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Iñaki Oyarzábal: “Si soy diputado general de Álava, quiero tender la mano para acordar con el PNV y con el PSE-EE”

Iñaki Oyarzábal, en su despacho de la sede del PP de Álava

Iker Rioja Andueza

En las recientes elecciones generales el 'popular' Javier Maroto perdió su escaño en el Congreso por Álava, pero a Iñaki Oyarzábal de Miguel (Vitoria, 1966) con su acta de senador. Admite que el PP perdió un “huevo” de votos pero confía en que recupere el pulso en las municipales y forales desde el “alavesismo” y la “moderación”. “Hay mucha gente que nos paraba en la calle y nos decía: 'En estas elecciones no os voy a votar, os votaré en las elecciones en Vitori y Álava'”, cuenta quien ahora afronta su reválida como candidato a diputado general de Álava.

El PP obtuvo un mal resultado en Álava en las generales. ¿Es posible darle la vuelta de cara al 26 de mayo?

Fue un mal resultado general, pero no particularmente en Álava. Vitoria, por ejemplo, fue la capital de España donde menos decreció el PP proporcionalmente. Un 27% bajamos en Vitoria, que es un huevo, pero ha habido provincias donde hemos perdido la mitad de nuestro voto. Es un resultado muy malo a nivel general que yo pienso que nos ha arrastrado. A partir de ahí, hemos hecho un análisis para afrontar las elecciones municipales y forales tratando de convencer a la gente de que se trata de unas elecciones diferentes donde el factor personal, local y de proximidad cuenta. El PP tiene que sacar su personalidad propia. Nuestras señas de identidad son las de ser un partido centrista, moderado, autonomista, que defiende nuestra foralidad y el Concierto Económico. Siempre que hemos gobernado en Vitoria y Álava les ha ido bien a los alaveses.

Usted es candidato a diputado general pero también lo fue al Senado. ¿Asume en primera persona la responsabilidad de lo ocurrido?

Asumo la responsabilidad porque además soy presidente del partido en Álava. Por supuesto. conocíamos la dificultad de repetir en el Senado pero es verdad que nos sorprendió no alcanzar por 300 votos el diputado en Álava. Ha sido una pena. Desde ya estamos trabajando, más unidos que nunca, para recuperar la confianza perdida. El discurso del PP alavés conecta con una mayoría social aquí. Y efectivamente ha habido un discurso nacional que aquí no se ha entendido y que ha hecho que una parte de nuestro electorado se aleje. Pero creo que tenemos ahora una gran oportunidad. He dedicado mi vida a defender Vitoria y Álava y creo que mi gran vocación política la puedo desarrollar aquí, en la campaña alavesa a la Diputación. Creo que podemos conectar o volver a conectar con una mayoría social que nos dio la mayoría hace cuatro años.

¿Por qué Maroto no ha dado explicaciones de lo ocurrido en las generales?

Todos somos conscientes de que lo ocurrido no tiene que ver con Javier Maroto. Lo que le decía: Vitoria es la capital en la que el PP menos ha perdido proporcionalmente. Ha sido una dinámica nacional. Entonces él se ha remitido a las explicaciones que ya se han dado a nivel nacional y que creo que han sido muy explícitas. Por primera vez un partido ha reconocido que sus resultados han sido un desastre y, segundo, que tiene que cambiar y reposicionar su discurso para que el espacio electoral que se tiene que sentir identificado con nuestro partido lo vuelva a hacer. En ese sentido, a las pocas horas ya se ha definido un rumbo para volver a conectar con ese espacio centrado y moderado que nos permita volver a ser una alternativa a la izquierda.

¿Cree como otros de sus compañeros en Euskadi que el PP de Pablo Casado se ha radicalizado?

