Los jefes de los 25 mayores fondos de inversión ganan más que el PIB de varios países
El año pasado, los gestores de los 25 fondos especulativos más importantes del mundo ganaron 13.000 millones de dólares, más que toda la economía de Namibia, las Bahamas o Nicaragua.
Kenneth Griffin, fundador y director ejecutivo de Citadel, y James Simons, fundador y presidente de Renaissance Technologies, compartieron el primer puesto: ganaron 1.700 millones de dólares cada uno. La cifra equivale a los salarios anuales de 112.000 personas percibiendo el sueldo mínimo de EEUU de 15.080 dólares.
Según publicó el martes la revista Alpha, del grupo Institutional Investor, las ganancias de los gestores de fondos especulativos que más rinden eclipsan los sueldos de los ejecutivos de primer nivel en Wall Street, blanco de las críticas por sus contratos multimillonarios. El año pasado, el banquero mejor pagado fue Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, con 27 millones de dólares.
Pese a un tumultuoso año de Wall Street, en el que muchos fondos especulativos de renombre han perdido millones de dólares y muchos otros han cerrado, los grandes sueldos en las altas esferas siguen a la orden del día. Un año que para Daniel Loeb, director ejecutivo de Third Point, un fondo especulativo que maneja 17.500 millones de dólares, fue como un “campo de la muerte para los fondos especulativos”.
A pesar de las dificultades, el año pasado Simons y Griffin pudieron aumentar sus ganancias en 500 y 400 millones respectivamente.
Financiadores de la campaña electoral
Los dos hombres de negocios han invertido una fortuna en la carrera presidencial, pero apoyando a los candidatos republicanos que abandonaron. Griffin, según Forbes el hombre más rico de Illinois con una fortuna de 7.500 millones de dólares, ha contribuido con más de 3 millones de dólares en las fallidas campañas de Marco Rubio, Jeb Bush y Scott Walker.
Griffin (47), que empezó su carrera desde su residencia universitaria en Harvard, fue el principal contribuyente en la exitosa campaña de Rahm Emanuel para un segundo mandato como alcalde de Chicago.
Griffin no suele hablar de sus inclinaciones políticas pero en 2012 se describió como “republicano al estilo Reagan”. Dijo que los ricos tenían “poca influencia” en el proceso político. Cuando Emanuel anunció el cierre de 50 escuelas, Griffin pensó que se había quedado corto. En su opinión, había que cerrar 125.
Hace unos meses, Griffin gastó 500 millones de dólares en el cuadro “Number 17A” de Jason Pollock y en “Interchange” de Willem de Kooning, propiedad del magnate del entretenimiento David Geffen. Luego cedió las pinturas al Art Institute de Chicago.
Experto en la teoría de cuerdas y ex criptoanalista de la guerra fría, Simons se ha embolsado en total unos 15.500 millones de dólares con Renaissance Technologies, el fondo especulativo cuantitativo que creó hace 34 años usando estrategias matemáticas.
Controlado desde el pequeño pueblo de Setauket (Long Island), donde Simons posee un enorme complejo frente al mar, Renaissance contribuyó con 13 millones de dólares en la fallida campaña de Ted Cruz. Cuando Cruz quedó fuera de la carrera, los aportes de Renaissance pasaron a Hillary Clinton: hasta el momento, ha contribuido con más de 2 millones de dólares. Euclidean Capital, la empresa familiar de Simons, ha aportado otros 7 millones de dólares a la campaña de Clinton.
Simons (78) se retiró en 2009 de su cargo como director ejecutivo de Renaissance. Según Forbes, está entre los 50 hombres más ricos del mundo. El año pasado, sus ganancias fueron tan descomunales que si un país manejara ese caudal de dinero, se ubicaría en el lugar 178 de las naciones más productivas, de acuerdo con la información del Banco Mundial.
Simons también es conocido por haber donado millones de dólares para la enseñanza de las matemáticas y las ciencias a través de la Fundación Simons, que creó en 1994.
La lista de los 25 gestores de fondos especulativos mejor pagados se publica desde hace 15 años y todavía ninguna mujer ha formado parte del ranking. Normalmente, los gestores de estos fondos reciben comisiones basadas en una fórmula conocida como “2 y 20”: cobran una comisión del 2% de los activos que gestionan y se quedan con el 20% de la rentabilidad que obtienen para los inversores.
Traducción de Francisco de Zárate