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The Guardian en español

De Noam Chomsky a la familia real: el gran salto de Meghan Markle

Hace un año que Meghan Markle no utiliza sus redes sociales

Robert Booth

Meghan Markle utilizó el hecho de ser una persona famosa para apoyar a Hillary Clinton, lamentar el Brexit y atacar a Donald Trump por ser “misógino” y “conflictivo”. Sin embargo, ese tipo de opiniones estridentes serán silenciadas por el protocolo de palacio, cuyo objetivo es evitar que la realeza británica exprese opiniones públicas sobre partidos y figuras políticas.

La actriz norteamericana se casará con el príncipe Harry en mayo y se embarca en su primer compromiso real acompañando a su prometido en Nottingham este viernes. Se espera que canalice su entusiasmo activista apoyando al sector benéfico.

Un veterano analista real prevé que las restricciones sobre su libertad de expresión puede que representen “un problema existencial” para una mujer tan comprometida y políticamente activa.

“Hay que remontarse al príncipe Felipe de Edimburgo para recordar un fichaje para la familia que es tan evidentemente peleón y puntilloso”, explica Robert Lacey, historiador y biógrafo de la reina. “Puedo ver que esto va a ser un verdadero problema para ella en los próximos meses y años, un problema existencial. No creo que la reina tenga prisa por tener a Meghan en Balmoral cuando Trump le haga una visita”.

Antes de que se case con el hombre que ocupa el quinto puesto en la línea de sucesión al trono, Markle, de 36 años, explica que creció “con una conciencia social para hacer lo posible y protestar cuando sabía que algo estaba mal”.

La actriz nacida en Los Ángeles colaboró como embajadora para ONU Mujeres y para la organización benéfica World Vision. Pero ahora, hacer comentarios sobre políticos británicos o internacionales se considerará algo inapropiado.

Cualquier esperanza de que la primera estadounidense que llega a la cúspide real desde Wallis Simpson pudiera suponer un puente con la Casa Blanca parece haberse desvanecido. Antes de las elecciones estadounidenses de 2016, Markle defendió votar a Clinton “no porque sea una mujer, sino porque Trump nos ha hecho ver fácilmente que no queremos el tipo de mundo que él se está imaginando”.

Se supone que la realeza acepta que los partidos y los políticos están fuera de los límites a la hora de hacer comentarios públicos. La web real dice: “Como jefa de Estado, la reina debe permanecer estrictamente neutral con respecto a temas políticos”.

Asistentes de palacio cuentan que por convención otros miembros de la familia real han aceptado seguir esa línea. Se trata de una línea que, según algunos críticos creen, su futuro suegro, el príncipe Carlos, ha cruzado varias veces, en forma de “intromisiones” políticas.

Es preferible “fomentar el cambio social” a través de iniciativas como la campaña por la salud mental Heads Together dirigida por los duques de Cambridge y Harry. Se cree que Markle probablemente quiera seguir haciendo campaña sobre la situación de niñas y mujeres.

Hasta ahora, ella parece haber aceptado el cambio de enfoque, por ejemplo dejando de utilizar sus redes sociales en las que expresaba algunas opiniones políticas hace un año cuando su relación con el príncipe se hizo pública. En Instagram, había recomendado 'Who Rules the World', el último libro del teórico de izquierdas Noam Chomsky, una polémica “petición para poner fin a la hipocresía estadounidense e introducir una dimensión de principios más consistentes para las relaciones de EEUU con el mundo”, según the New York Review of Books.

Poco después de la votación del Brexit, utilizó la misma plataforma para publicar una imagen con una pancarta contraria a la campaña del Brexit en la que se podía leer: “Si ahora la UE me abandona, te llevas la mayor parte de mí”.

“Es un poco como entrar en una pecera. Todo cambia”, dice Dickie Arbiter, exjefa de prensa del príncipe Carlos. Lo que ella podía decir antes de entrar en 'la empresa' es muy diferente de lo que podrá decir ahora. Todo cambia“.

“Ahora ha entrado en la familia real y respetará la neutralidad política. Seguro que Harry se lo ha dicho claramente. Harry sabe que ha hablado sin pelos en la lengua, pero ahora eso no pasará. Se tendrá que adaptar. Sé que ella ya está en ello”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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