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La caída del oro se vuelve en contra de los españoles con problemas financieros

El precio del oro ha caído. EFE

Rocío Martínez Rincón

Los españoles que atraviesan una delicada situación económica han topado con un obstáculo inesperado: la caída del precio del oro. Desde que estalló la actual crisis, muchas personas en dificultades tienen en la venta de joyas un alivio a su situación económica, máxime cuando el precio del oro estableció hace pocos años su máximo histórico. En cifras, el metal precioso cotiza en la actualidad a 1.286 dólares por onza, por lo que cae el 24% en lo que va de año.

El desplome es más acusado respecto a su récord, establecido en 1852,07 dólares por onza el pasado 19 de agosto de 2011, en plena resaca de incertidumbre por las dificultades que encontraron los demócratas y republicanos estadounidenses a la hora de establecer un nuevo techo para su deuda. Desde entonces, y tras más de una década de alzas, la pérdida de valor del metal precioso es del 31%.

“Hemos llegado a pagar 29 euros por gramo de oro de joyería, frente a los 20 que abonamos en la actualidad”, reconoce Luis Montero, socio de Compro Oro, una de las empresas líderes del sector. Montero asegura que el perfil de cliente que acude a sus establecimientos para conseguir un ingreso extra a cambio de sus piezas de joyería no ha cambiado, pero sí ha notado una actitud distinta de sus clientes. “Algunos de nuestros clientes, que ya han vendido piezas en nuestras tiendas y que siguen muy de cerca los precios del oro, se muestran sorprendidos por los nuevos precios. De tal forma que, si no tienen demasiada urgencia en realizar la transacción, aguantan a ver si el precio vuelve a subir”. Sin embargo, Montero reconoce que no todos tienen tanto colchón y terminan vendiendo al precio que sea acuciados por su situación.

También los montes de piedad se están adaptando a la nueva situación. Inés García Pinto, jefa de Inversión Social e Innovación de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (Ceca), recuerda el boom que vivieron los montes de piedad de las cajas de ahorros durante los años de bonaza del oro, tanto en número de transacciones como en volumen de efectivo por los altos precios pero ya se están resituando con la nueva coyuntura. Ella misma explica el sistema d elos montes de piedad en el que “hay que mirar de cara al futuro, porque lo que hacemos es dar un préstamo que vamos a recuperar dentro de un tiempo. Por lo tanto, estamos obligados a seguir la tendencia de los precios para cubrir un riesgo y a ajustar a la baja los precios que pagamos por las joyas de oro”. Es decir, menos dinero para los que más lo necesitan.

Y esta situación de precios del oro a la baja puede continuar. Montero asegura que su negocio empieza a estar saturado y que ya hay competidores que empiezan a cerrar. “La actividad de compraventa de joyas aguanta porque la crisis no termina y porque se profundiza. Hay mucha gente que ya ha vendido todas sus piezas, pero se están incorporando nuevos clientes, gente que empieza ahora a necesitar dinero”, concluye.

Más rentabilidad, menos segura

Para García Pinto, la tendencia bajista es estructural, consecuencia de la búsqueda de activos de mayor riesgo que el oro por parte de los grandes inversores. Lizette Paternina, directora general de Lingoro.com –web de inversión y ahorro en oro físico, como monedas o lingotes, con guarda garantizada en cajas de seguridad- considera “muy probable que esta etapa de correcciones se extienda por un tiempo más, posiblemente en lo que resta de 2013 y parte del año que viene”.

Paternina explica que esta caída de los precios también se ha dejado notar en el comportamiento de los inversores en oro, puesto que ha revelado el nerviosismo típico en los más inexpertos o los más especulativos, “que son presas del pánico y venden porque piensan que esta situación va a empeorar, pero que suelen regresar cuando el precio del oro repunta, con la consiguiente pérdida de dinero”. La inversión en oro físico también se ha disparado en estos momentos de crisis, entre otros motivos por estar exenta del pago de IVA. En este entorno han surgido empresas como la propia Lingoro, que nació en Francia en 2009 y opera en España desde 2012. Su competidor Oro Direct entró en este mercado a finales de 2006.

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