¿Os acordáis de cuando, al principio de la pandemia, el presidente de la Región, Fernando López Miras, anunciaba el cierre de los municipios costeros? Nunca pudo hacerlo, ya que en la Región de Murcia no hay policía autonómica y no existía un marco jurídico como el Estado de Alarma donde amparar medidas de tal calibre.
Nunca pudo, pero tampoco quiso, porque López Miras se maneja bien cuando no tiene que asumir responsabilidades políticas, pero cuando las responsabilidades las tiene que asumir él mismo persigue el dicho aquel de “consejos vendo que para mí no tengo”. Así lo vimos durante la gestión de la segunda ola y así lo estamos viendo con la gestión de la tercera.
Parece que, en el recuerdo que deja, ser joven es un problema en medio de una pandemia. Todos sabemos que la juventud nunca ha sido un colectivo importante para las políticas del PP. Nunca se han preocupado por solucionar nuestros problemas, y mucho menos, por representarnos o hacernos partícipes de un sistema político e institucional emponzoñado de redes clientelares, sin aspiraciones de futuro y sin intención de representarnos. Tal es así que las únicas políticas en materia de juventud conocidas por el PP, y ahora por Ciudadanos, no se conocen y eso solo puede ser porque no existen.
Estos días a través de las redes sociales y sigilosamente, se han alzado muchos de los jóvenes de esta Región. Jóvenes que no salían a la calle desde las manifestaciones contra la LOMCE y que en medio de una pandemia y tras estar cansados de ser la excusa fácil de cualquier dato negativo, se han plantado para decirle a López Miras y a la Universidad de Murcia que no les importamos. Que ser joven también es ser responsable y que ser responsable es hacer los exámenes desde casa. Sin hacinarnos y sin juntar a gente de toda la Región y de otras comunidades. Reivindicaciones lideradas por el Consejo de Estudiantes de la Universidad de Murcia y la plataforma de estudiantes de la UM.
En este camino hay que nombrar al Rector de la UM, José Luján, que durante este periodo de pandemia va de decepción en decepción en su compromiso con los estudiantes. Allá por mayo se comprometió con el CEUM a congelar las segundas matrículas de la universidad, pocos días después se retractó y en diciembre, cuestionando la soberanía de la UM, declinó toda responsabilidad de los exámenes telemáticos en el Gobierno regional.
Ahora, al Gobierno regional no le queda otra que asumir sus responsabilidades, “Luján les ha hecho el lío”. Parece incomprensible que se cierren perimetralmente 36 de los 45 municipios de la Región y que los exámenes sigan siendo presenciales. Como también podríamos pensar que el cerrojazo de la hostelería, el sector que más rigurosamente cumple las medidas sanitarias, también podría ser motivo para declarar la modalidad telemática de los exámenes, pues tampoco.
Y en este sentido, ninguna lógica parece augurar la toma en consideración de las reivindicaciones del estudiantado de la UMU o eso quieren hacernos creer. Como ninguna secunda la decisión de reducir la frecuencia y el número de autobuses que conectan los municipios con las universidades, a menor número y frecuencia de autobuses más aglomeraciones, es simple. Miras nos tiene acostumbrados a bandazos que no satisfacen ninguna estrategia efectiva de lucha contra el virus. Tanto es así que ni publica el informe del Consejo de Salud que avala la presencialidad de los exámenes, ¿por qué será?
El presidente de la Región de Murcia ha renunciado a reforzar la Sanidad, a través la contratación de más personal y de mayor dotación presupuestaria. Sus políticas persiguen la misma lógica que la contratación de rastreadores, “Si conozco alguna empresa amiga del PP, la contrato y que luego me eche una mano”. Mientras tanto, los universitarios seguimos olvidados, pero ya no estamos callados.
Hablamos porque esto es lo que menos necesita una generación que ha desconectado de todo lo que tiene que ver con la Región de Murcia, está cansada. La gente joven necesita referentes, pero también referencias. Vivimos en una comunidad instalada en la desidia y la deuda regional. Malos gestores que solo persiguen mantenerse a costa de los murcianos y de las murcianas.
La única esperanza que nos queda a los universitarios somos nosotros mismos. Jóvenes activos y reclamando lo que creemos justo para nuestra salud y nuestro futuro. Tenemos una Región sin proyecto, pero nuestro proyecto es creer que la Región puede ir a mejor. Por eso debemos seguir reclamando el cambio de la modalidad de los exámenes, aunque esto solo sea hacer funcionar el sistema de representatividad, para protegernos a nosotros mismos, a profesores y familiares. Lo conseguiremos, ningún examen vale ninguna vida.
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