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La UE somete a revisión las recetas fiscales aplicadas para reducir el déficit y la deuda durante la crisis

Roberto Gualtieri, ministro italiano de Economía; Paolo Gentiloni, comisario Europeo de Economía; y Nadia Calviño, vicepresidenta económica española.

Andrés Gil

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En Bruselas lo llaman six pack-two pack. Y son las regulaciones aprobadas en 2011 y 2013, tras el estallido de la crisis, para reconducir las cifras de deuda y déficit por la vía de las políticas de reducción del gasto público y aumento de la recaudación. En casos como los de Grecia, España, Portugal y Chipre se tradujeron en severos recortes sociales que afectaron a coberturas de empleo, pensiones, salarios públicos e incremento del IVA, por ejemplo.

Con la nueva Comisión Europea, que lleva mes y medio en el cargo, y el nuevo comisario de Finanzas, el italiano Paolo Gentiloni (PD/S&D) –Italia sigue arrastrando grandes problemas de deuda pública–, la UE quiere poner al día las normas de disciplina fiscal. 

Son una pata del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que se aprobaron durante la crisis económica, y que la Comisión ha bautizado como “gobernanza económica”.

Así, el Ejecutivo comunitario ha presentado este miércoles una revisión de ese marco de vigilancia económica, y ha lanzado un debate público sobre su futuro. Es decir, de momento, no ha presentado ninguna propuesta concreta de hacia dónde ir, si bien espera que el proceso de debate con el resto de actores –Parlamento Europeo, Consejo, etc– culmine en una revisión para finales de 2020.

Bruselas explica que “el marco de la UE para la vigilancia económica ha guiado a los Estados miembros a alcanzar sus objetivos de política económica y fiscal, a lograr una coordinación más estrecha de las políticas económicas, abordar los desequilibrios macroeconómicos, reducir los déficits públicos y los niveles de deuda”.

Bruselas defiende que estas normas de disciplina fiscal han creado “las condiciones para un crecimiento sostenible y para lograr la estrategia de la Unión para el crecimiento y el empleo”. Sin embargo, reconoce, “quedan algunas vulnerabilidades, y el marco fiscal se ha vuelto cada vez más complejo, lo que dificulta su aplicación”.

Además, la UE se enfrenta a un contexto económico que ha cambiado desde que se establecieron las normas. “La economía europea ha experimentado siete años de crecimiento consecutivo”, explica la Comisión, “ningún Estado miembro está ahora sujeto al brazo corrector del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el denominado Procedimiento de Déficit Excesivo, cuando había 24 Estados miembros en 2011. Sin embargo, el potencial de crecimiento de muchos Estados miembros no se ha recuperado a niveles anteriores a la crisis. y los niveles de deuda pública siguen siendo altos en algunos. El impulso de la reforma se ha desvanecido y el progreso se ha vuelto desigual en todos los países”.

La revisión, explica el Ejecutivo comunitario, “busca evaluar cuán efectivo ha sido el marco de vigilancia económica para lograr tres objetivos clave: asegurar finanzas gubernamentales sostenibles y crecimiento económico, así como evitar desequilibrios macroeconómicos; permitir una coordinación más estrecha de las políticas económicas; y promover la convergencia en el desempeño económico de los Estados miembros”.

La revisión revela, dice Bruselas, “la deuda pública sigue siendo elevada en algunos Estados miembros y la situación fiscal a nivel de los Estados miembros ha sido con frecuencia procíclica [cuando los flujos de créditos y capitales se multiplican en un contexto favorable y luego desaparecen si la situación cambia]. Además, la composición de las finanzas públicas no se ha vuelto más favorable al crecimiento, y los Estados miembros optan constantemente por aumentar el gasto corriente en lugar de proteger la inversión”.

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