Me lo creo todo, no me creo nada
¿Has visto el vídeo en el que dos guardias civiles detienen a Pedro Sánchez, lo esposan y lo meten en un coche para llevarlo a prisión? Yo lo vi a la vez que un vídeo de gatos compitiendo en salto de trampolín, varios de Stephen Hawking participando en carreras de coches con su silla de ruedas, otros de la difunta reina Isabel de Inglaterra practicando lucha libre, turistas sufriendo ataques de leones o de osos, gente tirándose por vertiginosos toboganes acuáticos o haciendo acrobacias al borde de un acantilado, Will Smith comiendo espaguetis, espeluznantes accidentes de coche o de avión, perros salvando bebés, famosos haciendo todo tipo de tonterías…
He visto todo lo anterior y mucho más, y sin necesidad de tener redes sociales, pues están por todas partes. En todos los casos dudé de si estaba ante un vídeo real o creado con Inteligencia Artificial, en la mayoría solo supe que era falso por lo disparatado de la secuencia, en alguno sigo dudando de si he visto algo real o falso. Hemos llegado a ese punto de escepticismo en que, asumido que todo es ya posible con IA, solo caben dos posturas extremas y contrarias: “me lo creo todo”, pues todo parece real; o “no me creo nada”, pues todo puede ser falso.
Algo parecido me pasa con las informaciones sobre posibles casos de corrupción que desde hace meses se multiplican y llenan autos judiciales, informes policiales, portadas de periódico, horas de tertulia televisiva y discursos políticos: ¿cuáles son reales y cuáles falsas? Entre tantas informaciones que apuntan a miembros del gobierno, del PSOE o de la familia del presidente, ¿cómo distinguir lo real de lo falso? ¿Hasta dónde llega la corrupción real y dónde empieza el bulo? ¿Tienen base todas esas informaciones, o en el batiburrillo nos cuelan mercancía averiada? Como con la IA, también con la corrupción hay quien decide “me lo creo todo”, y quien por las mismas elige “no me creo nada”.
Lo último son las sospechas sobre el expresidente Zapatero. Ciertos medios y pseudomedios, tertulianos y el mismísimo Feijóo dan por bueno que Zapatero está implicado en asuntos turbios, pese a que el expresidente rechaza las acusaciones. ¿Hay algo cierto o es otro bulo? ¿“Me lo creo todo” o “no me creo nada”? Inevitable acordarse de los años en que los mismos medios anunciaban cuentas de Podemos en el extranjero, pagos iraníes a Pablo Iglesias, kilos de cocaína. O aquella “Operación Cataluña” contra independentistas catalanes. Todo era falso, todo parecía real, y ocupaba entonces autos judiciales, informes policiales, portadas de periódico, horas de tertulia y discursos políticos. Pero también podemos acordarnos de Santos Cerdán, presentado por los suyos como una víctima de informes policiales falsos hasta solo unas horas antes de que el informe real lo enviase a prisión.
Entonces, ¿qué nos creemos? ¿Todo, nada, esto sí y esto no según nuestros intereses? Ahora le toca a Zapatero, como antes a Begoña Gómez (contra la que insiste el juez Peinado) o el ministro Torres (cuya caída anunciaban inminente los mismos hace meses) y otros políticos sobre los que circulan sospechas con la misma velocidad y verosimilitud que los vídeos de la IA. Por cierto que también hay vídeos de la detención de Zapatero. Hechos con IA, por supuesto.
11