¿Y si Esperanza manipuló a todos?
Viernes por la mañana, último día de campaña. Esperanza Aguirre abre todos los diarios, todos los informativos –los afines y los no afines– con el escándalo que se ha montado por la “filtración” de su declaración de la renta. Los suyos están con ella más que nunca, a muerte, porque ¡hay que ver lo sola que está contra el frente popular ese de todos los rojos de Madrid, Carmena, Gabilondo, Carmona, los de IU! Todo por culpa de ese inepto y antipático ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que no sabe controlar ni su Agencia Tributaria. Claro, que aquí han dado en hueso. O mejor con los dos cojones que tiene nuestra lideresa. Ya la visteis este jueves, se fue a la Fiscalía General a interponer una denuncia que hace especial hincapié en que “la revelación de secretos por parte de un funcionario público es un agravante del delito”.
Que se enteren los funcionarios de Montoro. A ella no le van a dar un trato tan humillante como a Rodrigo Rato. Por cierto, con esto de Esperanza, los 18 millones de fianza impuestos a Rato han pasado a segundo plano y cada vez hay más indignación entre la vieja guardia del PP y entre sus militantes más añejos por el escarnio al que se está sometiendo al que fue el mejor ministro de Economía de la democracia. Es un mal guión, tan malo que quizá por eso puede coincidir con la realidad, con el pensamiento de los acérrimos de Esperanza, tan críticos y cabreados con Rajoy y sus blandenguerías como la candidata Aguirre.
El corto podría seguir así: menos mal que nos queda Espe, que tiene no solo ovarios sino testículos –la frase es muy habitual como piropo aplicado por los suyos a la lideresa-condesa– y sigue hablando a la cara. Ella sí es capaz de ponerle las peras al cuarto no solo al presidente, a sandez por día en la campaña. Es que también es muy capaz de cuadrar y enmendar la plana a Ana Botella y Gallardón, sus anteriores alcaldes. Vale, quizá se le va un poco la mano. Pero porque nuestra Espe no se casa con nadie, y vuelve con la mano dura que siempre hemos necesitado contra esos estalinistas bolivarianos. Claro, como los de Génova y La Moncloa le tienen miedo, han filtrado la declaración. Pero ¿cómo no va a ganar dinero una señora como ella? Así no tiene que robarlo. No, ni hablar. Yo no voy a votar a Vox ni a los de Ciudadanos, por más falangistas que lleven en sus listas. Me tragaré la náusea que me da Rajoy para votar a Espe a la alcaldía y luego ya veremos. Aguirre a La Moncloa, mejor que todo este ganado que tenemos ahora. Necesita una mayoría absoluta para alcaldesa y luego ser presidenta del Gobierno, cuando haya que quitar a Mariano. ¡Ay mi lideresa, chulapa de clavel y trago a morro, como manda ser Condesa del Pueblo! Sí, la voy a votar este domingo pese a Rajoy, Montoro y todos esos cretinos que me han fallado y ahora van contra ella. Espe, líbrate de tus amigos, que de los tus enemigos ya te libramos los demás.
Visto así, ¿qué tendría de extraño que el final del guión fuera que fue el equipo de Esperanza el que manejó los hilos de la situación para hacer que se filtrará la declaración de la renta? En su lista podría estar la clave. Alrededor de ella pulula mucho experto que siguió de cerca el Tamayazo.
Pero esto es solo el guión para un corto.
HECHOS:
En la Agencia Tributaria se abre una investigación de oficio cada vez que hay una presunta filtración de datos fiscales.
-Así se hizo en el caso CEMEX, Cementos de México, que provocó una crisis en la Agencia y se sancionó al funcionario filtrador. Es imposible que una filtración no deje rastro entre los que han tenido acceso a los datos publicados y se dio con el culpable.
-En el caso de Monedero también se abrió esa investigación de oficio. El proceso es automático. El susto se pasó al comprobar que esos datos sobre Juan Carlos Monedero, entonces uno de los líderes de Podemos, habían salido de los pagadores y de los bancos.
-En el caso de Joaquín Sabina, fue él mismo quien desveló en una entrevista cómo estaba siendo objeto de una investigación. Sabida es la obsesión de Montoro y su gente con los cantantes, artistas, futbolistas, liberales profesionales. No hay más que tirar de comparecencias en el Congreso.
Pero el asunto de la declaración de la lideresa puso los pelos de punta el jueves, a primera hora de la mañana a los funcionarios de la Agencia. Sí, aquello era un declaración de renta de la candidata a la alcaldía, con datos claros. Podía ocurrir que los 369.000 euros que le pagó la empresa de cazatalentos hubieran sido filtrados por alguien de esa misma empresa, pero los 8.000 euros y los 5.000 del premio literario de ABC indicaban declaración de la renta.
Hechas las comprobaciones, incluso antes de que la denuncia de la lideresa llegara a la Fiscalía General, los funcionarios de la Agencia Tributaria respiraron. De allí no había salido.
Sólo que este es un guión tan malo que hasta podría haber sido concebido por la más berlusconiana de nuestros políticos, Esperanza Aguirre.