La operación Chamartín obtiene una evaluación positiva en impacto de género

El proyecto Madrid Nuevo Norte, que creará 11.000 viviendas en torno a la estación de Chamartín, ha recibido una evaluación positiva en impacto de género por su alto porcentaje de vivienda social (20 %), su trazado y la mezcla de usos de las parcelas que mejorarán la movilidad y la seguridad para las mujeres.

“Es el primero de los grandes proyectos urbanísticos que hace una evaluación de impacto de este alcance”, según la profesora de Urbanismo de la Politécnica de Madrid (UPM), Inés Sánchez de Madariaga, encargada de evaluar la llamada operación Chamartín.

“Hombres y mujeres hacen un uso distinto de la ciudad: ellos se mueven de manera más pendular, mientras que ellas tienen una movilidad poligonal, con viajes encadenados”: llevar al niño al colegio, ir a trabajar, hacer la compra, acompañar a un familiar al médico, hacer gestiones del hogar, explica en entrevista con Efe.

Este “rol de cuidados” de la mujer, “afecta a todos los campos del urbanismo: cómo están localizados los equipamientos, el transporte público”, sostiene. “Otro aspecto importante es la percepción de seguridad del espacio público” que tienen las mujeres; por ello es clave la trama de calles, la iluminación y la imbricación de paradas de transporte intermodal.

“Todas las parcelas de nueva creación tendrán acceso a una parada de transporte público en un radio de 200 metros. Las mujeres son sus principales usuarias”, detalla.

El tercer aspecto del informe es “la pobreza relativa que es mayor en las mujeres y la población infantil”, generando una mayor dependencia de los servicios públicos.

“Un 20% de las viviendas serán protegidas, el doble de lo que exige la normativa. Hemos valorado muy positivamente este porcentaje”, principalmente familias monoparentales, subraya.

También es “innovadora, muy avanzada, la mezcla de usos del terreno, incluso en la escala de la parcela”. No habrá zonas exclusivamente de oficinas, que puedan volverse inseguras de noche. “Se mezclan los usos en un entorno inmediato para que haya gente a distintas horas todos los días”, explica.

En la zona de oficinas -el Centro de Negocios- “los zócalos en planta baja y primera planta permiten mezclar usos”, detalla.

“Gran cantidad de parcelas están asignadas a equipamientos de distinto tipo”, y el Ayuntamiento de Madrid está haciendo un estudio de estas dotaciones para “servir a las necesidades de los barrios colindantes”, agrega.

“La evaluación global es positiva”. A través de la reserva de suelo y la “novedosa” mezcla de usos, con “integración de usos no terciarios en plantas bajas y primeras plantas”, se busca crear “una ciudad viva, vibrante, donde haya gente a distintas horas”, afirma.

La seguridad en el parque lineal -sobre las vías soterradas- se basa en principios de la ONU de 'Safer cities': “ver y ser vista; oír y ser oída; poder escapar y pedir ayuda”.

El proyecto “genera un tejido urbano muy bien conectado, muy imbricado, con una tupida red de transporte intermodal”, y será un “elemento importante de cosido de las heridas de la ciudad”, concluye esta asesora en materia de género de ONU Habitat.