Se han cometido errores de campaña y, seguramente, se nos ha percibido como un partido más a la derecha. Tiene que ver con una dinámica de división de nuestro espacio electoral. Seguramente, se había errado en el diagnóstico inicial de hacia dónde quería ir nuestro electorado. De los errores se aprende y es bueno reconocer que este partido supo en su momento aunar a 11 millones de españoles en un proyecto de centro-derecha moderado y que tiene que volver a conectar con ellos. Eso sólo se puede hacer con un discurso de entendimiento. Lo hemos dicho en los últimos días. Creo que el PP vasco responde a eso. Siempre ha respondido a ese perfil de moderación, entendimiento, acuerdo,… Lo decía Borja Sémper: sólo podemos avanzar y recuperar la confianza perdida desde ese espacio de centralidad, moderación y entendimiento con los demás. Tenemos que actuar también en esa campaña con honestidad. No podemos dedicarnos las próximas dos semanas a hablar de las generales. Es muy importante que sepamos explicar a la gente que aquí estamos ante unas elecciones diferentes. Nos jugamos el futuro de nuestra ciudad, de nuestro territorio, de lo que queramos ser en Vitoria y en Álava en las próximas décadas. Y eso es mucho más importante que seguir hablando de las generales.

Usted era senador en la pasada legislatura. Ha sido muy comentada una moción consecuencia de una interpelación suya por el Estatuto. ¿Está de acuerdo que las transferencias a Euskadi suponen el “desmantelamiento del Estado”, como pone en la exposición de motivos ?

No. Estoy de acuerdo con el texto de la moción, porque yo lo firmé. Pero no con la exposición de motivos ni con la exposición pública que se hizo en la tribuna. No tengo por qué compartir los términos que se utilizaron. Pero es verdad que se realizaba en un contexto de mercadeo de transferencias en una negociación presupuestaria. Al final lo que se aprueba no es la exposición de motivos, es el texto. Y en el texto en ningún momento se habla de paralizar las transferencias. Se habla, primero, de no utilizar el mercadeo en una negociación presupuestaria: lo que tenga que ser el desarrollo estatutario tiene que hacerse de una manera consensuada. Lo que pedíamos al PSOE era que no comprara el discurso nacionalista, que es un discurso muy de parte. Segundo, que el Estado, cuando hay competencias concurrentes, ejerza las suyas y cuando haya dudas nos atengamos a lo que diga el Tribunal Constitucional, no a lo que dice el PNV. Y, tercero, que antes de seguir con ese proceso –luego no nos oponíamos- se asegurara que en determinadas materias se cumple con ese principio constitucional de preservar la igualdad de derechos y oportunidades de todos los españoles independientemente de donde residen.

¿Entonces fue un tiro en el pie plantear ese debate con esos términos?

Bueno, se utilizó por parte del nacionalismo de una manera maniquea para tratar de colocarnos una etiqueta que se aleja mucho de lo que somos, la de antiautonomista, cuando nosotros somos defensores del Estatuto de Gernika. Nos hemos dejado la piel y la vida por defender nuestros marcos de convivencia: Constitución, Estatuto y Concierto Económico. Hemos defendido nuestra foralidad. Eso forma parte de nuestro acervo político como PP vasco y es verdad que se utilizó ese debate para tratar de colgarnos un sambenito que no se corresponde con la realidad.

Maroto ya no es el responsable de esta campaña. Pero, ¿tendrá un papel protagonista en Vitoria y Álava?

Va a participar en la campaña. El papel protagonista lo va a tener Leticia Comerón como candidata en Vitoria y yo como candidato a diputado a general. ¿Que nos va a acompañar en algún momento? Seguro. Ya hay previsto algún acto en que estará. Él quiere apoyar, ha sido alcalde de Vitoria y para mucha gente sigue siendo una referencia, como Alfonso Alonso.

¿Hay riesgo de que Vox irrumpa en las instituciones locales?

Ningún riesgo. Con el resultado que sacaron en las ultimas elecciones no tendrían ninguna representación ni en el Ayuntamiento de Vitoria ni en las Juntas Generales.

¿Y Ciudadanos?

Álava -el País Vasco en general- ha sido uno de los pocos sitios en que ha bajado. Tiene menos voto. Estoy convencido de que en el discurso centrista y moderado del PP alavés se pueden identificar los votantes de Ciudadanos. Estoy convencido de que, sabiendo que lo que nos jugamos en Vitoria y Álava es si continúa el PNV con su acuerdo con los socialistas o si hay una alternativa de centro-derecha constitucional, los votantes de Ciudadanos saben que el voto útil es el PP. Con los votos del otro día se quedarían fuera y por eso es muy importante apelar a todas esas personas para que no desaprovechen la ocasión de sumar con nosotros para tratar de alcanzar una alternativa.

