Los vecinos protestan por las obras sin terminar de un tramo de autopista inaugurado por Rajoy hace un mes
La ampliación de la AP-9, la principal autopista gallega, en su entrada a través del emblemático puente de Rande a Vigo, la mayor ciudad de Galicia, fue inaugurada por los presidentes Rajoy y Feijóo el pasado 30 de diciembre. Sin embargo, varias obras consecuencia de esa ampliación a su paso por los barrios urbanos de Chapela (Redondela) y Teis (Vigo) no están finalizadas, y no lo estarán hasta dentro de varios meses. Un mes después de la inauguración oficial, acelerada por la concesionaria para poder subir los peajes lo antes posible, este sábado varios cientos de vecinos y vecinas de la zona afectada se concentraron para exigir a las administraciones celeridad y plazos concretos.
El propio Ministerio de Fomento admitió en diciembre, dos días antes de la inauguración, que tiene obras pendientes de realizar en la zona por unos 11 millones de euros, entre reposición de caminos afectados por la ampliación de la autopista, actuaciones para reducir el ruido del tráfico y, fundamentalmente, para construir en otro lugar un colegio al que la nueva calzada se acercó tanto que las familias temen por la seguridad del alumnado.
Las protestas vecinales ya hicieron que se construyese un muro de hormigón entre el colegio y la autopista como medida de protección, e incluso que diez días después de su inauguración Fomento restringiese la circulación por uno de los carriles de nueva construcción por su cercanía al centro escolar. Pero la solución definitiva no llegará hasta que se finalice la construcción del colegio en otro lugar, que Fomento aún acaba de licitar ahora y que los vecinos ya asumen que no estará finalizado para el comienzo del próximo curso escolar. Los afectados también critican que la AP-9 carece de pantallas de protección frente al ruido a pesar de discurrir a lo largo de más de seis kilómetros por un entorno completamente urbanizado.
Ese carácter urbano de los barrios de Teis y Chapela, en el pasado separados de Vigo pero hoy completamente integrados en la ciudad, motiva otra de las reclamaciones vecinales, que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento. La de hacer que en esos kilómetros finales de entrada a Vigo la AP-9 se convierta en una vía urbana con accesos hoy inexistentes (a la altura de la calle Buenos Aires o incluso antes, en el lugar denominado Torres de Padín) que permitan acceder a ella en Teis y Chapela para dirigirse al centro de la ciudad y así liberar de tráfico las congestionadas calles de esos dos barrios. Sin embargo, el proyecto está estancado porque Ayuntamiento de Vigo por una parte y Fomento y Xunta por otra se atribuyen de manera mutua la responsabilidad de diseñar esos nuevos accesos.
A la espera de contar con esos nuevos accesos, Xunta y Fomento acaban de acordar suprimir el peaje para los conductores en el enlace más próximo a la zona, el de Redondela, a varios kilómetros de distancia, pero a cambio de subir los peajes aún más en el resto de la autopista en una cuantía que aún no determinaron. Los vecinos piden plazos concretos para esa supresión del peaje así como que se acelere la construcción de los nuevos enlaces que permitan que la autopista recién ampliada que ahora ven pasar junto a sus casas además pueda serles útil también a ellos. También rechazan que la supresión del peaje en Redondela la tengan que pagar el resto de usuarios de la vía.