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De palacio histórico a pisos turísticos: Almeida legaliza 26 apartamentos con orden de cierre en Conde de Miranda

Entrada al Palacio del Conde de Miranda

Diego Casado

Madrid —

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Más negocio turístico para el centro de Madrid, esta vez sobre un edificio que desde hace siete años ejerce una actividad de servicios sobre suelo destinado únicamente para viviendas residenciales. El Ayuntamiento de la capital tramita en estos momentos la legalización de los 26 pisos turísticos del antiguo Palacio del Conde de Miranda a través de un plan especial que transformará todo el edificio en el que se encuentran en apartamentos para cortas estancias.

El inmueble está ubicado a un paso del Mercado de San Miguel y a unos 100 metros de la Plaza Mayor, en pleno Madrid de los Austrias, una de las zonas con mayor presencia turística de la capital. Su licencia de uso actual es el de residencial para vivienda colectiva, pero sus actuales propietarios decidieron en 2016 dedicar todas sus habitaciones al alquiler temporal para visitantes, para lo que pidieron a la Comunidad de Madrid el alta en el registro de Viviendas de Uso Turístico (VUT), aunque sin licencia para ejercer la actividad por parte del Ayuntamiento de Madrid.

La ley aprobada durante el Gobierno de Carmena y ratificada por los tribunales impedía esta actividad de servicios sobre suelo residencial, por lo que la Agencia de Actividades decretó a finales de 2021 el cierre de la actividad, según la documentación municipal a la que ha tenido acceso este periódico. Pese a ello, la actividad se siguió ejerciendo hasta hace pocas semanas, según se puede comprobar con las reseñas en las diferentes páginas de reservas turísticas donde se anunciaba.

En paralelo a este procedimiento, la empresa propietaria del inmueble -la compañía vasca Arralde Inversiones- inició el procedimiento para cambiar el uso del edificio a terciario en la clase de hospedaje, con el objetivo de legalizar sus apartamentos turísticos. El Ayuntamiento de Madrid dio luz verde a esta petición inicialmente el pasado mes de julio, en la última Junta de Gobierno antes de las vacaciones.

El inmueble tiene 3.860 metros cuadrados construidos, en los que se distribuyen hasta 31 estancias en sus tres pisos y buhardillas, además de 25 plazas de aparcamiento en sus dos sótanos. Cuenta con dos patios de luces y sendos locales comerciales, uno de ellos destinado a enseñanza de yoga y otro, el más grande, a un tablao flamenco.

Su actividad turística motivó el 15 de diciembre de 2021 la “clausura y cese inmediato” de hasta 26 VUT “al carecer la misma de la preceptiva licencia que autorice su funcionamiento”, según el expediente abierto por la Agencia de Actividades. La decisión municipal fue recurrida por la empresa impulsora sin que hasta ahora conste ninguna sanción del Ayuntamiento de Madrid al respecto.

Mientras se desarrollaba esta sanción, la propiedad del inmueble inició un plan especial para conseguir el cambio de usos del edificio, explicando que “la demanda de este tipo de alojamientos está en continuo crecimiento” y alegando que “Madrid, si nos atenemos a las gráficas de otras ciudades europeas, está bastante retrasada a la oferta de VUT”, según los documentos consultados por Somos Madrid.

También advierte la promotora que “las recientes normativas promulgadas por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid limitan la implantación de este tipo de alojamientos (...) hacen que la mayoría de las edificaciones y alojamientos que vienen utilizándose para este fin no sean legalizables”. Después añade que “el edificio que nos ocupa si reúne todos los requisitos preceptivos actuales”, por lo que pide la conversión legal en apartamentos turísticos para que “por una parte favorezcan la conservación y mantenimiento de los edificios, así como aporten puestos de trabajo al tejido productivo y las plazas ofertadas sean de una buena calidad”.

Un condado histórico que se integró en la Casa de Alba

La antigua casa palacio del Conde de Miranda del Castañar cuenta con nivel de protección 3 parcial por su valor histórico, según la documentación municipal. Fue construida en el siglo XVIII para residencia del conde, compartiendo manzana con la Basílica Pontificia de San Miguel. La familia de nobles y el título del condado acabaron absorbidos en el siglo XIX dentro de los títulos de la Casa de Alba.

El edificio histórico tiene la típica estructura de las residencias y casas solariegas de la nobleza de su tiempo, con la planta baja adecuada para dependencias domésticas y criados y la planta principal destinada a albergar la propia residencia. Fue adquirido por la empresa Arralde Inversiones en el año 2014 e inició oficialmente su actividad de apartamentos turísticos en 2016.

El alquiler de sus habitaciones se ofertaba desde diferentes plataformas turísticas, así como desde su página web oficial, pero se detuvo hace unas semanas. Los comentarios de sus clientes en diferentes plataformas turísticas permiten comprobar que la actividad de los apartamentos se extendió más allá de la fecha en la que se ordenó su cierre.

Ahora, Arralde Inversiones quiere convertir el palacio en “un referente dentro del turismo vacacional, especializado en el segmento de mercado de familias”, para lo que ofrecerá apartamentos para hasta seis personas, con recepción, conserjería, servicio de limpieza, lavandería y vigilante nocturno durante los fines de semana. Las cifras económicas de esta operación urbanística se desconocen, porque el Ayuntamiento de Madrid ha omitido la información sobre el gasto en obras y los ingresos en la memoria económica publicada en su portal de información.

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