Del análisis estadístico en Vitoria y Álava se aprecia que la pérdida de votos del PP sólo se fue en un 40% a Vox y Ciudadanos. En un 60% alimentó a otros partidos como el PNV.

Es una vía de agua que no se había producido en unas generales, aunque sí que se producía en algunas elecciones vascas. Pero creo que aquí, con Ciudadanos y Vox con una representación exigua, ha habido gente que no ha compartido determinados discursos del PP a nivel nacional y que han encontrado en las generales un refugio en el PNV. Hay mucha gente que nos paraba en la calle y nos decía 'En estas elecciones no os voy a votar, os votaré en las elecciones en Vitoria y Álava'. Hay gente que ha pensado que quizás era más útil votar al PNV, porque trata de influir en Madrid y defender las cosas de aquí. Pero esos mismos saben que, cuando se trata de defender las cosas de Vitoria y Álava ante el Gobierno vasco, quien mejor lo hace siempre es el PP. Queremos llamar a todas esas personas. Confiamos en que volverán a PP. Saben que quien mejor defiende Vitoria y Álava, quien mejor pelea y más inversiones consigue, siempre es el PP.

Si no es diputado general, ¿garantiza que completará la legislatura como juntero?

Mi objetivo es completar la legislatura como portavoz del PP si no consigo ser diputado general. Pero me gustaría lograr la confianza suficiente para poder llegar a la Diputación. Estoy convencido de que necesita Álava un cambio, un gran impulso. Y la Diputación tiene que ser un motor, un agente activo en defensa de los alaveses. Veo una Diputación muy sumisa al PNV y a Bilbao. Necesitamos una Diputación fuerte que no sea una mera sucursal del Gobierno vasco, que sepa mirar al futuro, ganar peso en el País Vasco, ganar influencia. Si no tenemos un cambio, si no conseguimos ese impulso que merece Álava, creo que perderemos muchas oportunidades. Llevo meses analizando la deriva de una gestión muy plana que nos va a colocar como territorio dormitorio, satélite, de Bizkaia. Yo me rebelo. No me quiero resignar a eso.

Y en un escenario fragmentado, ¿cómo conseguiría ser diputado general? ¿Con quién pactaría la investidura?

Sinceramente, lo que aspiramos es a volver a ser la fuerza más votada. Apelo a esa mayoría social de personas que confiaron en otras ocasiones en el PP o que han votado a Ciudadanos y a otras opciones sin posibilidades para que se unan y sumen. Apelamos a personas que habiendo votado al PNV o al PSE-EE puedan estar defraudadas de una gestión bastante pobre en los últimos años. Con todas esas sensibilidades distintas, poniendo las personas por encima de las siglas, con un proyecto alavesista por encima de las siglas, podemos entre todos defender una Álava mucho más pujante. Darle un meneo. Vitoria y Álava necesitan un meneo. Cuando hablamos con personas que no son del PP coincidimos en ello: Vitoria y Álava necesitan un empujón, dos instituciones que trabajen hombro con hombro en un proyecto común. Ahora todo va muy rápido y cuatro años perdidos son una década sin oportunidades.

¿Y la investidura?

Como le digo, intentar sumar personas de distintas sensibilidades. Encabezo una candidatura con personas independientes, especialmente del ámbito social...

Si tenemos opciones, al día siguiente yo quiero tender la mano para acordar con el PNV y con el PSE-EE. Creo que es lo razonable: buscar acuerdos de legislatura que permitan poner en marcha proyectos de desarrollo.

¿Puede aspirar al PP a gobernar en Álava con una presencia muy fuerte en Vitoria pero menor en el resto de la provincia?

