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La nieve derrumba La Nevera, la cuna de la cantera del baloncesto en Madrid: su historia en imágenes

El equipo de Liga Nacional, en un partido oficial de 1958

Luis de la Cruz

11 de enero de 2021 19:21 h

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El fin de semana de nieves se ha cobrado un buen número de infraestructuras, algunas aún por evaluar, y entre ellas La Nevera, la mítica cancha del Club Baloncesto Estudiantes situada en el Instituto Ramiro de Maeztu.

La Nevera es el nombre popular de la cancha que, desde hace 64 años, utilizan las distintas categorías del Estudiantes para entrenar y jugar sus partidos. Una instalación con mucha historia pero muy viva –el presidente de Movistar Estudiantes Fernando Galindo ha declarado que se usa «desde las 8 de la mañana a las 11 de la noche»que estaba siendo remodelada en el momento del hundimiento para seguir albergando entrenamientos y partidos de las distintas categorías del club. 

El club del Magariños ha rescatado de su archivo una buena colección de fotografías de esta instalación histórica, que se inauguró en 1957 con el nombre de Campo Nuevo. El apelativo por el que es hoy conocida, obvio, viene dado por las bajas temperaturas que debían soportar los jugadores y el público. Con los años, la cancha fue ganando en prestancia y confort: al principio era un campo de tierra rodeado de gradas, que luego se cementó y le fueron creciendo paredes, techumbre, parqué… pero la calefacción nunca llegó.

A este respecto, merece la pena mencionar la anécdota de Antonio Díaz Miguel, antiguo jugador del club y mítico seleccionador español de baloncesto, que dijo que “corría la leyenda entre los alumnos del Ramiro de que técnicos del universitario Instituto del Frío venían a La Nevera para estudiar su estructura y aprender cómo congelar sin necesidad de utilizar la energía eléctrica”. Hay quien dice también que ayudó a instaurar el epíteto el hecho de que Thomas, jugador del Barcelona, saliera a jugar allí con guantes en la temporada 66-67, recién inaugurada la cubierta.

La llegada de la techumbre al Campo Nuevo en 1966 propició que se pudiera televisar el último partido de liga contra el Real Madrid, que necesitaba la victoria para llevarse el campeonato. El Estu venció por 77-75 a su eterno rival con una canasta mítica de Emilio Segura, que hizo que fuera el Joventut de Badalona el equipo ganador de aquella liga.

La Nevera ha vivido innumerables horas de entrenamiento de los jugadores y jugadoras del club, así como clases de educación física del Ramiro de Maeztu; pero también se vivieron momentos de altísimo nivel baloncestístico, como los dos subcampeonatos de Liga Nacional de los años sesenta. A partir de los setenta, La Nevera quedó como lugar de forja de aquellos que luego disputarían sus partidos en el Magariños y en otros cosos, como el Palacio de los Deportes de Madrid o el de Vistalegre. También ha sido casa de la mítica Demencia, que cada final de temporada organizaba en la cancha un campeonato de tres contra tres. En el año 2000 sufrió una importante reforma.

Por allí pasaron los Díaz Miguel, Fernando Martín, Azofra, Herreros, Antúnez, Jiménez, (los) Reyes…y un largo etcétera de nombres míticos del baloncesto español.

El Club Movistar Estudiantes aún no ha explicado cuál será el futuro inmediato de la instalación, que deberá pasar, en todo caso, por una importante obra, pues las fotografías muestran daños más allá de la cubierta.

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