Adiós a unas piscinas públicas que han estado cerradas para personas no bancarizadas ni digitalizadas todo el verano
El Ayuntamiento ha tenido, al menos, la mitad del verano para rectificar unas condiciones de acceso a las piscinas municipales que excluían a un porcentaje de población sin acceso a internet o sin tarjetas bancarias.
No ha sido así y este grupo de personas, a menudo tan invisible como real, ha tenido que soportar algunos de los meses más calurosos que se recuerdan en la capital sin poder refrescarse en unos recintos que son de todos y que, por lo tanto, todos deberían tener las mismas oportunidades de disfrutar.
Y si decimos que el Consistorio ha tenido la posibilidad de rectificar es porque, aunque cometió el error de inicio de no darse cuenta de que el hecho de determinar que el 95% de las entradas para las piscinas se pondrían a la venta solo a través de internet quedando el 5% restante reservado para ser adquiridas en taquilla exclusivamente por mayores de 65 -por aquello de salvar una brecha digital que las autoridades, cortas de miras, pensaron que solo afecta a los jubilados-, cuando el pasado mes de julio una denuncia de la asociación de Lavapiés Hola Vecinas advirtió al Área de Cultura, Turismo y Deporte de la situación discriminatoria a la que había dado pie se le conminó a presentar un escrito exponiendo el problema comprometiéndose a estudiarlo y a darle una solución. Se excusó entonces el Área en que nadie le había advertido antes de lo que ocurría.
Hola Vecinas presentó por los cauces indicados una queja explicando que la mayoría de sus usuarios, personas migrantes, muchos con dificultades para manejarse en español, sin acceso a internet y sin tarjetas de crédito o débito, necesitaban de mediadores para tratar de sacar entradas a las piscinas públicas al no poder hacerlo ellos mismos telemáticamente y que, cuando intentaban comprar directamente en taquilla se les negaba la posibilidad alegando que solo los mayores de 65 años podían hacerlo de ese modo. Pedía entonces la citada asociación abrir las excepciones de a quienes se les permitía comprar entradas físicamente, así como ampliar el cupo de las reservadas para esos colectivos.
Promesa incumplida de búsqueda de solución
Somos Lavapiés recogió en aquel momento esa denuncia que, en principio, parecía haber sido recogida con interés por el área de Gobierno correspondiente que, a través de su departamento de prensa, se mostró comprensiva: “Estamos dispuestos a hablar con ellos para buscar una solución al problema, para lo que le vamos a facilitar un correo electrónico con la finalidad de que se pongan en contacto con nosotros y buscar una solución”.
Sin embargo, pasado el tiempo, la realidad ha resultado ser bien distinta si nos agarramos a la “decepcionante” respuesta que recibió la asociación vecinal a su queja y que, en libre y coloquial interpretación, podríamos sintetizar con un crudo y elocuente 'ajo y agua'. Nada que hacer, al menos este año.
“Gracias al desarrollo y consolidación del uso de la app Madrid Móvil y de la web, con sus diversas funcionalidades, se ha pretendido facilitar un servicio más seguro, evitando la acumulación de personas en los espacios de entrada y acceso y facilitando los cobros mediante tarjeta de crédito como forma de pago preferente, a fin de disminuir la presencia física en las taquillas, reduciendo las gestiones y los cobros in situ al mínimo y solo para casos extraordinarios”. En su respuesta a la queja expuesta por la asociación el Ayuntamiento se limita a explicar el porqué de su decisión de establecer una venta digital y de pago con tarjeta, adoptada como una de las medidas excepcionales a raíz de la irrupción de la covid, pero de la prometida búsqueda de una solución, ni rastro.
Cierto es que la respuesta municipal también incluye una vaga esperanza para el futuro: “Como tantas otras medidas especíales que se han adoptado por las administraciones públicas para hacer frente a la pandemia, las limitaciones en cuanto a la venta de entradas en la taquilla no se han establecido de forma estática y permanente”.
Sin embargo, después de que este año su demanda haya quedado sin atender, desde Hola Vecinas no dan demasiado crédito a esa esbozada posibilidad de cambio: “Mucho nos tememos que la próxima temporada tendremos que seguir adquiriendo nosotras las entradas para nuestros usuarios. A alguien del Ayuntamiento se le volverá a olvidar que existen”.
Este domingo se cierran las piscinas municipales de verano. Cuando dentro de unos días se emita desde Cibeles la típica nota informativa de todos los años en la que se da cuenta de las personas que han tenido estos recintos, con ese doble turno de mañana y tarde con el que el gobierno municipal presume de poder llegar a mucha más gente, habrá que tener en cuenta que hay ciudadanos que se quedaron sin poder ir a esos espacios en contra de su voluntad, algo ante lo que el Ayuntamiento, ahora sí sabedor del problema, se ha encogido de hombros.
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