Las arquitectas invisibles
“Trabajo por dar visibilidad a las prácticas emergentes o las mujeres”. Fue la respuesta que la arquitecta Ariadna Cantis le dio al Ayuntamiento de Madrid cuando el pasado mayo le propuso organizar una exposición en el Palacio de Cibeles para la XII Semana de la Arquitectura -que se celebra ahora-. Ellos replicaron que mujeres entonces. El resultado es Arquitectas, una videoinstalación en la que 10 profesionales mujeres de esta disciplina dan las razones por las que el trabajo femenino está muchas veces invisibilizado y poco reconocido en la profesión, lo que ello supone y la necesidad de un proceso de cambio, ya en marcha, “tan necesario como irreversible”.
“En España, de 150 catedráticos de Arquitectura solo dos son mujeres”, subraya Cantis, profesional con más de 20 años de carrera a las espaldas, y quien desde hace años viene constatando la invisibilidad y discriminación de las mujeres en su disciplina: no acceden a los proyectos, no están en los jurados, no ganan concursos.“Hay muchas investigaciones realizadas al respecto en la Universidad pero ahí se quedan, no salen de ese ámbito y es una realidad que permanece escondida”, añade, y apunta la barrera que les impide el paso: el machismo.
De ahí que desde hace tiempo Cantis se propusiera en su faceta de comisaria visibilizar todo ese trabajo de las arquitectas, por lo que cuando llegó la propuesta municipal se puso a trabajar con el apoyo de los propios técnicos municipales. “Contábamos con muy poco presupuesto pero lo que quería era crear un altavoz que diera un poco de luz sobre lo que ocurre”, explica. Decidió grabar a 10 arquitectas, de distintas generaciones -los 20, 30, 40 y 50 años-, quienes debían responder a dos preguntas: “¿Cuál es tu opinión en torno al género y la arquitectura? ¿Qué se puede hacer para cambiar al situación?”.
La maternidad como obstáculo
En apenas 18 minutos, las profesionales van desgranando su opiniones. Como Almudena, que subraya que si bien la arquitectura ha sido un ámbito fundamentalmente masculino, las mujeres son ahora mayoría en la Escuela de Arquitectura. “¿Por qué se quedan por el camino?”, se pregunta. La maternidad es su respuesta. “Muy pocas mujeres llegan después a leer la tesis doctoral, solo hay un 5% de catedráticas y no ha habido nunca una directora de la Escuela de Arquitectura en Madrid”, dice.
Inés apunta en el capítulo dedicado al sesgo como lo “profesional siempre se asocia al varón, como demuestran muchos estudios que dicen que no se valora igual a un hombre que a una mujer”. Carmen subraya cómo el techo de cristal sigue siendo una realidad: “No llegamos a los puestos de toma de decisión y eso es preocupante porque si no estamos en esos lugares […] no llegamos a cambiar las decisiones”. Y explica por qué es necesario estar ahí. “Hay que llegar porque la ciudad está pensada desde un concepto masculino, la universidad, los estudios la circulación, todo lo que nos podamos imaginar está pensado solo desde un punto de vista”, subraya la arquitecta.
El reparto de las responsabilidades familiares, como apunta Carolina, es otro de los problemas que impide ese reconocimiento. “Esto nos muestra una sociedad cuyo criterio de selección no es la excelencia y está descartando un porcentaje muy alto de talento creativo”.
El documental, que está disponible en Youtube y en una vídeoinstalación que puede verse hasta el 24 de enero en el Palacio de Cibeles de Madrid, ofrece un balance optimista para el futuro. Así lo ven las generaciones más jóvenes, como María e Isabel, pero también las veteranas. “Las generaciones jóvenes van a llegar queramos o no pero si nos infiltramos en todos los lugares antes llegará la igualdad”, reivindica Carmen.
Liliana defiende esa lucha por la igualdad al final del vídeo para hacer un llamamiento a la sociedad civil. “Creo que los políticos han hablado mucho [sobre la igualdad] y tal vez porque han hablado tanto y hemos visto tan pocas herramientas efectivas para cambiar esto que parecería que estas palabras están desactivadas semánticamente y es la sociedad civil la que tiene que recoger el testigo, volver a activar estas palabras y realmente volver a reivindicar la igualdad”.
