Muere Kenneth Anger, el cineasta que supo ver la perversión de Hollywood
Kenneth Anger, uno de los directores de cine más inclasificables y el cronista de los trapos sucios de la meca del cine en su libro Hollywood Babilonia, ha fallecido a los 96 años, según ha anunciado la galería de arte que ha exhibido sus trabajos y ha recogido Los Angeles Times. La agencia Associated Press ha añadido que la muerte se produjo el pasado 11 de mayo en su casa de Yucca Valley y por causas naturales.
Sus salvajes cortometrajes, experimentales, sin límites, radicales, han sido inspiración evidente y reconocida para cineastas como John Waters o David Lynch. Fetichismo, sadomasoquismo, ocultismo, surrealismo o disidencia sexual son las fuentes de las que bebe su extensa obra.
“Kenneth fue un pionero. Su genio cinematográfico y su influencia vivirán y continuarán transformando a todos aquellos que se encuentren con sus películas, palabras y visión”, ha publicado la galería, Sprüth Magers, en su cuenta de Twitter.
Anger, que nació en el mismísimo Hollywood en 1927, hijo de actores, no dirigió jamás una película para ninguno de los grandes estudios. Creó más de 40 cortometrajes, rodando el primero en 1937, siendo aún un niño de 10 años, y fue uno de los primeros directores abiertamente gay del mundo del cine. Fireworks fue su primera obra relevante, rodada en 1947 y explícitamente homosexual y de temática sadomasoquista en la que se filtran las enseñanzas del ocultista Aleister Crowley.
En 1954 rodó Inauguration of the Pleasure Dome, en el que actuaba la escritora Anaïs Nin, y en 1963 su célebre Scorpio Rising, una joya de culto donde confluyen motoristas rebeldes, música pop de los 60, ocultismo, homosexualidad y nazismo.
El libro en dos volúmenes Hollywood Babilonia que Anger publicó por primera vez en Francia en 1959 (y el segundo en 1984) le dio fama más allá de su entorno procaz, provocador y experimental. Se trata de un relato en clave de rumores o cotilleos sobre la vida íntima de las personas que conforman la industria cinematográfica, al estilo de las columnas de las revistas dedicadas al espectáculo, sobre la industria del cine entre 1900 y 1950. Su intención era confrontar el aparente puritanismo hollywoodiense.
Un libro proscrito y prohibido que no se editó en Estados Unidos hasta 1965 y que incluso a partir de esa fecha fue difícil de encontrar. Cuando New York Times lo reseñó en 1975, lo calificó como “una caja de 306 páginas de bombones envenenados” escrito como si un “maníaco sexual se hubiera apoderado del Reader's Digest”. En España, Tusquets lo editó por primera vez en 1985. La película Babylon de Damien Chazelle está ligeramente inspirada en pasajes de su libro.
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