Reino Unido rechaza la resolución de la ONU sobre las Islas Malvinas
El Reino Unido ha minimizado un informe elaborado por una comisión de la ONU, en el que se extiende la plataforma marítima de Argentina. El informe ha reavivado el conflicto por el reclamo de que las Islas Malvinas están en aguas territoriales argentinas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina ha recibido con entusiasmo los resultados de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) perteneciente a la ONU, que expande un 35% el territorio marítimo argentino en el Atlántico sur.
Durante una presentación este último lunes, el Gobierno argentino ha declarado que la resolución de la ONU, aún pendiente de publicación, supone una victoria diplomática y reivindica los casi 20 años de reclamos ante la ONU fundamentados en la geología de la plataforma continental. El ministerio ha mostrado nuevos mapas en los que las aguas que rodean las Malvinas se muestran como parte de Argentina.
Por su parte, Asuntos Exteriores del Reino Unido ha asegurado que “la comisión no tiene jurisdicción sobre la soberanía de las Falkland Islands” (como se conoce en inglés a las Malvinas). Ha añadido que el propio organismo de la ONU reconoce que las reglas de procedimiento de la comisión no le permiten tomar en cuenta casos con reclamos superpuestos, como el de Malvinas.
Según una portavoz de Downing Street, “lo más importante es cómo se sienten los isleños de las Falklands”. “Han dejado en claro que quieren seguir siendo un territorio de ultramar del Reino Unido y, desde aquí, seguiremos apoyando su derecho a decidir su propio futuro”.
La explotación marina
La Comisión de Límites de la ONU se puso del lado de Argentina y ratificó la presentación argentina del año 2009 que establecía los límites de su territorio: de 200 a 350 millas desde la costa. Como resultado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina afirmó que las aguas territoriales del país se habían ampliado unos 1.700.000 kilómetros cuadrados, y que la resolución de la comisión de la ONU será importante para la futura explotación del lecho marino.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha celebrado la resolución de la ONU como algo “muy importante” para el país. “Esta ampliación de los límites de la plataforma de nuestro país nos permitirá defender la riqueza de nuestro mar, propiedad de todos y cada uno de los argentinos”, escribió en Facebook.
En enero, poco tiempo después de asumir su mandato, Macri dijo a the Guardian que quería “una nueva clase de relación” con el Reino Unido, aunque dejó en claro que continuaría presionando con el reclamo argentino por la soberanía de las Malvinas.
El martes los opositores al gobierno de Mauricio Macri también saludaron la medida y dijeron que la resolución reafirmaba los reclamos argentinos sobre las islas. “Esto llega en un momento oportuno porque reposiciona nuestro reclamo por Malvinas”, dijo Guillermo Carmona, ex presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja.
A corto plazo, Buenos Aires podría ver el informe de la ONU como una justificación para la explotación pesquera, lo que posiblemente genere más incidentes entre los barcos argentinos y los de las islas. A mediano plazo, la resolución puede tener consecuencias en la exploración y explotación de los recursos naturales, incluidos el petróleo y los depósitos de gas natural, así como también otros recursos minerales y biológicos.
La explotación petrolera en las aguas territoriales alrededor de las Malvinas empezó en 2010 a pesar de la oposición de Buenos Aires. En respuesta a la resolución de la ONU, el Gobierno argentino exigió a las empresas de explotación de hidrocarburos con operaciones en las aguas territoriales que consultaran primero con Buenos Aires. Debido a esto, cayeron las acciones de algunas de las compañías de perforación de la zona.
Una victoria diplomática
Independientemente del tema de las Malvinas, la resolución es un gran estímulo para Argentina, ya que se estima que, incluso si a las Malvinas se las considera como un Estado separado con sus propios derechos marítimos, la resolución no afectaría a más del 5% de la plataforma continental de Argentina.
En 1982, después de que tropas argentinas capturaran el archipiélago ubicado en el Atlántico sur, Argentina perdió una corta y sangrienta guerra con el Reino Unido. “Esta es una ocasión especial para la Argentina. Hemos dado un gran paso en la demarcación del límite exterior de nuestra plataforma continental”, ha asegurado Susana Malcorra, la ministra de Asuntos Exteriores de Argentina. “Reafirma nuestros derechos de soberanía sobre los recursos de nuestra plataforma continental”.
