La Iglesia reclama un salario justo por el trabajo
“La dignidad del trabajo es un bien antropológico fundamental”. Así lo entienden los obispos de Euskadi y de Navarra y de esta forma lo han trasmitido en su Carta Pastoral con motivo de la Cuaresma. “El trabajo digno, junto a las necesidades fundamentales de alimentación, vivienda, educación y sanidad, es un aspecto fundamental para el desarrollo de la persona, la vida familiar y su integración en la sociedad”.
Por ello, los obispos apelan a la necesidad de buscar cauces para conciliar “satisfactoriamente la vida familiar con la vida laboral, la dignidad y el respeto debido a los trabajadores, la defensa de sus legítimos derechos, la necesidad de una remuneración justa, así como una adecuada distribución de la renta”.
Además, “junto a esta dimensión fundamental del trabajo”, cree preciso “alentar a la iniciativa empresarial, las nuevas formas de autoempleo y de creación de puestos de trabajo, con una visión que responda a la responsabilidad social y distribución de bienes necesarios”.
“La empresa”, añaden los prelados en su texto, “debe caracterizarse por la capacidad de servir al bien común de la sociedad mediante la creación y distribución bienes y servicios útiles, y ser gestionada ciertamente en términos y con criterios económicos. Pero sin descuidar los valores auténticos que permiten el desarrollo concreto de la persona, de la familia y de la sociedad”. Y en este punto hacen un llamamiento a “volver a reflexionar sobre los fundamentos de nuestra economía y del sistema financiero”.