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Ermua y Eibar, feudo socialista a ambos lados de la muga

Jon Iraola, pegando un cartel electoral con Eneko Andueza, líder del PSE-EE

Belén Ferreras

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Separados por la muga entre Bizkaia y Gipuzkoa, Ermua y Eibar, el último pueblo vizcaíno y el primer guipuzcoano -o al revés, según de dónde se venga- son dos de los feudos más importantes del socialismo vasco, donde llevan años gobernando. De hecho, en Ermua no ha ostentado la alcaldía ningún otro partido desde las primeras elecciones de la democracia en 1979. En Eibar el PNV se hizo con la alcaldía las dos primeras legislaturas, pero desde 1987 la 'makila' de alcalde está en manos de un socialista.

Juan Carlos (Txitxo) Abascal (1974) en Ermua, y Jon Iraola (1976) en Eibar son los candidatos sobre los que recae este 28-M la responsabilidad de que la “tradición socialista” se mantenga tras los próximos comicios. Los dos optan a la reelección, aunque en el caso de Jon Iraola será la primera vez que encabeza una lista electoral como candidato a la alcaldía, ya que fue elegido alcalde de Eibar en marzo de 2021 después de la renuncia de Miguel de los Toyos para incorporarse al Gobierno vasco como viceconsejero de Planificación Territorial y Agenda Urbana. “Se enfrenta uno a esto de manera diferente”, reconoce Iraola. “Antes impulsabas desde la lista, pero la responsabilidad del resultado recae mayoritariamente sobre cabeza, así que es inevitables verlo ahora de forma distinta”, señala.

Txitxo Abascal ya ha pasado antes por las urnas, en las elecciones de 2019, aunque también accedió al cargo un año antes de que tuvieran lugar los comicios, en junio de 2018, tras sustituir a Carlos Totorika, histórico del socialismo vizcaíno, conocido sobre todo por capitanear desde el ayuntamiento el denominado 'espíritu de Ermua', que tras el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco por parte de ETA en 1997 cambió la forma de contestación ciudadana a la banda terrorista. “Sustituir a Carlos tras su decisión de jubilarse no fue fácil. Le conoce la gente por el tema de la memoria, pero además es una persona con una gran visión estratégica y capacidad de gestión”, dice. “Yo era consciente del reto que suponía sustituir a Carlos”. Abascal no sólo mantuvo la alcaldía para el PSE-EE, sino que consiguió siete concejales, uno más de los que obtuvieron en las elecciones de 2015, últimas en las que Carlos Totorika fue candidato a una Alcaldía que mantuvo durante 27 años, desde 1991 a 2018.

La 'longevidad' de los alcaldes en el cargo es otra de las características que unen ambas localidades. Totorika estuvo 27 años como alcalde, pero en Eibar, Miguel de los Toyos, el alcalde anterior a Juan Iraola, lo fue durante 13 años, y su predecesor en la alcaldía, el actual consejero de consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, gobernó durante 15 años esta localidad, de gran tradición socialista que fue la primera en proclamar la II República el 14 de abril de 1931, y que es todo un vivero de cargos públicos del PSE-EE: Además del consejero Arriola y del viceconsejero De los Toyos, el actual secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, también fue teniente alcalde de su ayuntamiento y es natural de la localidad. El secretario de Organización de los socialistas vascos es MIguel Ángel Morales. La agrupación socialista de Eibar fue de las primeras en ponerse en marcha.

El hecho de que los alcaldes se mantengan varias legislaturas en el cargo muestra que en ambas localidades, a la espera de lo que pase el 28-M, hay un electorado socialista fiel a las siglas y al alcalde. “Eso no quiere decir que lo tengamos más fácil que en otras localidades. Sí es cierto que Eibar tiene una tradición socialista muy importante, pero llevar tanto tiempo ostentando la alcaldía es a la vez un aliciente y también es un hándicap. Te exige seguir demostrando que efectivamente te mereces estar ahí porque haces muy bien las cosas”, dice Iraola.

Ambas localidades comparten una fuerte tradición industrial y una población que creció de forma espectacular sobre todo en los años 70 al calor de esa industria, con trabajadores y sus familias procedentes de distintos puntos de España. Un entorno industrial donde el socialismo ha tenido más fácil arraigarse, como ocurrió en otros puntos también industriales de la Margen Izquierda en Bizkaia, tradicional feudo del PSE-EE, pero en el que sólo resiste ya el Portugalete de Mikel Torres, único municipio vizcaíno junto con Ermua que mantiene alcalde socialista. En Gipuzkoa Eibar se suma a otros siete municipios bajo el dominio del PSE-EE -Irún, Andoain, Pasaia, Zumarraga, Berrobi, Lasarte-Oria y Larraul- y uno en Álava, Iruña de Oca.

