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Arte en la calle: las paredes gallegas hablan

Ordes / CC BY-NC-ND Trevor Huxman

Marcos Pérez Pena

Ordes, Carballo, Vigo, a Ribeira Sacra, A Coruña, Ferrol... Los murales se extienden por las ciudades y villas gallegas. De forma espontánea por la acción de artistas y grafiteros y, cada vez más, por iniciativas institucionales que comprenden que estas creaciones son una forma de aportar color y nueva vida a espacios urbanos sosos (en el mejor de los casos), o caracterizados por el feísmo o el abandono. Conocidos son los ejemplos de Lyon, Londres, Bristol, París, Milán o Marsella, pero el arte urbano comienza a ser protagonista también en Galicia.

Hablar de murales en Galicia es hablar de Ordes (A Coruña). Su Festival Internacional de Arte na Rúa Desordes Creativas llega ya a su octava edición, ocho años en los que ha ido llenando esta villa y las medianeras de sus edificios de obras por las que vale la pena hacer un recorrido. “El Festival actúa como una eficaz herramienta de regeneración urbana y diálogo social, que convierte ver espacios en desuso o abandonados en nuevos lugares llenos de vida y color para el disfrute colectivo. Un gran museo público y gratuito a cielo abierto”, subrayan sus organizadores. Por Ordes han pasado este año artistas internacionales de prestigio, como Aryz, Axel Void o Sr.X, pero en sus calles pueden verse los trabajos de creadores gallegos que también han dejado su huella fuera de nuestras fronteras. Liquen, Sokram, Sekone o Nana demuestran el alto nivel que en Galicia consigue este tipo de arte.

El éxito y la rentabilidad social conseguida por el Desordes Creativas no ha pasado desapercibido para otras localidades. Y en este año 2015 han sido varias las iniciativas institucionales que han fomentado el arte en la calle. En junio Carballo (A Coruña) celebró la primera edición del Rexenera Fest, que reunió a cinco artistas de distintos países para intervenir en cinco paredes de gran formato en diferentes puntos del el casco urbano. El objetivo del festival es “hacer de nuestro pueblo un gran museo al aire libre que irá creciendo año tras año” y servirá “como una ventana de Carballo abierta al mundo, para poner en el mapa el pueblo a través de sus calles y favoreciendo un turismo cultural diferente en la zona urbana del ayuntamiento”. Además, destacan, “el evento actuará como un agente rehabilitador contra el feísmo urbanístico y utilizará las calles como un espacio de diálogo y de expresión artística. Regenerará espacios deteriorados, le aportará valor añadido al paisaje urbanístico, dinamizará el tránsito peatonal y expandirá los espacios de ocio en las zonas en las que se va a intervenir”.

También ha sido esta la primera edición del proyecto Vigo, una ciudad de color, en el que un total de 15 calles, escaleras, parques y medianeras de la ciudad fueron cubiertas con las creaciones de un gran número de artistas, por iniciativa del Ayuntamiento. Desde la Rúa Zaragoza al parque de Navia, pasando por Vía Norte o las escaleras de Pi y Margall o Don Quijote, lo que eran paredes vacías han sido transformadas en algo muy diferente, cambiando en ocasiones por completo a fisonomía del entorno.

Acaba de ponerse igualmente en marcha una iniciativa semejante en A Ribeira Sacra, comarca entre las provincias de Lugo y Ourense, donde se van a crear 21 grandes murales en los ayuntamientos de la zona. El proyecto, que cuenta con el apoyo de la Xunta y del Consorcio de Turismo de A Ribeira Sacra, busca “conectar el paisaje y la historia” de la zona, “embellecer algún espacio de los más degradados o desapercibidos y crear una nueva herencia, junto con la existente”. Además, se quiere promocionar la candidatura del espacio para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Ya se puede ver un mural en el centro de Sober, inspirado en la leyenda de Pena da Serpe de Vilaescura, y están también terminados tres más en A Pobra do Brollón, Taboada y Ribas de Sil.

No son estas las únicas localidades gallegas que cuentan con ejemplos de arte urbano. Podemos encontrar interesantes creaciones desde Cerdedo a Monforte y, por supuesto, en las siete grandes urbes. Comenzando por A Coruña, con hermosos murales en muchos de sus barrios; una ciudad, además, con una tradición acreditada en este campo, desde Lugrís a Seoane pasando por Leopoldo Novoa. Es reseñable igualmente el caso de Ferrol y As Meninas de Canido, una iniciativa nacida en 2008 y que ya se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad, atrayendo cada año a docenas de artistas.

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