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Prueba del Citroën ë-SpaceTourer, el compañero rápido y silencioso

Prueba del Citroën ë-SpaceTourer.

Pedro Urteaga

14 de octubre de 2021 12:38 h

Desde hace pocos meses, Citroën ofrece en su catálogo de vehículos de gran formato la versión totalmente eléctrica del conocido SpaceTourer. El modelo se sirve en tres longitudes de carrocería, que la marca gusta de llamar tallas: XS, de 4,61 metros; M, de 4,96 m, y XL, de 5,31 m. Además, se puede escoger entre dos tamaños de batería, una de 50 kWh que homologa 230 kilómetros de autonomía en ciclo WLTP y otra de 75 kWh, esta con 330 km de alcance entre recargas.

Pues bien, hemos tenido la oportunidad de probar el nuevo ë-SpaceTourer, como se denomina esta variante 100% eléctrica, en talla M y con la batería de 75 kWh, que está reservada a las versiones mediana y grande. En combinación con el acabado más lujoso de la gama, Shine, la factura se dispara hasta los casi 54.800 euros, pero, como veremos, es posible rebajar el golpe renunciando a algunos elementos que podemos considerar, si no superfluos, sí prescindibles.

Vistos desde fuera, los ë-SpaceTourer se distinguen por la presencia de unos logos específicos y de una rejilla intermedia en el frontal, además de la toma de carga en la aleta delantera izquierda. Un detalle curioso es que el fabricante no se ha molestado en eliminar la tapa del depósito de combustible, colocada también en el costado izquierdo, pero en la aleta trasera, y obviamente carente de sentido en una versión que carece de motor de combustión.

En el interior destacan el nuevo selector de marchas, el botón para elegir los modos de conducción (Eco, Normal y Power) y un cuadro de instrumentos específico que aporta información sobre la gestión de la energía eléctrica y del sistema de impulsión. Un menú adicional en el sistema multimedia, bajo el nombre Energía, permite gestionar la recarga y programar un horario.

Esto mismo puede hacerse a través de la aplicación para móviles My Citroën, que sirve igualmente para localizar estaciones de carga. Si el coche está enchufado a la red, se puede poner en funcionamiento el climatizador de forma remota para refrescar o calentar el habitáculo antes de salir.

El ë-SpaceTourer incorpora un motor eléctrico que rinde 130 CV y 260 Nm de par máximo. Gracias a la especial manera de entregar la potencia propia de estos propulsores -inmediata y enérgica, a la par que silenciosa-, quien se sienta al volante tiene la impresión de disponer de más caballos, especialmente si activa el modo de conducción Power, pero el coche se muestra también brioso en Normal e incluso en Eco, por mucho que en ellos únicamente estén disponibles 109 y 82 CV, respectivamente.

Particularmente ágil en los primeros metros, el SpaceTourer eléctrico alcanza los 100 km/h desde parado en alrededor de 13 segundos y tiene la velocidad máxima limitada a 130 km/h, con el fin de no malograr la eficiencia del sistema embarcado en un vehículo de más de tos toneladas de peso, y con ella la autonomía de que puede disfrutar.

Durante nuestro recorrido habitual de pruebas, el consumo eléctrico ha rondado los 22 kWh/100 km y hemos podido recorrer unos 230 kilómetros contando con un remanente en la batería de otros 40. En total, la autonomía en conducción real se sitúa en alrededor de 270 kilómetros, no lejos de los 330 que Citroën ha conseguido homologar en ciclo WLTP y de los 314 km que figuraban en el panel de instrumentos en el momento de recoger el vehículo.

Asientos reversibles y mesa plegable

La unidad que hemos conducido disponía de siete plazas, en configuración 2+2+3, y los asientos de la segunda fila contaban -es una opción que cuesta 450 euros- con sendas mesitas que, desplegadas desde un módulo situado entre ellos, permiten comer, escribir o tal vez jugar al solitario con toda comodidad. Además, pueden girarse y enfrentarse a los de la tercera hilera, para que la partida de cartas sea más divertida. Por supuesto, los (hasta) cinco pasajeros traseros disfrutan de butacas individuales del mismo tamaño, salidas de aire propias y puertas correderas para entrar y salir fácilmente, entre otras comodidades.

En cuestión de capacidades de carga, el volumen mínimo, esto es, cuando todos los asientos están en su posición, es de 603 litros. Con cinco plazas disponibles, la cifra aumenta a 1.000 litros, que pasan a ser 2.700 en caso de usarse solo las plazas delanteras.

En estas últimas, el acabado Shine incluye exquisiteces como los asientos con calefacción y función de masaje, head-up display y sistema de tracción Grip Control, que asegura la adherencia del vehículo sobre firmes deslizantes de diferentes características.

Para quien pueda prescindir de estos elementos, el ë-SpaceTourer -en esta talla M- está a la venta en versiones más asequibles: Feel, que cuesta 48.450 euros, y Business, de orientación más profesional, que sale por 46.360. Y, si se puede pasar con una autonomía inferior -que posiblemente rondará los 200 km-, el modelo con batería de 50 kWh baja hasta los 41.620 euros (Business) o los 43.720 euros (Feel).

Concluimos con una referencia, siempre pertinente, a los asistentes a la conducción que puede incorporar el modelo de Citroën, entre los que sobresalen los siguientes: detector de obstáculos con frenada de emergencia, reconocimiento de señales de tráfico, alerta de cambio involuntario de carril, detección de fatiga en el conductor, programador de velocidad, cambio automático de luces cortas y largas, aviso de obstáculo en el ángulo muerto del retrovisor y cámara de marcha atrás.

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