Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Aumenta el rechazo hacia los líderes políticos y se debilita la simpatía hacia los partidos

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha sufrido un mayor ascenso en los niveles de antipatía

Elisa M. Almagro

0

Cada vez más crispados. Siete de cada diez españoles cree que el nivel de enfrentamiento en el país es mayor ahora que hace un año, según la V Encuesta Nacional de Polarización Política del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP). Esto, según el estudio, es fruto de “un momento político marcado por los desencuentros entre las élites y el tono bronco del debate público”. Los ciudadanos de extrema derecha son los que en mayor proporción sostienen que en España está aumentando la crispación. No solo eso, los votantes sienten cada vez menos simpatía hacia los partidos que votan, “y no por una reducción del rechazo hacia los adversarios”, explica el CEMOP.

La polarización afectiva ha caído ligeramente con respecto al año anterior, pasando de un 5,2 a 4,94 puntos sobre diez. Según los investigadores del CEMOP, “este patrón es propio de un año no electoral en el que las adhesiones partidistas suelen relajarse, aunque los antagonismos permanezcan cristalizados”.

El partido político que ha experimentado un mayor descenso ha sido el Partido Popular, que pasa en 2024 del 26,7% de entrevistados en posiciones de fuerte adhesión al 18,1% de este año, una caída de 8,6 puntos. La segunda formación que más retrocede en los sentimientos de simpatía que transmite a la población es Sumar, que desciende del 21,9% al 16,5%, seguido de cerca por el PSOE que baja del 28,0% al 23,6%. Vox es el partido que sufre un retroceso más moderado, pero también es el que menos simpatía despierta en la población, al pasar del 18,8% al 16,9%.

Cuando se trata de los líderes de los distintos partidos políticos, el que despierta un mayor sentimiento de rechazo entre los encuestados es, por quinto año consecutivo, Santiago Abascal: el 67,9% de los encuestados le otorga una puntuación de 0-3 en el termómetro de sentimientos utilizado por el CEMOP, unos 3,6 puntos más que en 2024.

En esta tabla de rechazo le sigue Alberto Núñez Feijóo, que ha experimentado el mayor ascenso de niveles de antipatía, pasando del 48,9% en 2024 hasta el 55,8% en la actualidad. Pese a la subida, sigue siendo unos valores más bajos que los que experimentó su predecesor, Pablo Casado, en 2021, que alcanzó el 58,9%.

Con este ascenso Feijóo adelanta a Pedro Sánchez, tercero en la tabla, que ha ascendido del 50,8% al 54,2%. En el último lugar se encuentra Yolanda Díaz, con un aumento del 50,9% al 52%. Son unas cifras significativamente más bajas que las de Pablo Iglesias en 2021, que ascendían al 67%, colocándolo en segundo lugar en el ranking de antipatía.

Crisis de credibilidad en los medios

Preguntados los encuestados sobre si “los medios de comunicación son una fuente confiable de información en España”, estos suspenden con un 4,1 de media sobre 10. En cambio, la idea de que “los medios buscan influir en la opinión pública para promover un punto de vista determinado” alcanza un 8,3, lo que indica un acuerdo muy alto: “Los medios aparecen como agentes que tratan de orientar la opinión más que reflejar la realidad de forma imparcial”, apunta el estudio.

Las conclusiones de la encuesta apuntan a que quienes menos creen que los medios de comunicación representen una fuente confiable de información son los ciudadanos situados en la extrema derecha, lo que puede empujar a este grupo poblacional a buscar otras fuentes de información fuera de los espacios convencionales. Estos espacios, define el CEMOP, se distribuyen a través de canales digitales y redes sociales “sin filtros profesionales ni garantías de verificación, donde la desinformación y los mensajes polarizantes encuentran un terreno fértil”.

Solo el 35,0% de la población consume información política en prensa (formato digital o impreso) todos los días. Son los ciudadanos que se ubican en la extrema derecha los que menos acostumbran a hacerlo (solo un 25,3% lee estos medios a diario, frente a un 41,7% de los ubicados en el extremo opuesto).

Ante este clima de desconfianza, casi seis de cada diez personas (58,4%) reaccionan buscando otras fuentes informativas: un 37,1% dice que contrasta las noticias con otros medios y un 21,3% afirma que revisa por su cuenta los datos que recibe. Al mismo tiempo, la mayoría percibe un uso partidista de la información entre los grupos rivales: el 82% considera que la manipulación en los medios “no afines” es elevada.

Esta situación se ve empeorada por la forma en la que se recibe la información, puesto que los encuestados presentan un marcado sesgo de confirmación. La mayoría elige medios con los que se siente alineados ideológicamente, con una distancia entre ambos factores de un 1,7 sobre 10: “Estos datos apuntan a tendencias generalizadas de exposición selectiva y segregación informativa”, revela el estudio, que indica que “la mayoría de los ciudadanos consume contenidos marcados por líneas editoriales que reproducen sus ideas preconcebidas, de manera que no buscan información objetiva, sino un refuerzo de sus creencias”.

stats