Crowdfunding social: aportar sin recibir nada a cambio
Hasta la fecha, crowdfunding o financiación colectiva se identifica con un proceso por el que varios inversores realizan aportaciones, la mayoría inferiores a 50 euros y a través de internet, para que se pueda terminar un proyecto. Y a cambio cada uno recibe ciertas recompensas en función de la cantidad, principalmente una unidad del producto que se está desarrollando, ya sea físico o digital.
Sobre la misma tecnología pero con unas motivaciones completamente opuestas ha surgido un concepto distinto, el crowdfunding social.
Conocí esta forma de financiación colectiva como se supone que lo acaba conociendo todo el mundo, a través de amigos o familiares, pude saber después. Era una situación grave y confusa. Una chica transexual, acosada y humillada por su familia y vecinos, necesitaba dinero para salir del país en el que se encontraba atrapada y la única forma de reunirlo era a través de nuestras donaciones. No se nos facilitaba ni nombre, ni edad, ni lugar, tan solo el caso y un botón para hacer una donación y contribuir así a comprar su billete de avión a quién sabe dónde.
El enlace que mi amigo me enviaba a través de un correo electrónico conducía a una web de crowdfunding social llamada Youcaring. Es casi idéntica a las que estoy acostumbrado a ver para financiar productos comerciales, pero presenta la gran diferencia de que aquí no se recibe nada a cambio, solo se da.
Quién aporta sin recibir nada
Quién aporta sin recibir nadaA pesar de su anonimato, la chica logró recaudar más de 2.000 dólares, justo lo que pedía quien había puesto en marcha el proyecto. No fue ella, fue el colectivo activista transexual quien movilizó su causa y quien transmitió la confianza y credibilidad al caso. El crowdfunding social funciona gracias a los círculos cercanos. Luke Miner, uno de los fundadores de la web, nos explica que “casi todas las donaciones son de amigos cercanos o de la familia de quien promueve la causa o del mismo beneficiario. Apenas recibimos donaciones de gente al azar que llega al sitio”.
No es caridad, es organización social a través de la red. La forma más sencilla de aprovechar las nuevas herramientas digitales para tapar los agujeros y maquillar las situaciones en las que no se puede contar con las instituciones. “Nos damos cuenta de que la gente generalmente es muy feliz dando a los amigos y familiares por generosidad, no por recibir algo a cambio”, dice Miner.
Apelando a la cercanía, el crowdfunding social consigue romper con el molde del usuario de los proyectos comerciales. Ricardo García de Consuegra, fundador de la web española de crowdfunding Idea Rápida, explica que “el perfil tradicional es gente de 25 a 35 años y la aportación media está en torno a los 20 euros”.
El caso de la mujer que llamó mi atención resultó ser la excepción. Su anonimato era necesario por las amenazas y el riesgo al que se expondría si se hiciera pública su situación, pero en casi la totalidad de las ocasiones los referentes para el donante son conocidos. En el extremo opuesto, para algunas peticiones de Youcaring se han creado “equipos de apoyo, hasta el punto de que han conseguido salir en los periódicos y en la televisión local o nacional”. Hasta el momento el récord de recaudación está en los 400.000 dólares.
García de Consuegra comparte que en general “la clave del éxito son las tres efes en inglés, friends, family and fools”, que suma a los engañados a ese círculo personal. Además, añade, “es necesario tener un buen producto y moverse bien por las redes sociales para conseguir atraer a la gente”.
Sin ánimo de lucro por ninguna de las partes
Sin ánimo de lucro por ninguna de las partes
El 65% de las peticiones recibidas en esta web norteamericana son de casos relacionados con la salud, para tratamientos costosos o de larga duración, siguen las recaudaciones para pagar gastos educativos, funerales, cuidado de animales y misiones religiosas. La única limitación para poner en marcha una campaña es que no tenga ánimo de lucro, cuenta su fundador, aunque tampoco les gusta promover acciones de carácter político-partidista de ningún signo o color.
Youcaring tampoco tiene ánimo de lucro de modo que su forma de trabajar condiciona su propia existencia. En el crowdfunding social no se cobran comisiones por las donaciones como en otros formatos y solo se pierde lo que puedan quedarse los intermediarios de la transferencia como Paypal. Youcaring funciona gracias a las donaciones, especialmente de una fuente anónima que les mantiene. “Nuestra intención nunca fue hacer montones de dinero sino ofrecer un gran servicio que ayudase a montones de personas, y además todos los fundadores tenemos o hemos tendido otra fuente de ingresos para pagarnos las facturas”, bromea Miner.
La propuesta de Idea Rápida es distinta porque sí es una empresa con ánimo de lucro: funciona como el resto cuando con los clientes habituales pero cuando el proyecto está organizado por una ONG o una fundación, la totalidad de la comisión es destinada a proyectos sociales.
Este nuevo formato puede ser una vía de escape para los proyectos sin ánimo de lucro que hasta la fecha han tenido que pagar el peaje de las webs de financiación colectiva tradicionales, como asociaciones y ONG. García de Consuegra pone el ejemplo de Jordi Pérez, un periodista que solicitó dinero para cubrir las elecciones de Estados Unidos en persona: “dijo a los lectores de su blog 'como los medios cuentan siempre lo mismo, si queréis que os dé información de verdad sobre cómo son unas elecciones a pie de calle mis necesidades para el viaje son estas', y recaudó unos tres mil euros”.
En esencia, como herramienta pública y gratuita el crowdfunding social permite que los proyectos colectivos sin ánimo de lucro se hagan multitudinarios, y a la vez escapa al control del capital al eliminar al intermediario, generalmente la banca. En el siglo XX eran ingresos en cuenta para los pocos casos que saltaban a la prensa, hoy hay un espacio abierto, organizado y que puede subsistir solo con las redes humanas sociales.