La eficiencia energética en el hogar como clave para llevar un estilo de vida más sostenible
La lucha contra el cambio climático es uno de los principales desafíos actuales. No solo los gobiernos y las grandes corporaciones tienen por delante el reto de reducir la huella de carbono. También los particulares se preocupan cada vez más de tener un consumo responsable y respetuoso que les permita enfocar su día a día hacia un estilo de vida más sostenible. El estudio Nuestro Planeta, realizado por Kantar Public en diez países, revela que España es el país entre los analizados donde más preocupación ciudadana hay por el cambio climático y sus consecuencias: un 93% de los españoles confirma su inquietud al respecto. Además, el 71% de los encuestados piensa que el cambio climático es el principal desafío ambiental al que se enfrenta el mundo, por delante de la contaminación del aire, el impacto de los desechos, la contaminación del agua y la propagación de nuevas enfermedades.
Comprometerse con el futuro del planeta es posible con cambios de hábitos sencillos, como utilizar el transporte público, plantar un huerto, ahorrar agua, usar envases eco friendly o impulsar la eficiencia en el hogar. Para facilitar la transición de los clientes hacia una economía más verde, Banco Santander ha lanzado recientemente la iniciativa #TheRightChange —el cambio correcto, donde pone de manifiesto conceptos claves para pasar de la teoría a la práctica: entre ellos, cambio climático, huella de carbono y su compensación, economía lineal y circular, Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), finanzas, bonos y préstamos verdes.
También ofrece soluciones financieras para impulsar la eficiencia energética en el hogar. La entidad cuenta con un servicio ‘llave en mano’ de eficiencia energética para viviendas cuyo objetivo es facilitar a sus clientes la reducción de su consumo energético. Esta herramienta incluye un simulador online gratuito para calcular de forma aproximada, en función del tipo de vivienda, el coste de las reformas elegidas, así como el ahorro que suponen para el cliente, las subvenciones que se pueden solicitar y la deducción estimada del IRPF estatal. Al mismo tiempo, propone tres proveedores diferentes y acreditados —Iberdrola, Effic y Reformanerr— para solicitar presupuestos personalizados.
En este sentido, el Préstamo Eficiencia Energética del Santander puede servir de primer empujón cuando se requiere financiación para reformas o mejoras en el hogar que supongan un ahorro de energía y una mejora de la calificación energética de la vivienda, o cuando se quiere adquirir electrodomésticos sostenibles. Se trata de una solución flexible que permite financiar desde 1.000 hasta 100.000 euros, con un plazo de devolución de hasta 84 meses y un interés fijo del 4%.
Estos recursos apoyan diferentes finalidades para hacer el hogar más sostenible. Por ejemplo, autoconsumo para la instalación de paneles solares o baterías de almacenamiento; sistemas de calefacción, refrigeración y agua caliente; dispositivos de control inteligente de agua, electricidad, ventilación y aire acondicionado para la gestión integral eficiente de las energías; o el aislamiento de fachadas y envolventes en edificios.
El Santander asesora sobre las distintas subvenciones y ayudas para la sostenibilidad a las que se puede acceder a través de los Fondos Next Generation. En este caso, se puede optar por las ayudas para la rehabilitación de edificios, destinadas a subvencionar las actuaciones de mejora de la eficiencia energética en los edificios de residencia colectiva y viviendas unifamiliares, con especial atención a fachadas y cubiertas; las dirigidas a mejorar la eficiencia energética en las viviendas; o el programa para proyectos de autoconsumo.
Un cambio de chip
Mitigar los efectos del cambio climático también es posible tomando conciencia de las emisiones de dióxido de carbono que cada persona genera. El grupo cántabro es el primer banco español que ayuda a sus clientes no sólo a medir su huella sino también a compensarla de manera sencilla a través de la compra de los conocidos como créditos de carbono. Según datos que maneja la entidad, “el 74% de los clientes de banca es consciente de la importancia que tiene una actuación global más sostenible y el 67% demandan acompañamiento con herramientas que les faciliten ser más activos en la lucha contra el cambio climático”.
La herramienta desarrollada, a la que se accede a través de la app, calcula las emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2eq) asociadas a cada una de las transacciones de sus clientes —tarjetas de crédito, débito y recibos domiciliados—, en función de su importe en euros y la rama de actividad. Para compensar la huella, los clientes pueden comprar créditos de carbono —la unidad internacional que equivale a una tonelada de dióxido de carbono evitada o absorbida en el aire— colaborando en distintas iniciativas: generación de energías renovables, conservación de ecosistemas, reforestación de bosques…
Banco Santander también ha desarrollado un innovador sistema de reciclaje para transformar las tarjetas caducadas en mobiliario urbano listo para ser utilizado. De esta manera da una segunda vida a estos plásticos, reduce el impacto medioambiental y contribuye a la economía circular. Este proyecto, que se inició en la filial portuguesa, ya se ha trasladado a España y antes de finales de este año se sumarán Polonia y Reino Unido.
Además, la entidad ha anunciado el compromiso de que en 2025 todas las tarjetas —ya sean de débito, crédito o prepago— en Europa estarán fabricadas con materiales sostenibles, como el PVC reciclado y un sustituto derivado del maíz. Solo en España, ya se han emitido más de 2,3 millones de unidades. Con esta medida, el banco evitará la emisión de más de 1.000 toneladas de dióxido de carbono anuales, lo que equivale al consumo de energía de casi 1.000 hogares, y se reducirá el uso de plástico en 60 toneladas cada año.
