

En un momento de la narración, la autora relata una salida a sus problemas judiciales que se plantea Benavent con una suerte de “certificado diplomático” de una inexistente y virtual “república independiente” (según Mónica Nita “el yonqui del dinero” llegó a plantearse seriamente esta delirante opción).

Incluso la autora duda en un primer momento del planteamiento: “Me parecía increíble y descabellado lo que me contaba, pero al fijarme en el brillo que humedeció su mirada, tuve la sensación de que hablaba muy en serio”. El personaje de “El yonqui del dinero” le responde: “Imagínate si consigo el certificado diplomático. Nadie me podrá detener ni juzgar”.

Benavent, según el relato del libro de Mónica Nita, no quiso involucrar a su familia en esta jugada: “Lo más seguro es que a ellos también los vigilen”. “En unos cuantos meses se solucionaría todo, se acabaría ese rollo, pagaría lo que me pide el juzgado y creo que entre eso y mi colaboración con la justicia será más que suficiente para hacer algún trato con el fiscal y cerrar todo este asunto de una vez por todas”, asegura el personaje de “El yonqui del dinero”.

La alucinante estrategia no se llevó a cabo y la mujer se marchó un tiempo a Perú, donde coordinó a una supuesta ONG y celebró “unas cuantas ceremonias de ayahuasca” (un potente alucinógeno) con un “chamán”. Benavent había estado en América Latina durante la navidad del 2014, cuando era un secreto a voces que la Fiscalía Anticorrupción llevaba meses liderando una macroinvestigación a partir de los audios que entregó el exsuegro de “El yonqui del dinero”, el empresario Mariano López.

El 26 de diciembre del 2014, en plenas fiestas navideñas, el entonces gerente de la empresa pública de la Diputación de Valencia se marcha a Ecuador, donde permanece hasta finales de enero, cuando coge un vuelo hacia Japón (a pesar de que tenía reservado un billete de vuelta a España desde Quito dos semanas antes). Desde Tokio, Benavent voló después a Holanda y de ahí regresó a España para colaborar con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y con la Fiscalía Anticorrupción en las pesquisas de lo que se bautizaría como 'caso Taula' y que lleva ya una decena de piezas separadas.

América Latina no era una zona desconocida para Benavent y allí se fue su peculiar pareja tiempo después. La mujer dejó encargado al yonqui del dinero la construcción de un “domo” geodésico (una esfera poliédrica de moda en ambientes espiritualistas) en la jardín de la vivienda. El personaje literario le informa desde España sobre el proceso de construcción: “Sale precioso. Cuando vuelvas, encontrarás dentro la inspiración que desees, te lo aseguro”.

Sin embargo, la construcción propició una abrupta ruptura del singular noviazgo. “Me da un poco de vergüenza decírtelo”, dice el personaje de Benavent, “pero me hace falta algo de dinero para terminarlo. (...) El dinero que me dejaste está a punto de acabarse y aún falta por poner tubería, electricidad y unas cuantas cosas más”. La mujer, tal como relata en el libro, se encuentra así en Perú con la cuenta bancaria vacía.

El libro es una suerte de venganza por el abrupto contencioso que tuvieron Mónica Nita y Marcos Benavent a cuenta del dinero que la mujer le dio para construir el domo. “Desde yonquis del dinero y traficantes de falsa libertad, hasta reyes de la mentira y sus tropas de afines seguidores, (...) me dejaron vacía la cartera hasta casi el fondo de mi alma”, concluye Mónica Nita. La autora no ha contestado los mensajes y las llamadas de elDiario.es.

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