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“El 'ninot' es una metáfora sobre una institución que nos gustaría que desapareciera”

El 'ninot' de Santiago Sierra y Eugenio Merino

Francesc Miró / José Antonio Luna

Los artistas Santiago Sierra y Eugenio Merino han vuelto a acaparar la atención de ARCO. La escultura gigante del rey Felipe VI se ha convertido en un fenómeno viral y resulta extraño visitar el stand de la galería italiana Prometeo -comandada por Ida Pisani- sin encontrar decenas de cámaras enfocando la misma figura que arderá y se convertirá en una calavera.

El revuelo no pilla de nuevas a Luis Navarro, asistente de Sierra. Ya tuvo que lidiar con la prensa, con las críticas e incluso con la censura cuando la obra Presos políticos en la España contemporánea fue retirada feria el año pasado. “Lo único que consiguieron fue darle una visibilidad que no tenía y convertirla en un icono de un momento político”, explica a eldiario.es. Paradójicamente, este año regresa a ARCO enmarcada en el programa VIP en el espacio Zapadores. “Supongo que se dieron cuenta que lo hicieron mal, pero tampoco creo que en esta nueva etapa haya un cambio verdadero de intenciones”, lamenta el ayudante. 

De hecho, las críticas al ninot  no han tardado en llegar. El nobel de literatura Vargas Llosa, encargado de la charla inaugural, cargó contra la obra por considerarla “una provocación de mal gusto”. El director de la feria, Carlos Urroz también dijo que “prefería centrarse en lo positivo” y que “por 200.000 euros se pueden comprar otras cosas”.

Sin embargo, Navarro considera que “el buen o el mal gusto es una cuestión estética que cada uno maneja individualmente”. A quienes se la toman como una ofensa, el asistente recuerda que “no es una obra dirigida a una persona en concreto, sino a una institución que pensamos que es caduca y que nos gustaría que desapareciese. Esa es la metáfora que más la identifica”.

Pero como demuestran las críticas hacia la escultura, el discurso en torno a la ruptura con la monarquía no es algo que agrade a todos. “Bueno, pues hagamos un referéndum sobre el sistema político y de gobierno que queremos”, propone Navarro a los disgustados. Aun así, por ahora, la dirección de Ifema no ha reaccionado contra el ninot de la misma forma que con Presos políticos. “No creo que tengan las cartas en la mano para producir censura”, asegura.

La pieza ha nacido para ser destruida y convertirse en un acto performático, al igual que ya hizo Banksy tras triturar el cuadro Niña con globo. No obstante, el auxiliar de Sierra afirma que en ningún momento se fijaron en el artista urbano: “Supongo que son obras que dialogan en una misma época histórica pero no lo hemos utilizado como referente jamás”.

Y, aunque todavía no hay compradores, ya empiezan a aparecer los primeros interesados. “La galerista está en proceso de diálogo con ellos. No hay ningún contrato firmado todavía, pero algunos candidatos sí que nos ha dejado su contacto para continuar con las negociaciones”, apunta Navarro. 

El arte como vía para la provocación

Ninguno de los dos artistas responsables del ninot son nuevos en el arte de provocar. Eugenio Merino expuso en 2012 una polémica escultura de Franco hecha mediante cera, reposando en el interior de un congelador. Santiago Sierra, como ya se ha mencionado, retrató a Oriol Junqueras y 'los Jordis' como “presos políticos”.

No obstante, esta vez el protagonista caricaturizado se enfrentará a la obra en primera persona. Es más, hasta la olerá. Felipe VI, que acude este jueves a ARCO para inaugurar la feria de arte, podrá distinguir el mismo olor de su perfume impregnado en la gigantesca figura.

Levantar ampollas entre los asistentes, en realidad, es justo lo que se pretende. “Si conoces la carrera de Santiago verás que está plagada de conflictos con las instancias artísticas y las políticas. Pero forma parte del carácter y del estilo de Santiago, no vamos a ser ahora artistas decorativos o cortesanos. No vamos a cambiar”, sostiene Navarro.

Obras que muestran a Fidel Castro como un zombi, Isabel II con los pechos desnudos, una esvástica con la luz verde de una farmacia... El monarca español parece que no está solo en ARCO y que, mientras haya arte, también existirán ofendidos. 

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