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La Comisión Europea concede al Gobierno turco la recompensa que esperaba por el pacto sobre refugiados

Turistas abandonan el turístico distrito de Sultanahmet, en las inmediaciones de la Mezquita Azul, en el centro de Estambul (Turquía). EFEArchivo

Desalambre

La Comisión Europea ha presentado este miércoles una propuesta para permitir a los turcos entrar en la Unión Europea sin visado. Bruselas da su visto bueno a la medida, uno de los requisitos del pacto de la UE y Turquía sobre refugiados, a pesar de que el país asiático no cumple todos los mínimos exigidos por Europa para este trámite. El Ejecutivo comunitario ha afirmado que confía en que las autoridades turcas hagan las cinco modificaciones mencionadas para hacer posible la supresión de visados antes de finales de junio.

La eliminación de los visados para los ciudadanos turcos que viajen a Europa durante periodos cortos (inferiores a 90 días) era una de las exigencias del Gobierno de Ankara para suscribir el pacto de expulsiones de refugiados desde la UE. Este miércoles, ha obtenido la luz verde de la Comisión Europea y ahora deberá ser aprobada por el Consejo Europeo (con mayoría cualificada entre los gobiernos) y por el Parlamento Europeo (con mayoría simple).

La Comisión había planteado de inicio a Turquía 72 condiciones, lo que revela que sus interlocutores se dieron mucha prisa en aprobar, en general por decreto, toda una serie de medidas con las que conseguir la eliminación de visados, un objetivo largamente deseado desde hace años por el presidente Reccep Tayip Erdogan. El mayor obstáculo potencial residía en la posibilidad de que la UE exigiera reformas en materia de derechos humanos inaceptables para Erdogan, embarcado ahora en una guerra contra varios medios de comunicación y la oposición de izquierdas, a la que acusa de colaborar con los grupos armados kurdos.

La Comisión Europea no ha olvidado los riesgos para los derechos humanos en la situación política turca, pero sin exigir un cambio legislativo concreto que podría haber puesto en peligro el acuerdo, sólo alertando de la gravedad de la situación.

En la rueda de prensa, el vicepresidente primero de la Comisión, Frans Timmermans, ha resaltado la necesidad de que Turquía respete estos valores: “En realidad, la situación de respeto de los derechos humanos en Turquía ha empeorado en los últimos años. Turquía tiene que demostrar que respeta nuestros valores. ¿Ustedes quieren ser parte de esta familia? Pues aquí están las normas”, ha afirmado.

Lo que apunta la Comisión es que está preocupada por la interpretación que hacen los tribunales turcos sobre la legislación antiterrorista. Formalmente, el Gobierno no puede obligar a los tribunales a que actúen de una forma determinada, pero a través de la Fiscalía ha promovido varios procesos contra rivales políticos y periodistas conocidos.

“Las frecuentes detenciones y procesamientos de periodistas y profesores con acusaciones relacionadas con el terrorismo, incluida la de realizar ”propaganda de una organización terrorista“, han tenido un efecto negativo en la libertad de expresión y ocasionado un aumento de la autocensura, como ha destacado el comisionado de Derechos Humanos en sus recientes declaraciones sobre Turquía”, reza el aviso que hace la Comisión.

El análisis es correcto y supone un aviso para Erdogan y el Gobierno de Davutoglu, pero no obliga a tomar medidas, sino a tener en cuenta los problemas a los que se enfrentan los sectores más críticos al Gobierno islamista.

La decisión de la Comisión llega con el tercer informe de Bruselas sobre los avances de Turquía para la eliminación de visados, que empezó a discutirse en diciembre de 2013, recuerda la Comisión.

Timmermans, ha destacado en una rueda de prensa los avances que ha alcanzado Turquía en las últimas semanas. Este martes, por ejemplo, el Boletín Oficial del Estado turco publicó una ley por la que los ciudadanos de la UE no necesitarán visado para entrar en Turquía desde el momento en que el bloque comunitario levante este requerimiento a los ciudadanos turcos.

El Ejecutivo comunitario también ha propuesto este miércoles algunas modificaciones del Reglamento de Dublín sobre asilo, en el que propone un mecanismo automático de reparto de refugiados entre los países de la UE para situaciones en las que un Estado no pueda abordar un gran aumento de las llegadas a su territorio. El plan incluye multas de 250.000 euros por cada refugiado que un Estado no acepte acoger.

Cinco requisitos sin cumplir

La Comisión ha reconocido que Turquía no cumple todos los requisitos exigidos: hay cinco medidas que Ankara no garantiza y que Bruselas confía en que sean adaptados de manera “urgente” por las autoridades turcas. El objetivo es poder aplicar la exención de visados antes de finales de junio, como marcó el pacto de la UE y Turquía sobre refugiados.

Estos mínimos son: medidas contra la corrupción, alinear su legislación sobre protección de datos a la europea, adoptar un acuerdo de cooperación con Europol, garantizar una cooperación judicial efectiva con la UE, y revisar la legislación y la práctica sobre terrorismo para adaptarla a los estándares europeos.

Además, hay dos requisitos que Bruselas reconoce que es materialmente imposible que se cumplan antes de junio. El primero es la emisión de “pasaportes biométricos” (con fotografía y las huellas dactilares de su propietario) para lo que la Comisión acepta que Turquía conceda unos pasaportes temporales con estas características, hasta que estén listos los definitivos.

El otro punto que no estará listo en junio es la implementación por completo del acuerdo sobre la readmisión de refugiados firmado con Turquía, simplemente porque entra en vigor justo en esa fecha.

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