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La plantilla de Mercedes-Benz en Vitoria presiona para conseguir mejoras laborales a las puertas de la electrificación

Concentración del comité de empresa de Mercedes-Benz Vitoria ante la planta.

Belén Ferreras

Bilbao —

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Los trabajadores de Mercedes-Benz en Vitoria, la mayor factoría de Euskadi, realizarán la próxima semana paros de una hora por turno para reclamar mejoras y denunciar el “deterioro alarmante” de las condiciones laborales y de la conciliación familiar. La movilización, convocada en la última semana activa de este año, ya que la planta estará cerrada por las vacaciones navideñas entre el 19 de diciembre y el 12 de enero, se realiza a las puertas del inicio de un ejercicio clave para la empresa alavesa, ya que en 2026 se pondrá en marcha la producción de la nueva furgoneta eléctrica. La nueva producción, según denuncian los sindicatos, llevará aparejada cargas de trabajo “excesivas y coacciones” sobre los trabajadores.

La convocatoria de movilizaciones se realiza en clara división sindical. Parte de las centrales que tienen la mayoría del comité de empresa, ELA, LAB y ESK, y se aprobó en el pleno del comité del pasado 1 de diciembre con los votos a favor de estos sindicatos, que suman 18, y la abstención de UGT, CCOO y Ekintza, que suponen 11. Los paros se llevarán cabo durante una hora por turno los días 15, 16, 17 y 18 de diciembre.

La movilización es la primera que se lleva a cabo después de aprobarse el nuevo convenio de la empresa en verano de 2022 que, por cierto, no votaron los sindicatos que convocan las movilizaciones y que firmaron UGT, CCOO, PIM y Ekintza tras un largo periodo de conflictividad y huelgas. Entonces, estos sindicatos tenían la mayoría de la representación, que perdieron en las siguientes elecciones sindicales. PIM ni siquiera tiene ya delegados.

Ahora, los sindicatos contrarios al convenio, y que tienen a la mayoría del comité, impulsan las movilizaciones como protesta por los “incumplimientos continuados” de la empresa y un “empeoramiento general de la situación”, dicen. Entre otras cuestiones, se quejan de los turnos de nueve horas que han venido haciendo este año- aunque se trata de una medida que termina ahora- “incumplimientos reiterados de acuerdos, falta de compromiso frente a los riesgos psicosociales, empeoramiento evidente de la movilidad hacia la fábrica, desigualdad de condiciones para personas contratadas vía ETT y creciente judicialización de las relaciones laborales”. Señalan que la flexibilidad horaria les lleva a que tengan que hacer las 45 horas semanales en los turnos de tarde y de 53 horas en el de mañana como consecuencia directa de la novena hora y del trabajo los sábados, lo que “hace imposible la conciliación familiar y laboral”.

“Ha llegado el momento de que la plantilla y el comité digan basta ya y defiendan sus derechos”, dicen, y quieren adelantarse a la próxima negociación del convenio, previsto para 2027. “Esperar a la próxima negociación del convenio sería un error. Si ahora no se demuestra el hartazgo colectivo ante los incumplimientos actuales, en la negociación del convenio la empresa intentará avanzar todavía más en su ofensiva”, advierten desde estos sindicatos. La empresa, por su parte, no ha querido valorar las movilizaciones.

Las centrales que no se suman a la convocatoria, UGT, CCOO Ekintza, creen que es una maniobra de la mayoría del comité para “lavar su falta de acción”, porque se llama a la movilización sin plantear “propuestas reales” para “mejorar la situación de la plantilla”, señalan por ejemplo desde CCOO. “Bloquean la negociación y plantean movilizaciones sin presentar soluciones concretas para los problemas de la plantilla”, señalan desde este sindicato. “Temas como los disfrutes, los riesgos psicosociales, la novena hora o la situación de las personas de ETT se mencionan una y otra vez, pero sin aportar propuestas que permitan resolverlos”, critican. Además, recuerdan que la plantilla “lleva todo el año soportando jornadas de 196 horas mensuales debido al rechazo de esta mayoría a un acuerdo que ofrecía mejoras reales para 2025”. “La plantilla necesita rigor, acuerdos y mejoras reales”, no gestos vacíos señalan, porque recuerdan que en estos momentos o hay abierta ninguna negociación.

Las movilizaciones de esta semana próxima son un anuncio de lo que puede venir, en un año clave para el futuro de la planta por la puesta en marcha de la producción de furgonetas eléctricas. El convenio actualmente en vigor se firmó también bajo la espada de Damocles de que es esfumara la inversión millonaria de 1.200 millones en la planta a para poner en marcha esta línea de producción, que se condicionaba a que hubiera un convenio y estabilidad laboral. Finalmente, con el convenio firmado tras un convulso periodo de huelga, la multinacional confirmó la inversión de 1.200 millones para la fabricación de la nueva furgoneta eléctrica basada en la plataforma modular VAN.EA.

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