Hasta ahora, Eibar y Ermua resisten, aunque las mayorías absolutas que consiguieron antaño las listas socialistas son ya una utopía. “Ojalá tengamos una mayoría absoluta, pero a día de hoy se me antoja complicado”, reconoce Jon Iraola. “Y gobernar en el ayuntamiento sin mayoría es muy difícil, porque para cada una de las decisiones que tienes que sacar adelante precisas negociar”, añade. Los socialistas han gobernado Eibar esta legislatura sin mayoría absoluta. La anterior tampoco la tuvieron, y en las elecciones de 2019 sacaron un concejal menos, 9. Eibar es además de los pocos municipios que se quedaron fuera del acuerdo entre PNV y PSE-EE que se extendió a la práctica totalidad de las instituciones, desde el Gobierno vasco a las diputaciones y los principales ayuntamientos.

“En Eibar se le ofreció al PNV entrar en el Gobierno, como en otros municipios, y no quisieron”, recuerda Iraola, que aunque recalca que el “el PNV es el socio preferente”, ha acabado por entenderse mejor con EH Bildu, formación con la que no oculta su “feeling”, y con la que ha aprobado por ejemplo los últimos presupuestos, y varios proyectos para la ciudad. “El PNV en Eibar ha llevado una política de poner palos en las ruedas, intentar frenar, torpedear todos los proyectos, incluso los que venían del Gobierno vasco en el cual el PNV es mayoría”, dice sobre el partido que allí dirige Josu Mendicute. “No nos ha quedado más remedio que buscar otros apoyos, en este caso con EH Bildu, donde en proyectos puntuales, ha existido un punto de vista común y lo hemos aprovechado”, dice . A día de hoy “no veo que los acuerdos con EH Bildu vayan más allá de estos acuerdos puntuales”, insiste. Pero matiza que “la política te va llevando y la ciudadanía lo que menos quiere y espera de los políticos es que andemos navegando siempre en el desacuerdo y la trifulca. Quiere soluciones a sus problemas con planteamientos solventes y que nos olvidemos de tanta trifulca”.

Al otro lado de la muga, la Ermua de Txitxo Abascal tampoco consiguió mayoría absoluta en las pasadas elecciones, pero en este caso sí que se consiguió cerrar un acuerdo de coalición de Gobierno con el PNV de la que el candidato socialista a la reelección hace un “balance positivo”. “En el PSE-EE somos un partido de Gobierno y somos capaces de pactar. Y eso es bueno para tomar decisiones. Hemos trabajado bien”, afirma. No obstante no oculta que en estos momentos mantiene con el PNV una discrepancia abierta sobre a variante de Ermua, uno de los proyectos que considera más importantes para la ciudad y en el que acusan de incumplimiento al PNV de Bizkaia por los retrasos en el proyecto.

Proyectos de futuro

Los dos candidatos a alcaldes quieren revalidar los cargos para continuar los proyectos que quedan pendientes. En el caso de Ermua, la prioridad puesta en la variante, dice Abascal. “La variante de Ermua es uno de los grandes proyectos imprescindibles y necesarios en nuestra ciudad. Cuando hablamos de movilidad sostenible, no podemos desarrollarla si nos pasan 1.200 camiones por el casco urbano y nuestras calles son carreteras. Esa va a ser nuestra principal prioridad”, explica. También espera poner en marcha las piscinas descubiertas y dar prioridad a la cohesión social, a la accesibilidad de las distintas zonas del pueblo, y sobre todo al empleo. “Al igual que en la Margen Izquierda se nos cayó el tejido de forja en los años 80 y estuvimos con una tasa de un 25% de desempleo durante dos décadas. Hoy podemos decir que estamos por debajo del 10%, en el 9,7%. Y estaríamos mejor si no fuera porque buena parte de nuestro sector industrial tiene que ver con la automoción, muy afectada por el tema de los semiconductores”, dice. Aún así insiste en que el empleo y la atracción de empresas y de polos de innovación “tiene que ser prioritario”.

Eibar ha sido reconocida este año como Ciudad Europea del Deporte y el candidato socialista quiere aprovecharlo para “construir unas instalaciones deportivas que vengan a atender y que vengan a facilitar la infraestructura necesaria para seguir practicado deporte”. Pero, siendo la capital vasca del ciclismo, no llegará el maná del Tour de Francia. “Otro proyecto muy importante es una regeneración de la zona este de la ciudad con varios proyecto en los que se van a invertir fondos europeos, del Gobierno vasco y municipales, con la cobertura de la vía del tren, y la rehabilitación de una antigua casa fábrica que se compró el año pasado para su regeneración e intentar ganar espacio para los peatones en la ciudad. Tenemos una orografía un tanto especial. El espacio no nos sobra y encontrar zonas de esparcimiento es complicado y caro y estamos viendo cómo podemos ganar más espacio, profundizar en la peatonalización de algunas zonas de la ciudad y mejorar el aparcamiento. Tenemos muchos retos y necesitamos tiempo para llevarlos a cabo”, pide. La respuesta estará el 28-M en las urnas.

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