No nos resignamos a pensar que para siempre el PNV tenga que ocupar todo el poder de manera absoluta con un PSE-EE que se ha convertido en su muleta, la comparsa de un nacionalismo que lo controla todo. Y un escenario en el que EH Bildu es un agente que condiciona la política. Ante ese escenario hay una mayoría social en Álava que nos puede aupar a presentar una alternativa diferente desde la moderación, desde la defensa de nuestra singularidad, con un proyecto que sea también claramente foralista, vasquista, pero una alternativa desde la Constitución y teniendo en cuenta lo que somos como alaveses dentro de Euskadi. El PNV ocupa simplemente el poder por el poder pero no ha ofrecido en los últimos cuatro años un proyecto de futuro.

El PNV ha propuesto un nuevo sistema electoral que precisamente da más peso a las cuadrillas alavesas. ¿Qué le parece?

Es una vergüenza, una trampa. Supondría un tongo electoral. El PNV plantea quitarle voz y votos a Vitoria para dárselo a los pueblos. Plantea asegurarse eternamente una mayoría en la Diputación sin tener que acordar con nadie. Eso es no entender lo que es Álava e ir en contra de los tiempos y contra el principio de 'un ciudadano, un voto'. El sistema puede estar corregido pero, básicamente, tiene que buscar una representatividad lógica de lo que es esta sociedad. Es un PNV obsesionado por el control de las instituciones sin que tenga en cuenta que es una afrenta para los vitorianos.

Con ese razonamiento, ¿no lo es que Álava tenga los mismos escaños que Bizkaia y Gipuzkoa en el Parlamento Vasco?

Bueno, las Juntas Generales son un pacto entre ciudadanos que comenzó en el siglo XII y se instauraron en el siglo XV. El Parlamento Vasco es un pacto de territorios. Cada territorio es titular de unos derechos históricos. Y en ese pacto se definió ese sistema electoral paritario. No tiene nada que ver. Se podrá discutir, por supuesto, pero tratar de tergiversar un sistema electoral consensuado por todos los grupos políticos en Álava no tiene ningún sentido, es una mera treta electoral que sobre todo insulta a Vitoria. Se intenta que el voto de los vitorianos valga la mitad que el que vive en un pueblo. Le tendríamos que decir al PNV que, si tiene miedo por la pérdida de población de los pueblos, en vez cambiar el sistema electoral debería adoptar medidas para evitar la despoblación.

¿Ustedes tienen medidas para combatir la despoblación?

Llevamos la bandera de la lucha contra la despoblación. Nos preocupa sobremanera. Tenemos un plan estratégico. Tiene que ver sobre todo con garantizar en los pueblos los servicios básicos: una educación más próxima, la sanidad, más seguridad -que se sientan protegidos-, el transporte, ... En definitiva, que eliminemos todos los inconvenientes del alavés que vive en un municipio pequeño y que tiene que trampear y empadronarse en Vitoria para conseguir una plaza de residencia. Está envejeciendo la población; es un problemón importantísimo en los pueblos. Tendremos que garantizar la atención a los mayores y dependientes y a la discapacidad. Y que las familias con niños pequeños tengan transporte escolar. Y sobre todo, proponemos que los pueblos tengan vida. Es muy complicado que tengan futuro sin vida. Tenemos en marcha un plan con una fiscalidad mucho más favorable para los pueblos menores de 3.000 habitantes. Son ayudas directas a empresas que se establezcan en el ámbito rural y apoyo al comercio y hostelería de los pueblos. Y luego hemos incorporado al programa una ayuda directa de la Diputación para el acceso de jóvenes a vivienda en los pueblos. No puede ser que los jóvenes de Rioja Alavesa se tengan que ir a Haro o a Salburua, aquí en Vitoria.

Es recurrente la denuncia del PP de que Álava está infrafinanciada.

