Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
La transparencia de EiTB
Ya que no hemos sido los primeros, vamos a ver si ganamos la medalla de plata Maite Iturbe. No sé si la directora general de EiTB se habrá enterado de que TV3, la televisión autonómica catalana, tendrá la obligación de hacer públicos los contratos que firmen con empresas audiovisuales externas para la producción de programas de televisión.
Para ello, el Govern aprobó el pasado el martes 11 de febrero, el 'Proyecto de ley para la transparencia y sostenibilidad del sector de la comunicación', con el objetivo confeso de “desgubernamentalizar” (¡toma verbo!) la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y el Consejo del Audiovisual de Catalunya (CAC). Dos organismos que, curiosamente, están presididos por dos altos cargos de Convergencia Democràtica de Catalunya. Que les vaya bien.
El texto aprobado también habla de impulsar la transparencia en la contratación de productos externos por parte de la Corporación, en la que se integra la televisión pública catalana. En particular hace referencia a la compra, el desarrollo, la producción o la coproducción de programas audiovisuales, para “facilitar la competitividad (…) del sector audiovisual en su conjunto”. Según el proyecto de ley todos los contratos serán públicos y se “prohíbe la cláusula de confidencialidad y reserva en la compra de productos y servicios de la Corporación”.
Porque, aunque parezca mentira, hasta hoy todas las televisiones públicas, incluida la nuestra -que para eso es tan española o estatal o como quieran llamarlo, como el resto- se escudan en la dichosa confidencialidad para firmar contratos, por valor de decenas de millones de euros cada año solo en el caso de ETB, de los que no tienen que dar cuenta a nadie.
En EiTB, que por supuesto tiene una Q de calidad enorme, están obligados a realizar concursos públicos con todas las garantías previstas en la ley (plazos, publicidad, cuantías,…) para la compra de todo excepto de lo más importante, los programas externos. Así, se convocan concursos para la adquisición de mobiliario, para el servicio de comedor, para la vigilancia de las instalaciones, para el mantenimiento o la limpieza, para el material de oficina,… pero no para comprar un 'reality', por ejemplo.
La explicación que se daba para justificar esta excepción, en tiempos de bonanza y riqueza presupuestaria, venía a decir que la televisión es oportunidad, creatividad, genialidad, arte, ideas…. Y eso no puede estar sujeto a reglamentaciones. Cuando llega algo brutal de bueno al despacho de Sarasola, por ejemplo, se pilla sin concurso ni leches y a triunfar. Lástima que la realidad hace tempo que desmintió ese razonamiento. Ni lo que elegía el Sarasola de turno era lo mejor, ni se triunfaba tanto.
Tal vez por esto último, y también por las penurias presupuestarias actuales, y un poquito por el deseo de Sarasola de volver a trabajar con las productoras de siempre, con las suyas, en ETB, que tiene una Q de calidad enorme, sí se han hecho concursos para comprar programas. Pocos y en épocas recientes.
En esos concursos se ha invitado a productoras, se les ha ofrecido un briefing y, entre las propuestas presentadas, se ha elegido la ganadora. Ya está. Por supuesto se habrán dado cuenta ustedes que este proceso, llevado a cabo por una empresa pública, no llega ni a los estándares que en la materia puedan tener países como Somalia o Birmania, por citar un par que suelen cerrar los listados sobre corrupción. Ninguna garantía, ninguna base técnica o particular. Tampoco plazos de entrega, cada cual entregaba cuando Sarasola quería, y en el orden que él ponía. Y tampoco tope presupuestario,… Nada de nada. Subastillas les llamaría yo.
¿Y que decían cuando alguna imprudente y perdedora productora pedía conocer la oferta ganadora? Pues algo de este tipo: “Siento comunicarte que no puedo entregarte la oferta de la empresa adjudicataria porque vulneraría tanto la ley de protección de datos, a la par que incurriría en revelación de información confidencial de terceras empresas, lo cual esta vetado por el derecho mercantil y la normativa de competencia. Por otro lado comunicarte que la contratación de programas de televisión no esta sujeta a la ley de contratos del sector publico”. ¡Ojo! Esta respuesta es auténtica, procede de las más altas instancias de EiTB y responde a una solicitud de información por parte de una empresa audiovisual vasca.
Así que,.. ¡anímate Maite Iturbe!. Y a ver si con una fuerte txanpa final, por lo menos ganamos la medalla de plata, que con la que está cayendo no es de recibo que empresas públicas funcionen como chiringuitos opacos. No vayan a quitarnos esa enorme Q.
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