Bótox en adolescentes, una tendencia que no deja de aumentar

Botox en adolescentes

Marta Chavarrías

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Hasta hace unos años, las personas que recurrían a la cirugía estética lo hacían sobre todo para paliar los efectos del envejecimiento como las arrugas a partir de los 45 años, especialmente mujeres de clase mediana-alta.

Sin embargo, esto ha cambiado y la cirugía estética ya no es solo cosa de personas mayores debido a la aparición de nuevos perfiles. La edad media de acceso a la medicina estética ha pasado en España de los 35 a los 20 años en 2021, según advierte un estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

De acuerdo con el mismo estudio, un 42% de los tratamientos faciales realizados correspondieron a toxina botulínica, consolidándose como el tratamiento facial más realizado tras la pandemia y un 32% de ácido hialurónico.

En general, la mayoría de profesionales no recomiendan el uso de bótox o rellenos con fines cosméticos en adolescentes, aunque los efectos no sean permanentes y desaparezcan con el tiempo. 

Buscando el rostro “instagramer”

Cada vez más llama la atención la edad a la que se accede a la medicina estética, un target mucho más joven influenciado sobre todo por las redes sociales como Instagram. Ahora, jóvenes de 20 años ya acceden sobre todo a rellenos de ácido hialurónico en labios y toxina botulínica. 

En un comunicado de prensa, el doctor Sergio Fernández, vicepresidente segundo de SEME, reconocía que “el uso de redes sociales, la posibilidad de usar filtros y la aparición de aplicaciones que permiten cambiar las formas del rostro han contribuido a generar nuevas necesidades en pacientes jóvenes”.

También el target masculino crece, de forma tímida, pero constante, sobre todo para tratamientos como la fotodepilación o la eliminación de verrugas.

El problema en muchos casos es que estos jóvenes reciben tratamiento a una edad en la que no lo necesitan, convencidos de que parecerse a una celebridad los hará más felices.

Las redes sociales han actuado como una herramienta de marketing que hace que las y los jóvenes que acceden a este tipo de tratamiento estén cada vez más informados sobre lo que quieren y cómo lo quieren.

En el Reino Unido está prohibido, desde octubre de 2021, el uso del bótox con fines estéticos en menores de 18 años, así como otros rellenos como el ácido hialurónico.

Una prohibición que las autoridades del país adoptaron como respuesta al aumento de intervenciones que se registraron en 2020 en el país, en concreto más de 41.000, como aumento de labios, en personas menores de 18 años.

‘Baby bótox’, ¿naturalidad de la mano de la prevención?

La tendencia más reciente se llama baby bótox, una práctica muy usada sobre todo en Estados Unidos pero también desde hace tiempo con más adeptos en España.

Los jóvenes lo usan por su efectividad a la hora de prevenir la aparición de arrugas y por la expresión natural que ofrece. A diferencia de otros tratamientos, esta técnica consiste en aplicar inyecciones en dosis mucho menores de las que se aplicarían normalmente.

El objetivo, en casi todos los casos, es prevenir la formación de arrugas en el rostro en un futuro o disimular cuando hay pocas arrugas y poco profundas. Este tratamiento permite una movilidad natural y un efecto relajante.

Suele aplicarse sobre todo en jóvenes a partir de los 21 años para contraer zonas como las patas de gallo o el entrecejo. Pero lo que hace el bótox es suavizar las líneas y arrugas, no las evita, las detiene durante un corto periodo de tiempo al cesar la actividad muscular.

Los efectos no suelen ir más allá de los cuatro a seis meses, lo que plantea una de las principales dudas: si las inyecciones son limitadas, ¿cómo puede prevenir las arrugas en un futuro? 

En la aprobación oficial de la Food and Drug Administration (FDA) para bótox se especifica que está desarrollado para mejorar la apariencia de “líneas de expresión de moderadas a severas entre las cejas en personas de 18 a 65 años por un periodo corto de tiempo”. No dice nada, en cambio, sobre su uso en la prevención de arrugas.

También deben tenerse en cuenta los posibles efectos adversos y la repercusión que puede tener el abuso de estos tratamientos desde edades tempranas. Deben pensarse los riesgos del tratamiento de la mano de un no profesional.

Los procedimientos estéticos no siempre son la respuesta correcta y es poco probable que alguien en su adolescencia reciba algún beneficio al recibir inyecciones de toxina botulínica.

La medida del Reino Unido puede tomarse como un punto de inflexión de una situación que, a la larga, puede necesitar una regulación más estricta que proteja a los más jóvenes de la publicidad sanitaria.

En el documento ¿Ética o estética? Reflexiones sobre la cirugía estética en adolescentes, los expertos afirman que es importante establecer la verdadera motivación que empuja al joven a realizarse a alguna intervención estética, lo que llevaría al profesional a evaluar su estado psicológico y emocional.

Los investigadores piden  cautela y proporcionalidad para tratar una elección que muchas veces está sustentada por cuestiones psicológicas.

¿Bicarbonato de sodio como bótox?

Mientras el uso de botox aumenta entre los más jóvenes y lo hace también la cuestión sobre si es aconsejable o no, surgen alternativas, como la mascarilla de bicarbonato mezclada con esencia de té para eliminar arrugas, líneas de expresión y otros detalles de la piel que no son atractivos. 

Los expertos dicen que el bicarbonato de puede tener un efecto de tensión, pero no es recomendable. Los dermatólogos no lo aconsejan porque consideran que no tiene ningún efecto beneficioso sobre la piel. 

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