Un hombre consigue infiltrarse dos veces en la Policía y vuelven a detenerlo 11 años después: se hacía pasar por subinspector
No es el argumento de una película. La Policía Nacional ha detenido en Madrid a un hombre que se hacía pasar por subinspector en los servicios de inteligencia y reclutaba a militares para su plantilla, haciendo uso de documentación falsa y el número de carné de otro compañero con el que, según los primeros indicios, no parece que tuviera relación alguna. Lo más sorprendente es que este hombre ya estaba fichado por delitos similares de usurpación de funciones públicas, también dentro del mismo cuerpo policial. Es decir, era un infiltrado recurrente.
Fuentes policiales señalan que en 2014 el individuo fue detenido cuando fingía ser un agente, aunque no especificaron en qué rango o durante cuánto tiempo pudo acceder a información policial clasificada en esta primera ocasión. Ahora tampoco han concretado el período en el que el hombre, de nacionalidad española, estuvo accediendo a sus dependencias como uno más, llegando a portar armas o documentación falsa que acreditara su pertenencia.
“Estaba obsesionado con ser policía, lo hacía por alimentar su propio ego”, relatan las mismas fuentes, que descartan –así lo hace el comunicado oficial difundido por el Cuerpo Nacional de Policía– que el detenido perteneciera a algún grupo criminal organizado o estuviera adscrito a alguna ideología, grupo o afiliación política.
Se ganó la confianza de otros agentes para afianzar aún más su rol, llegando a ser conocido como “el reclutador” por su papel concertando entrevistas o recibiendo el currículum de algunos militares interesados en entrar al centro. Utilizaba distintos complementos para dar veracidad a su papel, como el carné profesional con el número de otro policía real, la placa emblema o un arma simulada.
Las investigaciones comenzaron el pasado mes de agosto, cuando se supo que un hombre intentó acceder al complejo militar sin pertenecer al cuerpo. El ahora detenido trató de identificarse con la documentación falsa que había elaborado en el control de acceso, pero las sospechas sobre su veracidad levantaron las alarmas. Indagando descubrieron que no era la primera vez, tampoco la segunda, que este individuo lograba entrar a ese mismo cuartel.
El pasado 25 de septiembre, avanzada la investigación, fue detenido como presunto responsable de un delito de usurpación de las funciones públicas, falsedad documental y tenencia ilícita de armas. De forma habitual portaba una pistola de airsoft con apariencia real, y en una ocasión ofreció un revolver a uno de los militares, al que mostró fotografías del arma.
Su infiltración en el cuerpo, según el comunicado de la Policía Nacional, no ha supuesto “ningún peligro para las diferentes dependencias que frecuentaba”, ya que “su único fin era por satisfacción personal”. El detenido ya ha pasado a disposición judicial.
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