La exploración petrolera ya está haciendo que ingresen millones de dólares en la economía de las Islas Malvinas. Una gran cantidad de isleños siguen preocupados por la reclamación de Argentina tanto como por los posibles problemas que traen los cambios bruscos de la nueva industria.
La propia comisión de la ONU señaló en su resolución anterior que su consejo no se aplica si hay una disputa territorial sin resolver, como es el caso de Argentina y Reino Unido con respecto a las Malvinas. Según las normas de la ONU, los países tienen derechos soberanos sobre sus plataformas continentales desde las costas hasta las 200 millas náuticas. Si se puede demostrar que la zona es una prolongación natural del continente, se puede ampliar el límite a un radio de 350 millas náuticas desde las costas.
El lunes Malcorra publicó un nuevo mapa en el que se marcaban los nuevos límites de Argentina y su nueva “frontera con la humanidad”. Malcorra alabó el trabajo de la comisión, a la cual describió como un “órgano científico integrado por 21 expertos internacionales de reconocido prestigio y creado por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar”. La canciller dijo que la comisión “había adoptado por consenso (sin ningún voto en contra) las recomendaciones de la presentación argentina. Han reconocido que el caso de Argentina sentará precedente”.
El viceministro de Exteriores, Carlos Foradori, dijo que Argentina no actuaría unilateralmente en su disputa con el Reino Unido pero que la resolución era una victoria diplomática y el punto culminante de décadas de trabajo de varias administraciones.
La disputa de Kirchner
La última de las disputas se remonta a 2009, cuando Argentina, bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, hizo una presentación formal sobre los límites de su territorio. Antes de eso, en 1995, el presidente Carlos Menem había encargado 12 estudios científicos marítimos para recolectar datos con el fin de realizar la presentación. En 2009, el Reino Unido emitió una contrademanda. La gran cantidad de reclamaciones han generado un desfase en el trabajo de la comisión, que solo se reúne seis meses al año.
En una entrevista para el diario de las islas, Penguin News, John Barton, director de recursos naturales de las Malvinas, asegura que el tema de la ampliación del límite de la plataforma continental más allá de las 200 millas marítimas estaba cubierto en el artículo 77 del Derecho del Mar y que solo se refería a especies sedentarias.
“Los recursos naturales mencionados en este apartado son los minerales y otros recursos no vivos del lecho marino y del subsuelo, así como los organismos vivos pertenecientes a especies sedentarias, es decir, organismos que, durante el período de explotación, se encuentran inmóviles sobre o bajo el lecho del mar, o que solo se pueden mover si están en contacto constante con el lecho marino o el subsuelo. Así que, en teoría, cualquier jurisdicción sobre las áreas extendidas de entre las 200 y las 350 millas de una plataforma continental no se aplica a los recursos marinos vivos con movilidad como, por ejemplo, los calamares. Una extensión de la plataforma continental tiene mayor incidencia sobre los recursos minerales”.
Mike Hookem, portavoz de la comisión de Defensa en el Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip) ha apelado a su gobierno para que permanezca al lado de los habitantes de las Islas Malvinas y ha afirmado que las islas no se encuentran en aguas argentinas, por lo que la ONU no debería andar alterando el “derecho internacional consuetudinario para beneficio de un país, cuyo accionar en 1982 le costó la vida a más de mil personas. ¿Qué sucedió con el derecho a la autodeterminación de los habitantes de las islas?”
“Después de años de continuas amenazas e intimidación, lo que también incluye acciones ilegales según las leyes internacionales, como la prohibición de algunos navíos bajo ciertas banderas, se quieren quedar con la plataforma continental que rodea a las Falklands para intentar llenar sus arcas vacías a expensas del sustento de gente que no quiere ser parte de Argentina. Creía que la ONU tenía que encargarse de ser un árbitro global y apegarse a lo que dictan sus propias leyes. Su función no era beneficiar a su favorito en detrimento de sus propios principios”, ha declarado Hookem.
Las Malvinas tienen un gobierno interno, pero el Reino Unido es responsable de su defensa y de sus relaciones exteriores. El Gobierno británico sostiene que no se puede forzar a los isleños a aceptar la soberanía argentina en contra de su voluntad. El lunes, el Gobierno de las Islas Malvinas aseguraba estar esperando que el Gobierno británico aclare “qué decisiones se han tomado, en caso de haberlo hecho, y las posibles consecuencias” para el territorio con relación a la resolución de la ONU.
Traducción de Francisco de Zárate