El expresidente del Superior vasco Juan Luis Ibarra recibe la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort

El expresidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, ha recibido este viernes la Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort, que, según ha afirmado, ha recogido “con el orgullo” de “hacerlo en nombre de los magníficos equipos” con los que ha trabajado en la abogacía, en la Universidad del País Vasco y en la Administración de Justicia. El reconocimiento le ha sido entregado por la ministra de Justicia, Pilar Llop, en un acto en la sede del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) en Bilbao, en el que también han estado presentes los vicelehendakaris Josu Erkoreka e Idoia Mendia, el delegado del Gobierno en Euskadi, Denis Itxaso, el actual presidente del TSJPV, Iñaki Subijana, representantes de la judicatura y familiares, entre otros, según informa Europa Press.

Ibarra, que ocupó la presidencia del alto tribunal vasco desde 2010 hasta que a medidos de junio de 2020 se jubiló, ha expresado su “gratitud, alegría y añoranza” por la imposición de esta Cruz de Honor de la Orden de San Raimundo de Peñafort en el TSJPV, donde, durante casi cuatro décadas, pudo compartir “con tantas excelentes personas el empeño en abrir surcos y hacer camino en la siempre inacabada lucha por el derecho” y que “mantiene francas sus puertas a la sociedad a la que servimos”. Según ha afirmado, ha recibido esta Cruz de Honor “con el orgullo” de “hacerlo en nombre de los magníficos equipos” con los que ha trabajado en la abogacía, en la Universidad del País Vasco y en la Administración de Justicia.

En su discurso, ha recordado los distintos “retos” que se han sucedido a lo largo de los años y también “los once largos años en los que batallamos por la supervivencia personal y por el mantenimiento del poder judicial en el País Vasco”. “Los años en los que sobrevivimos a la violencia de persecución y afrontamos las campañas de deslegitimación desatadas por la organización terrorista ETA y su frente político”, ha rememorado. Entre los retos más recientes, ha citado el de la implantación de un nuevo modelo organizativo de oficina judicial y de la digitalización del proceso. Asimismo, ha destacado “el esfuerzo constante” en la Sala de Gobierno, “por la mejora de la eficacia y la transparencia en el ejercicio de la función jurisdiccional; por la garantía efectiva de los derechos de las víctimas en el proceso penal; por el avance en el uso del euskera en la Administración de Justicia; y, en definitiva, por el constante incremento de la calidad del servicio público de la justicia”.

Espacios de encuentro

De manera previa, su sucesor en el cargo, Iñaki Subijana, ha sido el encargado de realizar la 'laudatio' de Juan Luis Ibarra, una intervención en la que ha destacado que, en “estos momentos de horror bélico por la agresión y la ocupación ilegítima de Ucrania por Rusia, esta Cruz de Honor simboliza la apuesta por los valores cívicos que se encarnan en la figura” del galardonado. En este sentido, ha resalado que la trayectoria profesional de Ibarra “está jalonada por el diálogo en la búsqueda de espacios de encuentro, la hábil gestión del disenso y la elaboración de un discurso público lúcido que traslada la voz de la justicia al espacio de las ciudadanas y los ciudadanos”.

También ha valorado su apuesta por “la búsqueda incansable de la confianza de las personas en el sistema de justicia, con una especial atención por aquellas que se encuentran en riesgo de ser excluidas del paraguas de protección del sistema judicial”. Subijana ha repasado su carrera en la que “tres de sus grandes preocupaciones como jurista” han sido “la construcción del estatus de ciudadano como título habilitante del discurso público-democrático, la proyección de este estatus en el ámbito de la Unión Europea y la repulsa más extrema a la negación radical del Estado de Derecho que supone la tortura en cualquiera de sus manifestaciones”.

Asimismo, ha valorado que ha sido “un valioso muñidor de un discurso público de exaltación del valor contributivo de las víctimas del terrorismo de ETA a la consolidación del Estado de Derecho, crítico con los silencios y complicidades que hicieron de la aparente neutralidad un apoyo tácito a un proyecto político totalitario y abierto a una narrativa que evite la des-memoria post-ETA y conduzca a una memoria respetuosa con los valores de la justicia victimal”. Subijana ha destacado que, en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, ha sido “el piloto de un proceso sostenido de restablecimiento y consolidación del citado Tribunal en el sistema institucional de la Comunidad Autónoma del País Vasco”.

También ha incidido en su “firme su apuesta por la mejora del servicio público de la justicia en la búsqueda de mayores cotas de eficiencia, aun a costa de gestionar las frustraciones derivadas de la dificultad de acortar el espacio entre lo que se quiere y lo que se puede”, así como sus “esfuerzos en la búsqueda de una mejor calidad de las resoluciones judiciales”. Finalmente, ha destacado que “supo comandar la fase más inédita a la que se ha visto enfrentada el poder judicial desde la aprobación de la Constitución de 1978: la generada por la suspensión de actividades judiciales por la Declaración del Estado de Alarma por la pandemia de la COVID-19”.

Ahora, ha señalado, tiene “el broche final” a su vida profesional como magistrado en esta Cruz de Honor que “simboliza el reconocimiento de todas y todos a una solvencia y una pericia técnica que permite que nuestra sociedad tenga un espacio regido por el Derecho y la Justicia como única alternativa viable a la barbarie”. “Y digo broche final como magistrado dado que como jurista sigue aportando su experiencia y sabiduría”, ha concluido.