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Macrobotellones cada fin semana en Madrid pese al despliegue policial

Contenedores cruzados y disturbios en el Paseo del Pintor Rosales en la noche del sábado

Diego Casado

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En Madrid se celebra -al menos- una macroquedada cada fin de semana. El lugar nunca está claro previamente, pero el fenómeno se repite con más o menos los mismos elementos: un grupo de personas se reúne en una zona de la capital y la convocatoria empieza a moverse por redes sociales y mensajería instantánea. Al poco tiempo, el espacio se llena de miles madrileños -jóvenes en su inmensa mayoría- que acuden con latas de cerveza y botellas de alcohol de mayor graduación para montarse la fiesta por su cuenta, acompañados de la música de sus móviles o de altavoces portátiles.

Hace tres fines de semana la cita fue en una explanada de la Ciudad Universitaria, abarrotada de miles de estudiantes que pasaban uno de sus primeros fines de semana del curso en Madrid. Entonces Policía Nacional y Municipal decidieron no desalojar el macrobotellón por el peligro que suponía mover a tal número de personas sin que se produjeran incidentes. Una semana después, el lugar de encuentro fue el Parque de Berlín. Allí el distrito de Chamartín celebraba sus fiestas patronales con aforo limitado, pero en el exterior miles de jóvenes volvían a juntarse para beber y bailar, atraídos por el evento. Esta vez la policía sí que decidió actuar, aunque ya de madrugada, y la cita se saldó con cargas de los antidisturbios, que recibieron botellazos por parte de los desalojados. Además, una reyerta dejó un joven apuñalado.

Este último fin de semana la acción se trasladó el viernes a Malasaña y, sobre todo, el sábado al Parque del Oeste. En el primer lugar la policía desalojó un botellón multitudinario en la Plaza del Dos de Mayo pasadas las tres de la madrugada, aunque eso no impidió que la fiesta y el ruido siguiera por las calles y plazas aledañas hasta casi el amanecer, como muestra el siguiente vídeo.

Al día siguiente, el macrobotellón se montó en el Parque del Oeste, lugar habitual para estos encuentros alcohólicos por su cercanía a los bares y discotecas del entorno de Moncloa-Argüelles, a un paso también de Ciudad Universitaria y de sus colegios mayores.

En el Parque del Oeste el gentío que se juntó allí fue muy superior al habitual -el Ayuntamiento habla de “miles de personas”- y la Policía Nacional decidió intervenir para disolver la concentración. Los altercados subieron de nivel, se registraron tres heridos por arma blanca y, por vez primera, los jóvenes rompieron cristales de paradas de autobús en el Paseo de Pintor Rosales, además de destrozar las lunas de algunos coches aparcados. Algunas de estas acciones fueron grabadas por los vecinos de la zona desde sus balcones, sobresaltados al escuchar un jaleo al que están poco acostumbrados.

A principios de septiembre y ante el incremento de molestias por ruido durante el verano, el área de Seguridad del Ayuntamiento decidió reforzar con 200 agentes el dispositivo de fin de semana con el objetivo de evitar el botellón. También puso patrullas fijas en tres plazas del distrito Centro para evitar que se llenaran de gente y ahorrarse el desalojo posterior. Incluso llegó a acordonar lugares como la plaza del Dos de Mayo con vallas, para cortar la entrada al lugar con botellas de cristal a determinadas horas de la noche.

Un 20% menos de multas por botellón

Pese a este esfuerzo, lo cierto es que las molestias por el ruido no han cesado en todo el verano. Las quejas vecinales se mantienen o aumentan en algunas zonas, mientras las sanciones por botellón han descendido casi un 20% de junio a agosto, según datos recopilados por Somos Madrid entre las estadísticas publicadas por el Ayuntamiento. Durante dicho periodo se impusieron en las calles de la capital 12.769 multas por este concepto, frente a las 15.863 registradas en 2020.

En la Comunidad de Madrid está prohibido beber cualquier tipo de sustancia alcohólica en la calle, a cualquier hora del día. Además, desde las 22.00 horas los supermercados y tiendas de conveniencia no pueden vender bebidas espirituosas. Los encargados de sancionar por hacerlo son los agentes de la Policía Municipal, que pueden imponer multas de 600 euros (500 en el caso de los menores de edad) por consumo de alcohol en la vía pública. La primera de ellas se puede condonar por trabajos de limpieza.

Vistos los antecedentes, solo queda preguntarse en qué lugar de Madrid se concentrará el próximo macrobotellón durante el fin de semana. Si se repite el patrón que llenó el Parque de Berlín, tal vez el Barrio del Pilar pueda ser un nuevo lugar de encuentro debido a las Fiestas por el 12 de octubre. Aunque quizás el puente reduzca el número de universitarios en busca de fiesta por la capital, debido al posible incremento de desplazamientos fuera de la Comunidad, y la policía tenga menos trabajo del previsto.

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