El Supremo obliga a los Franco a devolver a Santiago las estatuas del Pórtico de la Gloria de la catedral
La Sala de lo Civil del Tribunal Supremo ha condenado a la familia Franco a devolver al Ayuntamiento de Santiago las dos esculturas románicas atribuidas al Mestre Mateo, el creador del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. La sentencia considera probado que las dos figuras de los profetas Abraham e Isaac son las mismas que el consistorio compostelano adquirió en 1948 y que, seis años después, el entonces alcalde la ciudad envió al Pazo de Meirás, la residencia de verano del dictador “sin adoptar acuerdo alguno” —según la demanda— y “por vía de hecho”, únicamente “movido por el deseo de complacer a la esposa del Jefe del Estado”.
La Audiencia Provincial de Madrid, como había hecho antes el juzgado de Primera Instancia, desestimó la demanda, en su caso por considerar que las esculturas reivindicadas por el consistorio “no estaban adecuadamente identificados”. Sin embargo, el Supremo ha estimado el recurso del Ayuntamiento, presentado en 2022, al considerar que se produjo “un error patente” en la valoración de la prueba. Para la Sala, la identificación de las estatuas “es clara y se desprende sin lugar a duda de los documentos aportados y del informe pericial emitido”.
Como la sentencia de la Audiencia consideraba que éste era el único requisito que la acción del Ayuntamiento no había cumplido —ya que afirmaba que no se habían identificado adecuadamente los bienes—, una vez constatado que los bienes reivindicados son los que efectivamente están en poder de los demandados, el Supremo consideró que la demanda en la que se ejercita la acción reivindicatoria debia ser estimada y las esculturas devueltas a quienes siempre se habían considerado sus legítimos propietarios.
La fractura que no aparecía
Las piezas en disputa, esculpidas entre los siglos XII y XIII y atribuidas al Mestre Mateo, son “dos estatuas sedentes, con largas barbas, que sostienen sendas cartelas desplegadas y visten el manto y túnica habituales en las figuras medievales”. Originalmente, formaban parte del Pórtico de la Gloria, la entrada occidental de la Catedral considerada una obra cumbre del arte mundial. En el siglo XVI, la ampliación del templo obligó a retirarlas. Reaparecieron en 1948, cuando el ayuntamiento se las compró al conde de Ximonde quien ponía como condición que no podrían abandonar la ciudad. El encaprichamiento de Carmen Polo y el ansia de contentarla del regidor romperían aquel compromiso.
Una de ellas, según el informe pericial, presentaba “una fractura que la divide en dos fragmentos”. La Audiencia Provincial no encontró esa fractura por ninguna parte y por eso argumentó que no se había podido demostrar que era la misma. Al Supremo, sin embargo, no le costó descubrirla. “Del examen de las fotografías (de dicho informe), se observa a simple vista que una de ellas tiene una fractura precisamente a media pierna y con dirección ligeramente diagonal”. Fue una de las pruebas que esgrimió el alto tribunal para concluir que las piezas que demandaba el ayuntamiento y las que poseen los Franco eran las mismas “sin posibilidad de duda”.
“Un día grande”
“Por fin se hace justicia respecto al expolio que la familia Franco perpetró con dos piezas del mestre Mateo que pertenecían al patrimonio público de la ciudad”. En declaraciones a elDiario.es, el exalcalde Martiño Noriega no ocultaba su alegría. Noriega lideraba el gobierno de Compostela Aberta que inició la demanda en 2017. “Ya en su momento advertimos, en la apelación del 2019, que la Audiencia Provincial de Madrid había omitido toda la documentación que demostraba la titularidad pública de las piezas. Me alegra comprobar que el Supremo rectifique la decisión inicial, avalando el magnífico trabajo técnico-jurídico de esos años”. “Hoy es un buen día para la capital de Galicia, Abraham e Isaac ya pueden volver a casa”, concluyó.
A la actual regidora, lo de “buen día” se le quedaba corto. “Es un día grande, un día muy importante para el Ayuntamiento de Santiago y para el conjunto de Galicia”. La nacionalista Goretti Sanmartín —que cogobierna con Compostela Aberta— recordó la “larga lucha” tras esta sentencia, en la que intervino “personal municipal, sobre todo de la asesoría jurídica”, pero también “una lucha en la que la sociedad civil y las personas que trabajan en memoria histórica denunciaron y dieron pruebas de cómo el patrimonio de los Franco fue conseguido con base en el expolio”.
Sanmartín sabe bien de lo que habla. Desde su puesto como vicepresidenta de la Deputación de A Coruña (2015-2019) encargó el informe jurídico que sentó las bases para que el Pazo de Meirás volviese al patrimonio público. Ahora, le toca el turno a Isaac y Abraham que permanecen en la capilla del edificio, en una de esas estancias que, de momento, los visitantes sólo pueden contemplar desde el exterior.
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