Una encuesta señala que el 82% de los españoles califica de genocidio la actuación de Israel en Gaza

El barómetro anual del Real Instituto Elcano confirma la censura de la conducta de Israel en la guerra de Gaza por parte de los españoles, el 82% de los cuales considera que se trata de un genocidio. Esto representa un aumento de 11 puntos respecto al informe de hace un año, lo que supone un incremento de prácticamente el 20%.

La consideración de que el comportamiento israelí constituye genocidio es ampliamente compartida incluso entre los participantes en el sondeo que se identifican como de derechas, el 62% de las cuales la suscriben. El 60% apoyan la creación de un Estado palestino, y aumenta ligeramente (del 37% al 38%) el porcentaje de quienes consideran que la solución para el conflicto es la creación de un estado único con los mismos derechos para judíos y palestinos.

El trabajo también recoge que quienes opinan que Israel “está haciendo lo que necesita para defenderse del terrorismo de Hamás” cae cinco puntos hasta el 23%, y contradice el habitual argumento del Gobierno israelí de que oponerse a sus políticas constituye antisemitismo; la simpatía por los judíos se sitúa en un valor de 5,7, medio punto más que en un estudio del Elcano de 2016.

Esta buena predisposición de los españoles con los judíos muestra una madurez ciudadana que encaja con lo sucedido tras los atentados del 11 de marzo en 2004, cuando el antiislamismo no aumentó pese a la inspiración yihadista de los responsables, según explicó durante la presentación del informe hoy lunes la directora de Opinión Pública y Migraciones del instituto y Carmen González. González cree que esta capacidad de separar el todo de sus partes remite a la época del terrorismo de ETA y la distinción entre los partidarios de la banda y los vascos en general.

La experta, también catedrática de Ciencia Política de la UNED, descarta que la aceptación de los judíos tenga que ver con la escasa presencia demográfica del colectivo en España; compara esta circunstancia con el rechazo elevado que sufre en Polonia, un país con porcentajes hoy también bajos de población hebrea.

El informe del centro de estudios se basa en una encuesta telefónica a 1.000 personas realizada en mayo de la que se extrae también que la opinión de los españoles sobre EEUU es la peor prácticamente desde que se realizan estudios demoscópicos. La simpatía por la potencia americana, en una escala de 0 a 10, se sitúa en 5,1, siete décimas menos que antes de las elecciones presidenciales de 2024, y está por debajo de la que los participantes expresan por China, que es de 5,8. Donald Trump tiene una valoración peor que Xi Jinping y solo está mejor considerado que el israelí Benjamin Netanyahu y el ruso Vladímir Putin.

González recordó que hay factores históricos que explican una cierta suspicacia española con la superpotencia que se remontan casi hasta la época de la guerra de Cuba de 1898, sazonados posteriormente por el espaldarazo al franquismo en los años 50 e incluso la pervivencia de las bases militares en territorio patrio.

El descenso del apoyo a EEUU parece muy vinculado a la actuación de su actual presidente, Donald Trump, con efectos nocivos para el 61% de los encuestados. Los aranceles decretados por el mandatario son el principal efecto negativo de su actuación, según el 83% de los que respondieron que los efectos serán negativos o mixtos.

Von der Leyen, desconocida por media España

El europeísmo de los españoles sigue en valores muy altos; el 83% considera que la pertenencia a la UE es beneficiosa, pero desciende desde el 91% de 2021. Cae más en ciudadanos de derechas, que hasta 2018 eran los más favorables, coincidiendo con el discurso anticomunitario de la extrema derecha.

El dato de apoyo a la UE es, en todo caso, muy superior al de 2014, cuando las consecuencias de la austeridad forzada por las instituciones comunitarias había hecho que descendiese al 49%. Ello no quita que el funcionamiento de la maquinaria de la UE siga siendo bastante desconocido por la ciudadanía. El 50% no sabe siquiera quién es la presidenta de la Comisión Europea, a pesar de que lleva ya seis años en el cargo. Pero es que a su antecesor, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, solo lo conocía en 2018 el 18% de los encuestados entonces.

El 50% de los encuestados consideran que la inmigración irregular sigue siendo el mayor reto al que se enfrenta la UE, pero la cifra es cinco puntos menos que en 2024. La guerra de Ucrania es preocupante para el 45%, y el 52 consideran incluso que España debería mandar tropas “para garantizar la seguridad” del país. El tercer problema europeo es, con el 44%, la desigualdad social y la pobreza.