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Un entorno bilingüe despierta funciones cerebrales únicas a los cuatro meses de edad, según un estudio con bebés de Gipuzkoa

Imagen de archivo de un bebé recién nacido.

elDiario.es Euskadi / Europa Press

Bilbao —

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Un entorno bilingüe despierta funciones cerebrales únicas a los cuatro meses de edad, según un estudio del centro de investigación neurocientífica Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), que ha analizado la respuesta al habla de bebés que crecen en hogares de Gipuzkoa monolingües y bilingües. Desde BCBL han explicado que la adquisición lingüística comienza tan pronto como escuchamos el lenguaje hablado, aproximadamente tres meses antes de nacer. Por tanto, “uno de los factores que influye en la capacidad de aprendizaje de nuevos idiomas y del lenguaje es el ambiente que nos rodea desde los primeros meses de vida”, han señalado.

Este hecho abre numerosas líneas de investigación como, por ejemplo, descubrir si la exposición a un entorno bilingüe desde la edad lactante altera las funciones cerebrales, en comparación con los bebés que crecen en un ambiente monolingüe. En este contexto, este nuevo estudio del BCBL, cuyos resultados se han publicado en la revista científica Developmental Science, ha puesto a prueba la respuesta cerebral al habla de bebés de cuatro meses de edad que crecen en hogares guipuzcoanos monolingües y bilingües en su lengua materna compartida: el castellano.

“Durante el primer año de vida, la neuroplasticidad está en su punto máximo, lo que hace que este período sea particularmente relevante para estudiar las consecuencias neuronales de la adquisición simultánea de dos idiomas”, ha destacado Borja Blanco, investigador que lideró el estudio en BCBL y que actualmente trabaja en la Universidad de Cambridge.

Los resultados obtenidos, según los expertos, evidencian que la exposición temprana a dos idiomas diferentes “desencadena y despierta patrones de activación cerebral únicos durante el procesamiento del habla, respaldando la noción de que las bases neuronales de la adquisición del lenguaje bilingüe se establecen a muy pronta edad, así como la importancia de esta experiencia lingüística precoz en la configuración de la plasticidad cerebral”.

“Observamos que la respuesta cerebral de los bebés bilingües era muy similar entre los estímulos, involucrando las regiones frontales y temporales inferiores. Por el contrario, los cerebros de los monolingües mostraron respuestas diferentes según la condición del habla. Es decir, los bilingües parecen adaptar sus funciones cerebrales para facilitar el aprendizaje en un entorno lingüístico más complejo”, ha añadido Blanco.

El grupo de expertos del centro de investigación vasco empleó una de las técnicas de neuroimagen disponibles en su laboratorio BabyLab para llevar a cabo el trabajo experimental: la espectroscopia funcional de infrarrojo cercano (fNIRS). La herramienta, en forma de gorro, incorpora una serie de sensores emisores y receptores de luz infrarroja que registran la actividad cerebral de los bebés de forma inocua, midiendo los cambios en la concentración de oxígeno que hay en la sangre en diferentes regiones del cerebro, “una medida que indica aquellas áreas que consumen mayor cantidad de oxígeno, es decir, las más activas durante la realización de la tarea”.

El registro se llevó a cabo durante el sueño. Los bebés, dormidos, recibían estímulos orales en castellano, el lenguaje común entre los bebés monolingües y bilingües, mientras se reproducían de forma aleatoria hacia adelante y hacia atrás. “Las frases hacia atrás se emplearon como control experimental de las frases hacia adelante para aislar procesos auditivos de lingüísticos. Aunque cuenten con características acústicas similares, las frases inversas carecen de componente lingüístico, lo cual nos dio la oportunidad de estudiar la respuesta a cada uno de esos componentes de forma separada”, ha explicado Blanco.

El estudio se realizó en Gipuzkoa, donde las familias monolingües y bilingües prevalecen de manera similar. En total participaron cerca de 60 bebés. Este proyecto de investigación ha sido parte de la tesis doctoral de Borja Blanco, dirigida por César Caballero-Gaudes, líder del grupo de Procesamiento de señal en neuroimagen de BCBL e investigador Ikerbasque.

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