Piedras de papel es un blog en el que un grupo de sociólogos y politólogos tratamos de dar una visión rigurosa sobre las cuestiones de actualidad. Nuestras herramientas son el análisis de datos, los hechos contrastados y los argumentos abiertos a la crítica.
En este post explicaba ayer cómo la economía ocupa, como era de esperar, un lugar preeminente en la campaña electoral británica, dividiendo a los británicos entre los que prestan más atención a la recuperación (que se atribuye al gobierno de conservadores y liberal-demócratas) y a la desigualdad (que se considera que será contrarrestada mejor por los Laboristas). Hoy continuaré la serie con los otros tres temas que probablemente más atención han recibido durante la campaña británica: la sanidad, la inmigración y la UE.
El NHS
Probablemente el asunto estrella en la campaña de los Laboristas ha sido el Servicio Nacional de Salud (NHS). Mientras que hace cinco años el NHS era el quinto problema del país en importancia para los británicos, hoy es el segundo tema que más les preocupa tras la inmigración (o incluso el primero según esta encuesta). Esto es en parte consecuencia de un éxito absoluto de estrategia del Partido Laborista. Ante los recortes que ha habido en Sanidad y los planes del Gobierno de introducir más gestión privada en el Servicio de Salud, los Laboristas han conseguido atraer toda la atención del electorado al NHS y ponerlo en el centro de la contienda electoral advirtiendo de los riesgos para el NHS si el Gobierno conservador es reelegido.
Las bondades de esta estrategia para el Partido Laborista son dobles. En primer lugar, porque el NHS está fuertemente asociado a su partido. No en vano, el NHS se introdujo a finales de los años 40, durante los gobiernos del líder Laborista Clement Attlee. Así, según la BES el 60% de los votantes consideran que el NHS es una prioridad para los Laboristas, mientras que solo el 20% piensa que lo es para los Tories. En segundo lugar, poner el foco en el NHS es una estrategia electoral poderosa porque los británicos están muy orgullosos de su Servicio Nacional de Salud. El británico en general lo contempla como la joya de la corona de un Estado de Bienestar que, por otro lado, no es especialmente generoso. La ventaja electoral del NHS para los Laboristas es, además, que es una institución que trasciende bastante las fronteras de la ideología. Gran parte de los ciudadanos de derecha ven también con recelo los recortes en el NHS y es un asunto especialmente importante entre los votantes que no saben si votarán o por quién lo harán (como se puede comprobar en el siguiente gráfico). Por eso, trayendo el NHS a la campaña no solo los Laboristas consiguen movilizar a su electorado, sino que pueden persuadir a votantes más moderados que no voten a los Tories para no poner en riesgo su Sanidad. Al punto que David Cameron ha estado muy a la defensiva durante la campaña afirmando que esta ha sido la legislatura en que más se ha gastado en el NHS, prometiendo que los servicios de asistencia primaria funcionaran siete días a la semana para 2020 y recurriendo a vivencias personales para elogiar el NHS y disipar cualquier duda de que no lo desmantelará.
Gráfico 1: Los recortes en el NHS …
Fuente: British Election Study 2015. Ola 4 (pre-electoral)
Inmigración y Unión Europea
Estos dos temas, inmigración y Unión Europea, no suelen ir de la mano en países como España. En Reino Unido, en cambio, ahora mismo no se puede entender el uno sin el otro. El artífice de ello es Nigel Farage, líder del UKIP, que fue el partido más votado en las últimas elecciones europeas. El eje tradicional del discurso de UKIP se basaba en la petición de un referéndum para salir de la UE lo antes posible. Envuelto en un discurso anti-establishment que también se extiende a la clase política de Westminster, UKIP ha conseguido aprovechar la ventana de oportunidad de la crisis para emparejar la discusión sobre la UE con la discusión sobre las políticas de inmigración con el argumento de que desde dentro de la UE no es posible controlar la inmigración intracomunitaria.
La realidad es que ese discurso ha tenido mucho predicamento entre la clase obrera y los trabajadores en sectores de bajo valor añadido perciben como una amenaza la llegada de inmigrantes dispuestos a trabajar por bajos salarios del Este de Europa y, ahora también, de países como España o Grecia. En un momento en que la inmigración ocupa la posición más alta de las preocupaciones de los británicos, este es el argumento que más ha conseguido penetrar para desacreditar la UE. En el siguiente gráfico muestro con datos de la última BES cómo de acuerdo están los encuestados con la afirmación “Los inmigrantes son una carga para el estado del bienestar” y los separo entre ciudadanos que votarían a favor de permanecer en la UE o a favor de salir de la UE en un eventual referéndum. Como se puede comprobar, la correlación es altísima. Casi el 90% de los que están muy en desacuerdo con esa afirmación votarían por permanecer, mientras que el 70% de los que están de acuerdo con la afirmación votarían a favor de la salida (no muestro los porcentajes de los que se abstendrían o no saben que votarían en el referéndum).
Gráfico 2: ¿Está usted de acuerdo con la afirmación “Los inmigrantes son una carga para el estado del bienestar”?“Los inmigrantes son una carga para el estado del bienestar
Fuente: British Election Study 2015. Ola 4 (pre-electoral)
Para UKIP las perspectivas electorales no son muy positivas. Probablemente consiga entre dos y cinco escaños y ni siquiera es seguro que Farage gane en el distrito en que se presenta. A pesar de estas magras opciones electorales, la irrupción de UKIP ha tenido enormes consecuencias en el restos de partidos.
En primer lugar, UKIP ha conseguido poner el discurso de la inmigración en el primer plano (como decía, se ha convertido en la mayor preocupación para los británicos) y ello ha empujado a todos los partidos a tener posiciones restrictivas. Da igual que esté más que comprobado que los británicos se benefician más de los estados de bienestar de otros países. Cameron ha prometido reformar las condiciones de acceso a el estado del bienestar para que los inmigrantes comunitarios tengan que esperar cuatro años antes de recibir cualquier beneficio económico del sistema británico. Los laboristas no se han quedado muy atrás y han tenido una decepcionante posición frente a la inmigración que se resume perfectamente en esta taza e, incluso, los Liberal-Demócratas, tradicionalmente los más europeístas del arco parlamentario han hablado de que no se debe equiparar libertad de circulación de personas con libertad para recibir beneficios sociales. En ese sentido, la discusión en la campaña no ha sido sobre inmigración sino más bien en cuánto controlar la inmigración desde dentro (o fuera) de la UE.
En segundo lugar, la asociación de problemas de inmigración con la UE ha llevado a David Cameron prometa un referéndum sobre la permanencia en la Unión Europea para 2017. Su intención es renegociar las condiciones de membresía del Reino Unido y dependiendo de si consigue lo que pretende, apoyar la salida o la permanencia. Los Laboristas y los Liberal-Demócratas han dicho que ellos no apoyan este referéndum y los nacionalistas galeses y escoceses, donde el Sí a la UE ganaría seguro, piden que se les deje permanecer si los ingleses votan que No. Todo hace pensar que este referéndum será pieza central de las negociaciones sobre coaliciones y no sería extraño que Cameron utilizase esto como excusa para no convocar un referéndum del que todo el establishment económico que apoya a su partido está en contra.
Con este pequeño resumen, cierro la segunda parte de la serie sobre los asuntos más relevantes en la campaña británica. Mañana publicaré un último post en que mostraré quién vota por qué partidos, cuál ha sido el devenir de los candidatos y qué posibles alianzas pueden generarse a partir del viernes.
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