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Los líderes mundiales dan el último paso antes de fijar la nueva agenda al desarrollo: cómo y cuánto pagar

Fotografía facilitada por la ONG Plan Internacional España, sobre un proyecto de energías limpias en África./ Efe.

Desalambre

Este lunes comienza una de las negociaciones más importantes para la futura agenda de Cooperación al Desarrollo: la tercera Cumbre de Financiación para el Desarrollo. Los plenos que se celebran en Addis Abeba (Etiopía) hasta el próximo jueves 16 de julio definirán la apuesta de los países para erradicar la pobreza, la desigualdad y avanzar hacia un desarrollo sostenible hasta 2030. La nueva hoja de ruta requiere un compromiso de financiación: las discusiones se centran en quién y cómo se financia el proceso.

2015, año del fin de la agenda de Cooperación al Desarrollo diseñada en el año 2000 –a través de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)– ha avanzado como una carrera de acuerdos y citas para diseñar la nueva estrategia mundial para acabar con la pobreza en el mundo, mediante los Objetivos e Desarrollo Sostenible (ODS) que se aprobarán en septiembre. La Cumbre de Addis Abeba sobre financiación (a la que acuden líderes de los gobiernos, representantes de la sociedad civil y de las grandes entidades económicas y lobbies) es uno de los encuentros decisivos para concretar el compromiso real de los países con el desarrollo de la población empobrecida y para definir el modelo de Cooperación para los próximos 15 años.

Según afirmó a eldiario.es Xavier Longan, responsable de Programas de la Campaña del Milenio de Naciones Unidas, una de las novedades de los ODS respecto a la política de Cooperación que se diseñó en el año 2000 es que la nueva agenda es “universal”, diseñada para todos los países y no solo centrada en los países empobrecidos. En cuanto a financiación, los cambios se proyectan en nuevas perspectivas, que superan el enfoque de la ayuda de los países ricos a los pobres y que buscan la coherencia de políticas económicas más amplias.

Las medidas en discusión

Sobre la mesa hay varios frentes. Por un lado, hasta qué punto están dispuestos a involucrarse los denominados países ricos a través de la Ayuda al Desarrollo. La recomendación de las Naciones Unidas de invertir el 0,7% de la renta nacional bruta (RNB) de los países ricos a Coooperación al Desarrollo ha sido uno de los grandes fracasos de la agenda que concluye este año: solo cinco países –Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Suecia y el Reino Unido– han alcanzado esta cifra. España ha sido uno de los países que más ha recortado su inversión durante la crisis; en 2014, fue el estado de la OCDE que más metió la tijera en este concepto.

Por otro lado, como llevan años reclamando las organizaciones sociales, la Ayuda al Desarrollo es fundamental pero no lo es todo: el compromiso de los países ricos también se definirá en su apoyo a políticas más generales, que aborden medidas fiscales, el modelo de comercio y el crecimiento sostenible y respetuoso con el medio ambiente en sus países y en los estados empobrecidos.

¿Se contemplarán los paraísos fiscales?

Los paraísos fiscales y la evasión fiscal por parte de las multinacionales (entre otros actores) en los países empobrecidos es otra de las medidas que se discutirán en los próximos días. Las conversaciones, como apuntó Longan a eldiario.es, giran en torno a aumentar la financiación nacional de los países pobres a su propio desarrollo, que puedan contribuir a través de la recaudación de impuestos en la mejora de sus servicios médicos y educativos, entre otros.

José Medina, investigador de la Plataforma 2015 y más explicó a este medio las demandas que exigen medidas transversales, que buscan una coherencia de políticas que ha faltado en ocasiones: “Muchos dinero que consiguen los países del sur de la fiscalidad de los impuestos va a pagar la deuda y sus intereses a los países ricos. No a educación, ni sanidad”. Luego, los países ricos aportan una cantidad determinada al desarrollo de esos estados.

Otra de las apuestas en discusión es el aumento de la inversión privada. José Medina, investigador de la Plataforma 2015 y más, advirtió a este medio de que “los países ricos tienen una predisposición muy alta a la incorporación de las empresas privadas al desarrollo sin que esté probado su valor añadido al desarrollo”.

Desde la Coordinadora de ONG para el Desarrollo insisten en que el jueves debe surgir “un esquema de financiación del desarrollo donde la apotación pública tenga el protagonismo, y se cumplan los compromisos en materia de AOD” e indican que “la movilización doméstica de recursos es un elemento clave, pero insuficiente si no se lucha en paralelo contra la evasión fiscal y los paraísos fiscales”.

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