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Análisis de Valiant Hearts: The Great War, un emotivo viaje a través de la Primera Guerra Mundial

Valiant Hearts analisis

Daniel Moreno / Daniel Moreno

Madrid —

Juegos ambientados en la Primera Guerra Mundial hay unos cuantos, pero ninguno de ellos tan rico, hermoso y emotivo como Valiant Hearts: The Great War, la nueva propuesta de Ubisoft Montpellier haciendo uso de su aclamado motor gráfico UbiArt FrameWork, herramienta ideada para poder dar a luz a joyas artísticas de gran valor como Child of Light y los últimos juegos de Rayman.

Estamos ante un título que, pese a contar de base con unas mecánicas más que tradicionales, es capaz de exhalar un espíritu diferente. No es un título bélico en primera persona, no es otro juego de estrategia sobre esa Gran Guerra que asoló Europa a comienzos del Siglo XX. Se trata de un videojuego esencialmente humano en el que importan relativamente poco las mecánicas a desarrollar, la dificultad de sus puzles o lo acertado de su jugabilidad. Valiant Hearts es, por encima de todo, un puente entre el hombre de hoy y el hombre que un día tuvo que dejar atrás su vida cotidiana para embarcarse en conflicto que no era suyo, que sencillamente le había tocado vivir por nacer en un momento y lugar determinado.

Es tal su valor emocional, sus aspiraciones didácticas, que resulta realmente difícil compararlo con cualquier otro videojuego. Y eso no hace más que elevar su valor. Estamos ante un viaje que nadie debería perderse.

Cuatro formas de contar una 'misma historia'.

Como decimos, Valiant Hearts es un auténtico retrato de la Primera Guerra Mundial realizado tomando como referencia su lado más humano. Aquí poco importa quién disparó la primera bala, quien contó con más tanques o cual fue el bando que más soldados perdió. Aquí lo único que importa son las emociones vividas por cuatro personas cuya vida se cruzará bajo unas circunstancias insólitas, absurdas y realmente crudas: una Gran Guerra que parece estar engullendo Europa y sus gentes sin piedad alguna.

Cuatro serán los protagonistas: Emile, un granjero francés apresado y convertido en cocinero por los alemanes; Karl, marido de la hija de Emile que tendrá que dejar atrás a su familia para alistarse; Freddie, un soldado yanqui que se alista en el ejército galo en busca de venganza; y Anna, una mujer belga que ejercerá de paramédica mientras busca a su padre en mitad del conflicto. Además tendremos a Walt, un heroico perro inseparable de Emile.

Cada uno de estos personajes contará con una historia propia, con un trasfondo ideológico y una visión propia del mundo que le rodea. Sus personalidades han surgido de las innumerables cartas de la época a las que tuvieron acceso los responsables del juego, dándoles con ello un espíritu que parece completamente real. Partes de estas cartas y muchísimos otros documentos estarán presentes en el juego, siendo algunos de ellos coleccionables, gracias a los cuales aprenderemos muchísimas cosas sobre esta época de la historia casi sin darnos cuenta.

Además la alternancia entre un personaje y otro ofrece un ritmo realmente acertado que nos permite ver varios puntos de vista de esta guerra sin salirnos ni por un momento de su línea central. En ningún momento sentiremos que con tal personaje la historia flojea o nos vemos fuera de ella, si no que al ser partes completarías veremos como las acciones de uno llegan a afectar al camino de otro por mucho que tan sólo sean cuatro personas normales y corrientes en mitad de un gran conflicto.

No queremos jugar a ser soldados.

Estamos pues ante una historia de camaradería, de valentía, de sacrificio. Y la forma de contar esta historia tampoco podría haber sido mejor elegida. Valiant Hearts es una auténtica novela gráfica con tintes plataformeros y muchos puzles, siendo capaz de engullir la atención del jugador evitando frustraciones innecesarias para que no pierda ningún ápice de la trama, del sentimiento puesto en cada uno de los diferentes episodios.

De esta forma nos encontramos ante una jugabilidad accesible, didáctica y divertida, capaz de paso de hacer pensar al jugador. Explorar los escenarios será crucial para encontrar la salida al próximo desafío a la par que para reunir diferentes objetos coleccionables. Cada uno de los personajes podrá ejecutar diferentes mecánicas, siempre sin pegar un solo tiro, como lanzar objetos, activar palancas, dar órdenes a Walt para que llegue donde nosotros no podemos llegar, y un largo etcétera.

El sistema de progresión de dificultad está bastante bien medido, de forma que siempre iremos aprendiendo nuevas habilidades y formas de salir de un aprieto sin tener que comernos demasiado el tarro, aunque bien es cierto que también habrá situaciones algo más peliagudas como determinados momentos de infiltración o enfrentamientos con los jefes finales, algo que todo sea dicho, se agradece al enriquecer nuestro avance.

Valiant Hearts puede dar para hasta unas 8 horas de juego, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que nos encontramos ante una aventura de ritmo bastante sosegado y reflexivo. Habrá momentos de más acción en los que temeremos por la vida de nuestros personajes, por supuesto, pero en general ofrece un recorrido ideado para que el jugador pueda detenerse por un momento a admirar el entorno, a sentirse todo y parte de sus escenarios.

El ‘arte de la guerra’ nunca fue tan hermoso.

Con todo esto sabemos que Valiant Hearts destaca por su impecable forma de narrar una historia tan humana, así como por sus cuidadas mecánicas jugables. Sin embargo su apartado artístico no se queda atrás ni mucho menos, luciendo un aspecto general sencillamente delicioso.

Desde luego no estamos ante un título como Rayman o Child of Light, ideados para explotar al máximo este motor gráfico mostrando un buen número de coloridos efectos en pantalla. Valiant Hearts luce una estética más lóbrega y sombría, sin lugar a dudas realmente acorde con la historia que narra, y puede que precisamente por ello no destaque tanto como estos dos juegos citados. Sin embargo su aire melancólico y sus formas al más puro estilo de una novela gráfica cuadran a la perfección con su narrativa, por lo que no podemos más que quitarnos el sombrero ante la maestría de sus diseñadores.

Un viaje excepcional.

En definitiva, nos encontramos ante una auténtica joya, uno de esos pocos títulos que consiguen no sólo ofrecernos unas cuantas horas de diversión, si no que realmente son capaces incluso de emocionarnos casi sin despeinarse, sin grandes parafernalias ni fuegos artificiales, si no tan sólo narrando con sumo acierto una historia profundamente humana. Una historia que cualquiera podrá disfrutar sin necesidad de ser ni muchísimo menos un genio con el pad entre las manos.

Porque aunque no seas especialmente cinéfilo, siempre hay películas que deberías ver. Aunque no seas un melómano, hay discos que tienes que escuchar. Aunque no seas un apasionado de la literatura, siempre hay algún que otro clásico que deberías leer. Con Valiant Hearts: The Great War ocurre exactamente lo mismo. Aunque no seas un apasionado de los videojuegos, de hecho aunque no te gusten los videojuegos, no deberías perder la oportunidad de embarcarte en este viaje único de la mano de Ubisoft Montepellier.

Lo mejor:

  • Didáctico, preciosista, emotivo. Es un auténtico viaje sobre el lado más humano de la Primera Guerra Mundial.
  • Resulta destacable su gran equilibrio entre narrativa y jugabilidad.
  • Repleto de material documental y diversos extras para entender mejor este periodo de la historia.

Lo peor:

  • Si contase con niveles extra de mayor dificultad resultaría toda una golosina para cualquier gamer.
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