La prima de riesgo sube porque el dinero huye al bono alemán y otros refugios ante la debacle bursátil
El pánico inunda los mercados en este comienzo de 2016 y el dinero huye de las bolsas, pero, ¿hacia dónde se dirige? Los inversores buscan refugio en activos más seguros aunque saben que perderán rentabilidad. Parecen pensar que mejor perder la chaqueta que el traje entero y en esta tesitura se deciden, sobre todo, por el bund alemán (el bono a diez años que emite Berlín), considerado como el tótem de la seguridad. El bono germano a diez años acoge el dinero que huye de otros activos haciendo subir a la prima española, que aún sigue muy lejos de los niveles en los que estaba cuando parecía que el euro se rompía. Cabe recordar que la prima de riesgo se calcula con la diferencia entre la cotización del bono español a diez años y el alemán, por lo que si uno se aprecia o se devalúa afecta al resultado.
Todo esto ocurre en un mercado cargado de volatilidad, donde el Ibex 35 se desplomó el jueves un 4,8% hasta el nivel más bajo desde agosto de 2013. Aún así, la bolsa italiana es la más castigada por los problemas de su banca, mientras las dudas sobre Deutsche Bank y su viabilidad llevan al valor del primer banco alemán a perder un 40% en el año. A esto hay que añadir el miedo a la desaceleración económica, donde los más perjudicados serían los emergentes, entre los que destaca el caso de China, se suma a un entorno de precios bajos del pretróleo, que se han convertido en una amenaza incluso para economías como la española, que al principio percibían esto como una ventaja, y unos tipos de interés en mínimos que continúan penalizando a la banca.
El refugio tradicional del bund
bundEn plena crisis del euro en 2012, la renta fija alemana fue el activo fetiche para garantizar la inversión. A pesar de las diferencias entre los dos momentos, el bono alemán sigue siendo uno de los activos de referencia para invertir de forma segura. Los últimos desplomes de las bolsas se han traducido en una bajada de la rentabilidad del bono a diez años del 0,6% al 0,17%. Esta tendencia conlleva una subida de las primas de riesgo de los periféricos, que además de ver una retirada de sus inversiones, ven como el aumento del interés por la deuda germana aumenta el diferencial de rentabilidad. No hay que olvidar que la prima de riesgo no es un indicador en sí mismo, sino una resta entre el interés del bund alemán (el de referencia) y el de otros bonos; por lo que un aumento de esta se puede producir tanto porque aumente el interés de uno como porque baje el otro.
“Está claro que la Bolsa ha caído y que esto se ha producido a la par que vemos una búsqueda de seguridad a través de activos refugio”, apunta Diego Mendoza, analista de AFI, que destaca dentro de la renta fija al bono alemán. Mendoza apunta que, hasta esta semana, el aumento de la prima española se debía más al interés por bonos alemanes, aunque en las últimas sesiones se han acentuado las ventas de deuda española. Junto con la renta fija alemana, los bonos estadounidenses también se perciben como un activo seguro en opinión de algunos analistas.
El oro sigue brillando
Dentro de las materias primas, destaca el papel del oro, con una revalorización de alrededor del 12% en lo que llevamos de año. Francisco Sainz, director de gestión de Imantia Capital, apunta que dentro de las materias primas hay que distinguir este metal del resto. Estas últimas han vivido caídas durante el año pasado que se han prolongado en 2016 a causa de una menor demanda, sobre todo la procedente de China. Así, mientras las cotizaciones del níquel, el cobre o el acero siguen cayendo por las dudas sobre el consumo mundial, el mercado sigue confiando en el oro. En este contexto, la materia prima por excelencia, el petróleo, se mantiene en el entorno de los 30 dólares por barril, aunque vivió una bajada el martes después de que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) anunciara que el precio podría seguir bajando.
El dólar ya no es lo que era
En el terreno de las divisas, el dólar era tradicionalmente el refugio. César Ozaeta, de Abante Asesores, apunta que “las expectativas de que la economía estadounidense ya no esté tan fuerte como pensábamos” y la posibilidad de que la Reserva Federal (FED) se tome “con más calma” la anunciada subida de tipos han pasado factura a la moneda, en un momento de apreciación de otras divisas mundiales. Este mes ha habido un especial interés por el yen, que además de verse beneficiado por esa tendencia, acumula un repunte del 6% este mes al ser percibido por los inversores como un activo refugio.
En la depreciación del dólar también influye el efecto de operaciones con esta divisa que se han financiado con euros, por ser menos costoso al ser inferiores los tipos de interés en Europa. “Por ejemplo, un inversor que compraba deuda de Brasil en dólares, se financiaba en euros que posteriormente cambiaba a dólares; ahora, al salir de la inversión, vende estos dólares” y al haber más billetes verdes en el mercado, su cotización se deprecia, apunta Mendoza. En lo que va de año, el euro se ha revalorizado un 3,3% frente a la divisa estadounidense.
El franco suizo también ha recibido parte del dinero huido de las bolsas estos días.
La rentabilidad, sacrificada
En un entorno de tipos muy bajos como el actual, con el Banco Central Europeo (BCE) cobrando a los bancos por depositar dinero, todo apunta a que las rentabilidades de estos activos seguros seguirán siendo bajas, cuando no negativas, de forma que invertir en seguridad puede llegar a tener coste para el inversor. Es el caso de la deuda de países como Alemania en el corto plazo, donde las curvas de rentabilidad caen al negativo. Todo indica que esto seguirá así, con Mario Draghi siguiendo los pasos que ya dió la FED con anterioridad y que ahora Janet Yellen parece decidida a revertir.
En estas dos velocidades de recuperación, la política expansiva del BCE llegó con retraso respecto a la zona del euro y es normal que ahora que los datos de empleo mejoran -condición que se había marcado para eliminar los estímulos- los tipos vuelvan hacia la senda positiva. Sin embargo, esto no será de un día para otro lo que sumado a que es previsible que el BCE siga mentaniendo los tipos de interés en mínimos hace que la tendencia vaya a mantenerse. Y aunque los expertos ven poco probable que los bancos comerciales cobren por depositar el dinero en ellos -se abriría una nueva guerra para mantener clientes- a lo que sí que hay que decir adiós es a los depósitos con tipos de interés del 2% o el 3% de tiempos pasados.