Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Sexo, 'startups' e inversión: así de duro es emprender en el sector erótico

Así de complicado resulta emprender en el mundo del sector erótico

Pilar Chacón

Ocho de cada diez mujeres admiten emplear algún juguete erótico en su vida sexual. No buscan otra cosa que sorprender a su pareja y darle un toque picante a sus encuentros amorosos. Con esta misma intención, el 75% afirma haber comprado alguna vez lencería erótica, aunque les resulta complicado encontrar la tienda adecuada para hacerlo.

Datos como estos dibujan un panorama bastante optimista para las pequeñas empresas que tratan de hacerse un hueco en el sector. La moda de la literatura erótica - que aterrizó en nuestro país hace apenas dos años -, el cambio de imagen que han experimentado algunos 'sex shops' y la intimidad que ofrecen las tiendas virtuales son algunos de los elementos que explican la aparición de nuevos clientes - principalmente, mujeres - para los comercios eróticos.

A pesar de todo, no resulta fácil emprender en un sector marcado aún por ciertos tabúes. Los problemas que toda 'startup' tiene en sus inicios parecen multiplicarse cuando se menciona la palabra sexo.

Un 'sex shop online' de lo más cultural

Paciencia. Ese es el consejo que todo emprendedor del sector erótico debería hacer suyo según José Luís Matesanz, CEO de Ay qué gusto, un 'sex shop' en línea que además de vender vibradores, bolas chinas o lubricantes, ofrece a los enamorados escapadas románticas o reportajes fotográficos eróticos.

Asentado en la Red desde 2011, Matesanz ya tenía claro que su negocio sería diferente al resto de 'sex shops' que podemos encontrar en internet. “Todas las webs se centran en vender sólo productos y yo quería darle la oportunidad a los artistas y escritores de darse a conocer”, cuenta a HojaDeRouter.com.

De ahí que venda también fotografías, joyas o promocione Ay qué gusto con un concurso de relatos eróticos. En la última de sus dos ediciones celebradas hasta el momento, a Matesanz le sorprendió la cantidad de participantes, unos 150. “La verdad es que nunca llegué a imaginar que la gente se comprometiera a escribir una novela y se animara a participar”, confiesa.

De momento, la 'startup' no ha acudido a ningún inversor en busca de apoyo financiero. Según nos cuenta, 'Ay qué gusto' busca sinergias - esto es, compartir recursos - con otras empresas del sector, asociaciones y museos. Sin embargo, Matesanz reconoce que el suyo “es un sector extraño”. Cuando empezó, pensaba que “el mercado estaba más abierto”, pero no es así. “A pesar de que ya hay tiendas físicas que han dado un cambio de imagen, sigue habiendo una mentalidad muy cerrada”.

Productos del amor fuera de un 'sex shop'

Menos dificultades ha tenido el equipo de We Are You (WAY), una compañía que diseña, fabrica, distribuye y vende sus propios productos eróticos (en concreto, cosméticos y lencería). Lo hace, eso sí, de un modo original. En lugar de comercializar sus marcas en 'sex shops' físicos y virtuales, las colocan en puntos de venta tan cotidianos como una farmacia, un centro de estética o, incluso, un restaurante.

Según Alicia Zurita, directora de WAY, a la gente le da menos reparo comprar aceites o potenciadores de orgamos en una farmacia que en un 'sex shop'. “Durante tres años estuvimos haciendo experimentos, sacando el producto fuera del sector erótico, y resultó que las ventas se dispararon una cosa impresionante”, señala. “Cualquiera puede comprar estos productos, y les gustaría comprarlos, pero no están dispuestos a ir a un 'sex shop'”.

En cuanto a la financiación, Zurita dice que ha tenido suerte en dar con las personas adecuadas, “pero sí que hay mucha gente que en el momento en el que se toca algo de sexo, se echa para atrás”. De acuerdo con la directora, cuando se han dirigido a inversores han acabado definiéndose como una empresa de comercio al por menor. Y no es mentira: al fin y al cabo, distribuyen sus productos fuera del sector erótico.

Un sector complicado

Darse a conocer y encontrar dinero para seguir adelante son los retos más difíciles a los que se enfrentan las 'startups' del sector erótico. Según Iñaki Arrola, inversor y cofundador de Vitamina K, la principal dificultad que tienen las pequeñas empresas es que no resulta fácil atraer usuarios a través de los anuncios de Google. Y que se olviden de basar su negocio en los dispositivos móviles porque ni en la App Store ni en Google Play las 'apps' eróticas están permitidas.

Además, la mayor parte de las empresas que nacen juegan dentro de la liga del comercio electrónico y, de acuerdo con Arrola, a los inversores ya no les llama tanto la atención. “El 'e-commerce' está, en general, un poco de capa caída. No es que no sea una inversión interesante, pero al haber mucha competencia, los inversores están apostando por más tipos de 'startups'”.

Al final, tengan o no la culpa los tabúes que aún rodean al sector erótico, las 'startups' consultadas están de acuerdo en una cosa: hay personas dispuestas - si logras desterrar sus temores - a comprar productos o vivir experiencias de lo más sensuales. Y, claro, mientras haya una necesidad, siempre habrá empresas que la satisfagan.

---------------

Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de M. Max, Juane DC, WAY y Photo Atelier

Etiquetas
stats