Los 'influencers', objetivos de la guerra interna del cártel de Sinaloa en México
A principios de año, un helicóptero lanzó panfletos sobre la capital del estado mexicano de Sinaloa acusando a influencers y a músicos locales de estar al servicio del crimen organizado. Cuatro de las 25 caras que aparecían en los folletos tenían estampada encima la palabra “ELIMINADO”.
Desde entonces, más personas han sido asesinadas, entre ellas el narcotraficante devenido en YouTuber Camilo Ochoa, muerto a tiros en agosto.
Los influencers se han convertido en un objetivo de la guerra entre facciones del cártel de Sinaloa, un reflejo de su supuesto papel en el blanqueo de dinero y en la propaganda del cartel, así como en la guerra que se libra en Internet.
Una cruenta guerra interna
El conflicto dentro del cártel estalló después de que en julio de 2024 las autoridades estadounidenses detuvieran en El Paso (Texas) a Ismael ‘El Mayo’ Zambada, cofundador junto a Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán del cártel de Sinaloa, donde su avioneta había aterrizado. Joaquín Guzmán, hijo de ‘El Chapo’, fue detenido en la misma operación.
‘El Mayo’ ha acusado al hijo de ‘El Chapo’ de traicionarlo y entregarlo a las autoridades estadounidenses. Ahora, una facción liderada por el hijo de ‘El Mayo’ está librando una guerra contra la facción liderada por los dos hijos de ‘El Chapo’ que siguen en libertad en México.
Más de 2.500 personas han muerto por esta guerra interna, incluyendo varias personas que aparecían en el panfleto y otras que no figuraban en él. Al parecer, el folleto fue distribuido por la facción de ‘El Mayo’ que acusa a los influencers de blanquear dinero para los hijos de ‘El Chapo’.
Varios integrantes de la lista buscaron refugio en otros estados o países tras una serie de ataques contra influencers de Sinaloa, entre ellos el perpetrado contra el youtuber conocido como ‘El Jasper’, encontrado muerto con 70 heridas de bala. En noviembre, los medios informaron del asesinato a balazos de Gerardo 'El Jerry', creador de contenido.
Pero ya los están persiguiendo más allá de las fronteras de Sinaloa. Antes de que asesinaran a Ochoa en el estado de Morelos, en el estado de Baja California había sido asesinado a tiros Gail Castro, hermano del famoso influencer Markitos Toys.
“Máquina de propaganda”
Markitos Toys, de 26 años, comenzó a ganar muchos seguidores hace unos seis años. Ha estado en el centro de la polémica por sus amistades con gente cercana a los hijos de ‘El Chapo’ y por su estilo de vida de lujo, con coches deportivos y marcas de diseño. Su rostro era el primero en los panfletos distribuidos en enero.
Según el periódico Milenio, Markitos Toys es uno de los 64 influencers de Sinaloa bajo investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera de México. La sospecha es que grupos del crimen organizado inflan artificialmente el número de seguidores. Parte del dinero ‘lícito’ que reciben de las plataformas por su contenido podría terminar en manos de los cárteles.
El crimen organizado siempre está buscando nuevas formas de blanquear dinero, con sus expertos en finanzas explorando cada milímetro del ecosistema
Markitos Toys niega las acusaciones, pero desde que estalló la guerra ha estado en todas partes menos en Sinaloa. La casa en Culiacán de sus padres fue acribillada y en la acera alguien grabó las letras MF, iniciales de Mayito Flaco (hijo de El Mayo).
“El crimen organizado siempre está buscando nuevas formas de blanquear dinero, con sus expertos en finanzas explorando cada milímetro del ecosistema”, dice Salvador Mejía, abogado especializado en finanzas ilegales.
En opinión de Mejía, los influencers siguen siendo un canal de blanqueo relativamente menor, mientras que su verdadera utilidad reside en la propaganda. “Los cárteles tienen sus propios departamentos de relaciones públicas”, dice Mejía. “Lo que tenemos es una maquinaria de propaganda”.
Los grupos del crimen organizado llevan mucho tiempo grabando espeluznantes vídeos de torturas, confesiones y ejecuciones, o garabateando mensajes en pancartas junto a los cadáveres, para enviar mensajes y manipular a la opinión pública. En los últimos tiempos han recurrido también a las redes sociales, donde los narcoinfluencers promocionan un determinado estilo de vida y cercanía al crimen organizado, a menudo en tono aspiracional y con contenidos diseñados para atraer a los adolescentes.
Ahora, estos influencers se han visto envueltos ahora en una guerra paralela de propaganda en Sinaloa, donde les piden que transmitan ciertos mensajes y donde ellos mismos se convierten en el objetivo, explica Javier Llausas, que en Sinaloa es director de la ONG Construyendo Espacios para la Paz. “Esto es una guerra”, dice Llausas. “Como en cualquier guerra, la propaganda es importante”.
Traducción de Francisco de Zárate.
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Este artículo ha sido editado y actualizado por la redacción de elDiario.es.
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