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La Ertzaintza blinda al Maccabi en Vitoria ante las protestas contra Israel por los 27.000 muertos en Palestina

Agentes de la Ertzaintza, este miércoles frente al hotel de Vitoria donde se aloja el Maccabi de Tel Aviv

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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A las 17.15 horas de este miércoles, junto a un céntrico hotel de Vitoria, la Ertzaintza ha desplegado dos furgonetas –y había una tercera en camino– y en la misma puerta estaba aparcado un coche–patrulla y otro sin distintivos. Acababa de llegar desde Madrid y escoltado el Maccabi de Tel Aviv. El club deportivo más relevante de Israel disputa este jueves en Vitoria un partido de la vigésima quinta jornada de la Euroliga de baloncesto contra el Baskonia local. La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte no ha declarado formalmente el partido como de “alto riesgo”, a diferencia de la visita de octubre a Valencia, pero fuentes policiales explican que se ha preparado un operativo especial como si lo fuera. Con más de 27.000 víctimas mortales en Gaza como respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre, se han realizado llamamientos para denunciar la presencia normalizada en una competición deportiva de un icono de Israel.

En los últimos días, la plataforma Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel (BDS–BDZ Araba) e Indar Baskonia (la principal peña de animación) han anunciado diversas iniciativas para escenificar el rechazo al Estado que vulnera el derecho internacional. El principal sindicato vasco, ELA, o partidos como IU también han secundado las movilizaciones. Hay convocada una concentración en los instantes previos al partido, que se inicia a las 20.30, así como peticiones de entrar cinco minutos tarde a las gradas en señal de protesta, de exhibir banderas de Palestina –también de Sudáfrica, el país que ha denunciado los crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional– o incluso de gritar “¡Genocidio!” cada vez que el equipo amarillo toque la pelota. Entienden que el partido forma parte de la estrategia del “régimen de Israel”, que “activa todos sus recursos propagandísticos para intentar blanquear ante la opinión pública internacional su imagen, seriamente perjudicada tras décadas de genocidio imparable, indiscriminado y sistemático”. EH Bildu ha colgado banderas de Palestina en sus despachos del Ayuntamiento.

Ya es común que cada visita del Maccabi, que llegó a privar al Baskonia de un título europeo en 2005, genere controversia. Desde el inicio de la actual campaña de bombardeos y ataques contra Gaza en las gradas del Fernando Buesa Arena se han exhibido con regularidad enseñas de Palestina y se han escuchado también cánticos de “¡Maccabi, fuera de Europa!”. Se da la circunstancia de que justo ahora hace dos años, en cuanto se inició la invasión de Ucrania por Rusia, todos los equipos de ese país quedaron expulsados automáticamente, también el CSKA de Moscú, un equipo histórico en el baloncesto continental.

Fuentes del club indican que encaran con “normalidad” el evento. La logística es como la de cualquier otro partido de Euroliga, indican. En la ciudad han aparecido carteles promocionales con los rostros de los jugadores rivales, principalmente el de Wade Baldwin IV, estrella local hace un par de años. En la plantilla del equipo de Tel Aviv está también el base nacionalizado español Lorenzo Brown y el pívot cubano que compitió cinco años en ACB Jasiel Rivero. Oficialmente, el Departamento de Seguridad tampoco hace ningún comentario sobre el encuentro, aunque fuentes policiales explican que sí se han adoptado medidas especiales. Y muy relevantes.

En puridad, la visita anual en Euroliga del Maccabi –el Baskonia ha jugado todas las ediciones de la máxima competición europeo de baloncesto– ya requiere de medidas adicionales de seguridad más allá de la leyenda urbana –con mucho de mentira– de que siempre se produce un despliegue del Mossad, los servicios secretos israelíes. “El partido del Maccabi lleva un trabajo espectacular”, resume un agente destinado en Vitoria. El plan de la Ertzaintza pasa por la custodia de los desplazamientos del equipo y por un blindaje del hotel donde se alojan dos noches y del propio pabellón. En principio, no hay previsto ningún entrenamiento que obligue también a otro despliegue.

Para el despliegue especial “se han hecho llamamientos” para reforzar la comisaría de Vitoria, según confirman fuentes sindicales, y también se movilizará a la Brigada Móvil (antidisturbios) y a las unidades de Intervención, Explosivos y Guías Caninos. Se harán barridos tanto de las habitaciones del hotel elegido como del Buesa Arena. De hecho, a la llegada de los jugadores visitantes ya estaban acantonados dos furgonetas, un coche–patrulla y otro camuflado; y a los pocos minutos ha llegado otra unidad. Desde el establecimiento indican que su servicio es el mismo que a otros clubes –en los últimos siete días han pasado por allí el Valencia Basket y el Obradoiro gallego, por ejemplo– aunque admiten que la Policía ha determinado la necesidad de adoptar otras medidas extraordinarias.

Un dato: si la dotación habitual para un partido de Euroliga es de tres 'francias' (furgonetas) en el pabellón, la previsión es que se dupliquen o tripliquen. El hecho de que no haya otro partido o evento a la misma hora facilita la operación, indican en el cuerpo. ¿Qué pasará durante el partido? Es común que agentes no uniformados hagan un cordón alrededor del banquillo y en otros puntos críticos y que porten mochilas con material para intervenir en caso de necesidad. La actuación dentro del pabellón es compartida con el club, que tiene un enlace para estos asuntos y una empresa de seguridad privada desplegada, pero lo que pase en el exterior es una prerrogativa absoluta de la Ertzaintza. El edificio es de la Diputación de Álava y la Policía municipal participa aunque más enfocada a la regulación del tráfico y los atascos en el aparcamiento.

Sobre las banderas de Palestina, hasta ahora nunca ha habido ningún impedimento en exhibirlas en el Buesa Arena desde el 7 de octubre. No lo prohíbe ninguna ley, de hecho. La normativa estatal sobre violencia en el deporte plantea que no es posible “la exhibición en los recintos deportivos, en sus aledaños o en los medios de transporte organizados para acudir a los mismos de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que, por su contenido o por las circunstancias en las que se exhiban o utilicen de alguna forma inciten, fomenten o ayuden a la realización de comportamientos violentos o terroristas, o constituyan un acto de manifiesto desprecio a las personas participantes en el espectáculo deportivo”. Ninguna fuente quiere confirmar si habrá más cacheos de los habituales, aunque es algo que sí se ha visto en otros partidos contra el Maccabi en años anteriores.

Sin embargo, en el estadio de la SD Eibar la Ertzaintza sí entró a las gradas a retirar una única enseña. Fue en octubre. Se da la circunstancia de que este equipo de fútbol, ahora en Segunda División, tiene una peña israelí que se sintió ofendida, aunque ellos usan habitualmente la estrella de David y la bandera del país. El asunto llegó al Parlamento, ya que EH Bildu y Elkarrekin Podemos–IU preguntaron por ello al vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka. Alegó Erkoreka que la bandera “podría degenerar en problemas de seguridad” por la existencia de este grupo de aficionados. Defendió que la Policía intervino de forma “adecuada” y “proporcionada”. Otras fuentes explican que la actuación llegó a instancias de la seguridad privada del club, que no pudo actuar con sus propios medios. Se tramitó una sanción por “desobediencia” contra ese espectador. “Esto vale más que 20 victorias seguidas”, se felicitaron los de la peña, que se autodefine como “orgullosa sionista”.

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