Solo el 13% de los ayuntamientos ha presentado su plan para las Zonas de Bajas Emisiones
A lo largo del año que estamos a punto de estrenar, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes tendrán que implantar Zonas de Bajas Emisiones en su territorio, según obliga la normativa de la Unión Europea. Se trata de una medida que afecta a casi 150 ciudades y que limitará la circulación de los vehículos más contaminantes, que se calculan en unos cuatro millones de coches.
A pesar de que la medida es inminente, pues la implantación de las conocidas como ZBE deberá ser efectiva a lo largo de 2023, el 87% de los municipios afectados no ha presentado todavía su correspondiente plan, como denuncian desde la Asociación Nacional Empresarial de Vehículos de Alquiler (Aneval). La entidad asegura que solo 20 de los 149 ayuntamientos obligados a confeccionar un proyecto al respecto (esto es, el 13% del total) ha “iniciado la presentación de sus medidas”, por lo que ha urgido a los consistorios a que publiquen sus normativas lo antes posible.
La asociación, que representa a más de la mitad del mercado del rent a car, reclama además que las normas de acceso a las ZBE sean claras y se publiquen con cierta antelación para que los usuarios puedan conocer las prohibiciones y restricciones circulatorias con tiempo suficiente para adaptarse. Se calcula que el número de ciudadanos afectados por esta iniciativa ronda los 25 millones, lo que equivale al 53% de los habitantes de nuestro país, según el Instituto Nacional de Estadística.
La ausencia de un marco común que permita conocer con claridad las regulaciones ha derivado -recuerda Aneval- en una disparidad de criterios que, lejos de unificar, confunde más a usuarios y empresas. Como ejemplo ilustrativo de ello, menciona que el último borrador de Ponferrada (León) permite un número limitado de accesos anuales a los coches sin etiqueta o con distintivos B y C (ampliables si se pagan 25 euros), mientras que Santander y Torrelavega no implantarán las ZBE antes de 2024.
En este contexto, las alquiladoras han hecho saber a las distintas instituciones locales involucradas en las restricciones circulatorias que todos los servicios de movilidad compartida deberían estar exentos de esas limitaciones. A su juicio, el rent a car es una alternativa sostenible a la movilidad en las ciudades al disponer de una flota joven, segura y limpia, en la que siete de cada 10 vehículos emiten menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro, y nueve de cada 10 coches se renuevan cada año.
Así lo ha hecho valer el Ayuntamiento de Valladolid en su ordenanza reguladora, recientemente publicada, en la que se da por hecho que los vehículos de uso compartido y multiusuario podrán moverse libremente por la ciudad.
Normas coherentes y claras
El presidente de Aneval, Javier Díaz-Laviada, ha comentado al respecto: “Nuestro espíritu como máximo exponente del coche compartido es colaborar con las administraciones públicas para reducir el nivel de emisiones del parque móvil español, mejorar la calidad del aire de las ciudades y ayudar a descongestionar el tráfico de las urbes, pero siempre y cuando las normativas sean coherentes, claras y de fácil acceso, y beneficien a todos los actores de la movilidad. Por eso pedimos a las administraciones locales que cuenten con nuestra opinión a la hora de desarrollar estrategias de movilidad”.
Aneval exige también que se ponga en marcha lo antes posible la plataforma en la que está trabajando la Dirección General de Tráfico para informar en abierto de todas las ordenanzas municipales referentes a las Zonas de Bajas Emisiones.
La asociación considera que tanto el rent a car, que constituye la principal oferta de movilidad compartida, como el usuario final que utiliza sus servicios y necesita tener volcada esa información en su navegador requieren consultar en tiempo real con qué tipo de vehículos puede acceder a las zonas restringidas y en qué condiciones. Esta plataforma debería facilitar, por ejemplo, que los servicios utilizados como GPS para los coches puedan advertir de las restricciones cuando se intente acceder a una ZBE.