Es un hecho. Defendemos un cambio en la Ley de Aportaciones. Los datos oficiales nos dicen que un alavés está pagando un 15% más que un vizcaíno y que un guipuzcoano. Hace ocho años que se tenía que haber renovado la ley. El PNV, que controla todas las instituciones, se ha negado y Álava pierde millones cada año. Además, nos atrevemos a denunciar el maltrato que sufre Álava del Gobierno vasco. Se olvida siempre de Álava en sus presupuestos: está fuera de los planes de inversión más importantes. No tiene ningún sentido que haya planes para zonas industriales desfavorecidas y Álava esté a 0 euros. ¿Qué pasa? ¿Es que Llodio y el Valle de Ayala no tienen problemas? Nos dejan fuera. En parques industriales, el 4%. Oiga, para pagar nos cobran el 16%. No puede ser que en los planes de empleo no estemos. En Spri y Sprilur, de los últimos 30 millones en dos años, Álava ha recibido 16.000 euros, según datos oficiales. Es un auténtico escándalo. Año tras año están dejando a Álava fuera de los principales presupuestos y no están atendiendo la dispersión de la población. Somos el territorio más extenso del País Vasco y tenemos sólo una ambulancia medicalizada. Es una auténtica vergüenza. Gipuzkoa tiene 4 ó 5 y Bizkaia lo mismo. No puede ser que se estén racaneando escuelas en las comarcas o con la asistencia médica razonable. ¿Centros tecnológicos? Nueve en Gipuzkoa, seis en Bizkaia y uno en Álava. ¡¿Qué es esto?! Si nosotros no conseguimos que haya una mayoría social por encima de la siglas que dé un golpe sobre la mesa nos vamos a quedar fuera de juego. Dependemos de una industria automovilística que si no recibe apoyo e inversiones no va a ir a más.

Su compañera en Bizkaia, Amaya Fernández, dijo lo siguiente en una entrevista con este periódico: “El Gobierno vasco es centralizador y se queda injustamente con la recaudación de los vizcaínos. El esfuerzo fiscal de los vizcaínos tiene que redundar en nuestro territorio”. Es el mismo discurso pero aplicado a Bizkaia. ¿A quién tengo que creer?“El Gobierno vasco es centralizador y se queda injustamente con la recaudación de los vizcaínos. El esfuerzo fiscal de los vizcaínos tiene que redundar en nuestro territorio”

A los dos. Cuando analizamos la financiación, lo que vemos es que el Gobierno vasco se está convirtiendo en una aspiradora de recursos e inversiones que no revierten en beneficio de los ciudadanos. Necesitamos una financiación que elimine ya la guerra entre territorios. La Ley de Aportaciones no hay que cambiarla para que Álava reciba más y Bizkaia menos. Tenemos que cambiarla para que no se lleve el Gobierno vasco 70 euros de cada 100 que recaudamos. No puede ser que si las diputaciones forales en los últimos 15 años han asumido unas competencias más allá de lo previsto –el ámbito social se ha multiplicado- no haya habido una revisión de la financiación de esas competencias. Luego no es que queramos quitarle a Bizkaia. Creo que hay una batalla que dar desde aquí, desde Bizkaia y la están dando ya los guipuzcoanos: que se acomode la financiación a las competencias y a los servicios.

Ustedes sacaron adelante algunas medidas fiscales hace unos meses con EH Bildu y una escisión de Podemos. El diputado general, Ramiro González, las calificó de muy negativas.

Estamos en la oposición. Coincidir entre los grupos de la oposición en determinadas medidas me parece que es razonable. Lo más triste es que desde el principio de la legislatura tendimos la mano, nos ofrecimos, y se nos dio la espalda. El PNV decidió acordar con EH Bildu. Pacta sillones con el PSE-EE y políticas con EH Bildu. A partir de ahí se fue complicando la relación con el Gobierno. Lo que hemos planteado en los últimos tiempos son medidas coherentes con nuestro posicionamiento político: rebaja de impuestos, rebaja de la carga fiscal a las familias y a las personas mayores, ayudas por hijo, … ¿Hemos coincidido en algunos de esos puntos con los partidos de la oposición? Sí. Pero no vamos a renunciar a una rebaja fiscal porque coincidamos con otros grupos. En todo caso, cuando el Gobierno del PNV pierde una votación, no es responsabilidad de la oposición. La obligación de la oposición es ganarle votaciones al Gobierno. El responsable es un PNV prepotente incapaz de buscar acuerdos.

