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“La época de las plazas de toros pasó”: el PP prepara una campaña de actos pequeños forzado por la sangría de votos

Uno de los últimos actos protagonizado por Pablo Casado.

Iñigo Aduriz

“Los tiempos de los mítines en los que llenábamos plazas de toros ya han pasado. Haremos actos pequeños y cercanos”. Esta afirmación de una presidenta autonómica del PP sobre las campañas de las elecciones generales de abril y las autonómicas y municipales de mayo resume la estrategia electoral que ha adoptado el partido que preside Pablo Casado. 

Algunos de los principales dirigentes populares han asumido que con la fragmentación de la derecha en tres partidos –PP, Ciudadanos y Vox– que auguran todas las encuestas y que ya se reflejó en las elecciones andaluzas, además de votos su formación ha perdido capacidad de convocatoria. Distintos mandos populares descartan que en las campañas que se avecinan el partido vaya a intentar llenar grandes recintos como plazas de toros, estadios o polideportivos como aquellos basos de masas de la era de las mayorías absolutas.

El plan es optar, según las fuentes consultadas por eldiario.es, por una estrategia “más cercana” y “pegada a los votantes”, con actos más reducidos y “sectoriales” que les permitan difundir mensajes y propuestas concretas y llevando la campaña más allá de los mítines habituales, con “mucho contacto con la calle” pero según reconoce un barón autonómico, “enfocando también el mensaje a través de las redes sociales e internet”. “Es por donde podemos llegar a la gente”, recalca. 

Ante lo sucedido en Andalucía –donde el popular Juan Manuel Moreno Bonilla es presidente gracias a los votos de Ciudadanos y Vox– y vistas las encuestas publicadas en las últimas semanas, los populares han asumido, además, que necesitarán del apoyo de otras fuerzas políticas si estas suman tras el 28A para arrebatar la Moncloa a Pedro Sánchez o para poder llegar al poder en las comunidades autónomas y los ayuntamientos. El discurso de la lista más votada está aparcado hasta nueva orden.

Aprender a pactar

“Durante años la izquierda nos ha pedido que aprendiéramos a pactar, ¿no? Pues hemos aprendido y pactaremos”, sostenía a finales de la semana pasada una de las principales dirigentes autonómicas del PP. 

Desde el entorno de Casado insisten, no obstante, en presentarse como los ganadores de todos los procesos electorales que tendrán lugar la próxima primavera. Sus encuestas internas, sostienen, les dan “buenos resultados” y les sitúan “por encima del PSOE” en las generales, a pesar de que todos los estudios demoscópicos dicen lo contrario: que los socialistas serían primera fuerza y que el PP sufriría un fuerte retroceso –algunas encuestas aventuran una pérdida de hasta 50 escaños respecto al resultado de 2016– por lo que no tendría más remedio que apoyarse en otros partidos en el caso de tener opciones de recuperar poder institucional. 

La cúpula del PP señala que en todas las encuestas “bailan 15 o 20 escaños” que en cada estudio se reparten entre PP, Ciudadanos y Vox, pero la dirección de los populares sostiene que, al final, en las encuestas hay “mucho voto oculto” para el partido que preside Casado, por lo que finalmente el PP volverá a situarse “claramente” como la “fuerza hegemónica” del centro derecha español y será sobre la formación conservadora sobre la que pasarán todos los posibles acuerdos de gobierno. 

Miembros de la dirección del PP empiezan a reconocer, no obstante, que la fragmentación de la derecha que se refleja en las encuestas puede restarles opciones de llegar a gobernar, de forma que no se traduzca necesariamente de nuevo en una suma como la que dio a los populares la Junta de Andalucía, el pasado enero. 

“No es el momento de desahogarse”

“Algo que no sea un apoyo directo a Pablo Casado es darle más minutos a Pedro Sánchez en la Moncloa. Y no lo digo yo, lo están diciendo las encuestas”, afirmaba este lunes el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que apuntaba que en las elecciones del 28 de abril existen, a su juicio, “solo dos opciones: o gobierna Sánchez o gobierna Casado”. Por eso, aunque ha entendido que “haya gente enfadada con lo que hizo el PP en el pasado”, advertía a los votantes de derechas que “hoy no es el momento de desahogarse” apoyando a Ciudadanos o Vox.

Los españoles, proseguía García Egea durante un acto en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, podrán elegir entre “el vergonzante bloque de la moción de censura” o el “bloque constitucionalista” liderado por el PP.

Pese a la importancia que daba su número dos a las encuestas utilizándolas como advertencia para su electorado, Casado negaba en cambio validez a los estudios demoscópicos publicados. “En el año 15 y 16 todas las encuestas daban un cuádruple empate y el resultado fue que el PP sacó 102 escaños a Ciudadanos y 50 escaños al PSOE”, advertía durante un acto de conmemoración de los 15 años de los atentados del 11M en los que aprovechaba para alentar la teoría de la conspiración sobre la autoría del ataque reclamando “toda la verdad” sobre la masacre. 

A pesar de la adversidad de las encuestas, el líder de los populares no modificará un ápice su estrategia: “Lo que tenemos que seguir haciendo es lanzando un mensaje: que se va a votar una sola vez en cuatro años y solo hay una alternativa al Gobierno que Sánchez pretende reeditar con independentistas, comunistas de Podemos y con el aval de los batasunos, y es el liderado por el PP”.

Pese al optimismo de su líder, dirigentes populares comienzan a prepararse ante un ciclo electoral que podría ser adverso para sus intereses modificando su estrategia y adaptándola a un escenario multipartidista en el que el voto de la derecha estará más fragmentado que nunca.

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