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Oviedo, sin chiringuitos en sus fiestas de San Mateo

Varias personas caminan por la plaza de la Catedral de Oviedo.

Javier Martínez Mansilla

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Oviedo acaba de cerrar el primer fin de semana de unas fiestas de San Mateo diferentes. Y lo ha hecho con éxito y una gran afluencia de ovetenses deseosos de poder celebrar por fin su principal festividad sin tantas restricciones como hace un año. Lo han permitido, entre otras cosas, las buenas cifras de COVID-19 en la región, con varios días seguidos por debajo de los 20 contagios. Aun así, los conciertos multitudinarios y los actos al aire libre tendrán que esperar. 

La normalidad parece más cercana en el Principado, pero si de algo no se puede hablar en esta edición de San Mateo es de normalidad. Y el coronavirus no es el protagonista. 

“Se han cargado el modelo festivo y el modelo popular”, sostiene Ana Taboada, concejala de Somos en el ayuntamiento de Oviedo, en referencia a la decisión del Gobierno municipal (PP y Cs) de establecer un nuevo sistema de adjudicación de lo que muchos consideran “la esencia de San Mateo”: los chiringuitos. 

“Hemos podido cambiar el modelo festivo democratizando las fiestas de San Mateo”, explica Covadonga Díaz, concejala de Festejos del PP, en referencia al sorteo de las cuarenta casetas repartidas por el centro de la capital asturiana en estas fiestas mateínas. 

Los tradicionales chiringuitos regentados por asociaciones sociales vinculadas a partidos políticos se han sustituido por nuevos stands establecidos por el Ayuntamiento a cargo de hosteleros. “Estaban secuestrados por unas pocas entidades”, sostiene la concejala de Festejos, mientras diversas asociaciones hablan de “falta de diversidad” y de “homogeneización”. La polémica ha pasado de las calles al Consistorio y a las redes sociales, y lo que parecía intocable ya es historia. Ha arrancado el nuevo San Mateo en Oviedo.

De Bilbao a Asturias

En 1983, el Ayuntamiento de la capital de Asturias, bajo el Gobierno del socialista Antonio Masip, decide importar uno de los distintivos de las fiestas de Bilbao. Las famosas txosnas (chozas) vascas llegarían a Oviedo como una serie de chiringuitos para animar el casco antiguo de la capital asturiana cada septiembre, a cargo de diferentes asociaciones sociales y políticas. Un San Mateo con música, ambiente, comida, bebida y, en definitiva, un producto diferente en cada parada que además se utilizaba como altavoz del mensaje de cada colectivo. 

“SOS Racismo, Xunta Pola Defensa de la Llingua Asturiana, comités solidarios con América Latina, campañas de sensibilización, ecologistas... En once días de fiesta también tenían cabida en un espacio público diferentes entidades sociales”, explica Ana Taboada, portavoz de Somos en Oviedo. “En 24 años de Gobierno del Partido Popular, en la ciudad siempre se había respetado ese espacio diverso y plural”, concluye. 

En los últimos años, los hosteleros empezaron a contar con espacio en lugares como el Parque San Francisco. Se amplió así el radio de los chiringuitos y se creó un escenario donde ambos modelos podían convivir. Sin embargo, a pesar de casi cuatro décadas de tradición, los últimos meses se ha ido fraguando un cambio que, hasta finales de agosto, con el sorteo de las adjudicaciones, no parecía real y, desde el pasado viernes, con el inicio de las fiestas, ya lo es. 

Un nuevo modelo

¿En qué consiste el cambio? El Ayuntamiento ha repartido 40 concesiones por tres años de duración para los festejos de San Mateo, que duran 18 días. De estas, 36 están gestionadas por entidades hosteleras como el Llar de la Catedral, La Cantina de Gascona, Maype o Tierra Artur en zonas como el Campo de San Francisco, la Plaza Porlier y el parque del Truébano. Además, también se han ofertado cuatro emplazamientos en la plaza de la Catedral para colectivos sociales, que han recaído por sorteo en la asociación Luar, Asamblea Moza, el Movimiento Asturiano por la Paz y la Asociación Colibrís en Acción.

“Esa diversidad que antes había y esa posibilidad de escoger, ahora ya no la hay”, considera Marcos Álvarez, portavoz de la Asociación de Vecinos de Sograndio, una de las primeras en contar con uno de los puestos en San Mateo, desde 1983. Con este nuevo modelo, se ha quedado sin plaza. “El color de la fiesta y alegría se ha perdido un poco”, añade Álvarez.

No han sido los únicos. Establecimientos como el Rincón Cubano, ligado al Partido Comunista; La Guinda, vinculada al PSOE; el Pinón Folixa, de las asociaciones Acción en Red y la Radio Libre QK, el chiringuito de la Aparo o el de Los Estudiantes, ya no forman parte de la festividad mateína. “Los chiringuitos llevaban 38 años secuestrados por unas pocas entidades, varias de ellas vinculadas a partidos políticos de izquierda”, explica la concejala de Festejos del Ayuntamiento de Oviedo, Covadonga Díaz, en una entrevista para elDiario.es. “Era necesario romper esa dictadura abriendo las casetas a los hosteleros, que son los que pagan impuestos y crean empleo durante todo el año”.

La pluralidad de San Mateo

“El Gobierno de PP y Cs se ha cargado un modelo histórico regentado por asociaciones sin ánimo de lucro para entregarle la centralidad de las fiestas a Otea, la patronal hostelera de Asturias”. Así lo cree Álvaro Villegas, portavoz de la Plataforma Fiestes Populares, creada por varias asociaciones sociales que cuentan con seis espacios en estas fiestas y un objetivo: “garantizar la pluralidad que representa el San Mateo de toda la vida”. En palabras de Villegas. 

Según el portavoz del colectivo, no lo están teniendo fácil. “En estos tres primeros días, el Ayuntamiento ha usado la Policía Local para tratar de reprimirnos y echarnos de nuestro espacio”, comenta Villegas tras las constantes amenazas de desalojo, peticiones de identificaciones, propuestas de sanciones y advertencias, a su entender, desproporcionadas. “Nos estamos planteando acciones legales para esclarecer este uso de la fuerza pública en la ciudad de Oviedo”, concluye el portavoz de la plataforma.

Los hosteleros

La otra cara de la moneda la representa la alegría de los hosteleros. Son los grandes beneficiados de este nuevo reparto al poder extender sus locales a estos pequeños puestos de 24 m2 durante el periodo mateíno después de un año muy difícil para el sector. “Es un orgullo poder participar en las fiestas de Oviedo”, comenta Juan Carlos Martínez, director de marketing del grupo Tierra Astur, con sede en una de las casetas de la Plaza Porlier. “En cuarenta años de historia nunca habíamos participado en algo así y es ilusionante poder formar parte, que la gente se divierta y, poco a poco, volver a la normalidad”. 

En los puestos ahora aparecen los carteles de Las Tablas del Campillín, la pulpería A Feira, Doña Concha o la pizzería La Competencia, entre otros nuevos locales que contarán con su sitio en San Mateo durante tres años. “La gente tenía muchas ganas de fiesta y lo hemos visto estos días”, añade Martínez. “Nunca antes había habido tantas zonas festivas”, apunta Covadonga Díaz. Tras un inicio de un San Mateo con buena afluencia de visitantes en las casetas, los hosteleros afrontan el resto del periodo festivo con optimismo y esperando que ni la climatología pueda nublar las ganas de celebrar.

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