Otro tema fiscal recurrente en Álava. ¿Cree que el grupo Baskonia tiene un trato fiscal privilegiado en Álava?

No. No sé si por debajo de la mesa le están dando un trato privilegiado, espero que no. Pero es un grupo que aporta mucho. Nos coloca en el mapa. Tienen que contribuir como cualquier otro grupo en función de los beneficios que genere, pero tanto los éxitos en el baloncesto y del Alavés son señas de identidad que Vitoria y Álava merecen en el ámbito del deporte.

¿Qué le parece que la polémica en torno a los vinos de Rioja Alavesa?

Es una polémica estéril pero negativa. El nacionalismo ha calentado el discurso en los últimos años, buscando permanentemente el enfrentamiento con la denominación de origen Rioja y prácticamente una separación. Es algo absolutamente negativo y ya cambiar el nombre de las bodegas de Rioja Alavesa por el de bodegas de Euskadi para incorporar el 'txakoli' y mezclarlo todo es una equivocación. Va en contra de los intereses de los viticultores y bodegueros alaveses. Es el resultado de una mala política del nacionalismo.

Usted ha insistido en que en Álava se impone el euskara.

No, no queremos que se imponga. Se impone a los alaveses una serie de exigencias similares a las que tienen los guipuzcoanos y los vizcaínos. Eso nos coloca en inferioridad de condiciones. Supone un agravio comparativo. La Diputación tiene que trasladar al Gobierno la reclamación de una gestión propia de la política lingüística. Todas las leyes desde el Estatuto dicen que se tiene que respetar la realidad preexistente en lo sociolingüístico. Defendemos el euskera en la educación, el euskera en el espacio público y la promoción del euskera, pero la exigencia obligatoria de un perfil para el acceso a un empleo público ha perjudicado en los últimos años, en las últimas décadas, mucho a los alaveses. El euskera debe ser algo que nos enriquezca y que sume. No puede ser un obstáculo para conseguir un empleo. No puede ser que en un hospital de Álava se le exija a un alavés el mismo dominio que a un señor de Oyarzun en un hospital de Donostialdea. No tiene ningún sentido. Se tiene que respetar la realidad alavesa.

Una última cuestión. Usted aludió al fraude los comedores escolares como el mayor caso de corrupción en el País Vasco, comparable a los ERE de Andalucía y al caso de los Pujol de Cataluña. ¿Qué le pareció entonces que su partido pactara con PNV y PSE-EE rebajar el dictamen de conclusiones aunque luego retirara la firma del acuerdo a última hora?que su partido pactara con PNV y PSE-EE rebajar el dictamen de conclusiones

No lo comparto en absoluto. Me alegro de que el PP no lo haya firmado finalmente. Estoy convencido, efectivamente sin pruebas, de que hubo un trato de favor diseñado para en el engorde económico de determinadas empresas. No fue sólo un apaño entre empresas. Había todo un sistema diseñado desde la Administración para que año tras año se llevasen los contratos los mismos. Cuando lo denunciamos, se modificó el sistema y cambiaron dos tonterías para que se lo siguiesen llevando los mismos.

Entonces, con esto que cuenta, ¿cómo es posible que el PP firmase ese acuerdo?

Más allá de las responsabilidades políticas o del reproche social, para que eso tenga una vía penal tiene que haber pruebas. No las había, hay una mayoría en el Parlamento que no quería ir más allá…

Podía haber habido una mayoría si el PP se hubiese sumado a Elkarrekin Podemos y EH Bildu y no al Gobierno. El PP cambió esa mayoría.

Claramente se inflaron los precios, se benefició a una serie de empresas. Se demostró que había supuesto un perjuicio a las arcas públicas de unos 200 millones. Se perjudicó a las familias también porque esos recursos podían haber servido para rebajar la cuota de comedores en los colegios públicos. Cuando veíamos la diferencia de precios con los colegios concertados por el mismo servicio, no tenía ningún sentido. Ahí alguien estaba metiendo la mano en el cajón. Alguien se estaba poceando. Había muchísimos millones en juego y es un caso de corrupción clarísimo. Desde luego que hay responsabilidades políticas.

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