Lula da Silva visita a Joe Biden para reencauzar la relación entre Brasil y Estados Unidos
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva emprenderá mañana su primer viaje a Washington en lo que va de su tercer gobierno. El encuentro con su par Joe Biden, que responde a una invitación del jefe de la Casa Blanca, está previsto para las 17,30 del viernes. Antes, al mediodía, el mandatario brasileño -que viaja acompañado por su esposa y se hospedará en Blair House, la residencia oficial donde se hospedan presidentes invitados- se reunirá con el senador del progresismo norteamericano Bernie Sanders. También recibirá a representantes del Partido Demócrata y finalizará la serie de reuniones previas en una cita con miembros de la dirección de la ALF-CIO (la organización gremial estadounidense).
Lula y Biden se conocen desde hace años, cuando el jefe de Estado norteamericano ocupaba la vicepresidencia de su país. “El elemento principal es que será una entrevista de carácter político, con el hecho simbólico de que ocurre en el inicio del gobierno del presidente Lula”, destacó el embajador Michel Arslanian, secretario de las Américas en Itamaraty. “Será una oportunidad para fortalecer una relación que ya es próxima”, precisó Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, en tono muy similar al de su colega brasileño.
Tanto EE.UU como Brasil enfrentaron, con dos años y dos días de distancia, violentos ataques de la ultraderecha a los poderes. En el caso americano fue la invasión al Capitolio provocada por huestes de Donald Trump el 6 de enero de 2021. En el brasileño, el 8 de enero último con la destrucción del Palacio del Planalto, el edificio del Congreso y de la Corte Suprema, por aliados a Jair Bolsonaro.
En una entrevista publicada hoy por Jamil Chade, columnista del site UOL, el célebre intelectual Noam Chomsky sostuvo: “El apoyo de Biden al nuevo gobierno tuvo un gran significado. Los militares finalmente no intervinieron y las iniciativas del presidente demócrata tuvieron un papel significativo en eso”. Chomsky reconoció que “este viaje es una tentativa clara de Brasil de retorno al palco internacional”, pero también advirtió que “la relación con Estados Unidos será central en ese proyecto, por cuento del poder de Washington y su influencia”.
Lula debe vivir un desafío: celebrar por un lado la alianza contra la extrema derecha, pero al mismo tiempo no mencionar a China, donde debe viajar este mismo mes. Para la diplomacia de Itamaraty, la gira que emprende mañana el presidente brasileño recupera las relaciones largamente estancadas -por obra del gobierno bolsonarista- entre los dos países. Se sabe, además, que el presidente de Brasil será invitado a participar de la segunda Cumbre de la Democracia. La primera, recordaron los medios brasileños, estuvo enfocada casi exclusivamente en Beijín.
Fuentes diplomáticas indicaron que el presidente Lula da Silva lleva una iniciativa: la de instituir un Club de Paz que pueda negociar el conflicto entre Rusia y Ucrania. El proyecto sería presentado en la cumbre del G20 en Nueva Delhi. Otro asunto central de la agenda es el cambio climático y la preservación del Amazonas. Brasil le pedirá a Estados Unidos que colabore con el fondo financiero destinado a ese fin. El combate al hambre y a la pobreza en el ámbito global figurará en las conversaciones, lo mismo que la lucha contra el racismo. En la delegación que acompañará mañana a Lula, está Anielle Franco, ministra de Igualdad Racial.
La comitiva es bastante restricta, ya que el presidente brasileño llevará otros tres ministros: Fernando Haddad, de Hacienda, Marina Silva de Medio Ambiente y Mauro Vieira de Relaciones Exteriores. A ellos se sumará el asesor especial del presidente, Celso Amorim.
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