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Estos días

Rommy Arce

Gabriela Wiener

Estos días en que empieza el juicio por el Procés. Estos días de la manifestación de las derechas patrioteras y racistas, a la que acude puntual el Sindicato de la Policía Municipal, que sabemos bien de qué pie cojea. Estos días, finalmente, son los aciagos días en que se confirma que la concejala Rommy Arce tendrá que ir a juicio por unos tuits en los que denunciaba la violencia racista institucional de este país. Fueron esos mismos policías que van a las manis fachas y gritan pidiendo más vallas en las fronteras quienes presentaron la querella contra la política de Ahora Madrid, que ahora la jueza procesa por el presunto delito de injurias graves. Políticos, jueces, policías… toda la maquinaria estatal al servicio de la censura y la persecución política.

Estos días que no se nos olvide que Arce fue una migrante sin papeles que hoy es concejala del Ayuntamiento de Madrid. Migró de Perú a España para buscarse la vida cuando tenía 15 años, en 1992, ese año horríbilis, en que el dictador Fujimori y su patrulla canina se dedicaban a asesinar estudiantes y vecinos de barrios de Lima. El Perú era un infierno y España vivía sus sueños de bonanza que después se estrellarían con la crisis en mil pedazos. Rommy y su madre llegaron con visado de turista, sin permiso de trabajo, porque era la única manera de entrar al país. Sobrevivieron gracias a un asilo humanitario y luego permanecieron un tiempo indocumentadas. Recibieron la carta de expulsión, pero con la ayuda de una ONG pudieron finalmente regularizar su situación de residencia, aunque sin permiso para trabajar. Recién diez años después se le concedió a Rommy la nacionalidad.

Estos días que tampoco se nos olvide cómo muchas mujeres migrantes como Arce tienen que trabajar en el servicio doméstico y en hostelería sin derechos laborales. Seamos conscientes de lo que es ser maltratada por ser migrante, por haber buscado mejor condiciones de vida en un país del “primer mundo”, en el que nos cuesta años volver a ser quienes somos. Por eso Arce hace política, y desde ese lugar rechaza las políticas migratorias racistas y xenófobas europeas. Por eso pide que no haya más redadas policiales racistas en los barrios. Y por eso la quieren condenar.

Estos días sobre todo no olvidemos a Mmame Mbage, que cayó muerto de un infarto luego de haber sido perseguido por la policía. Aquella vez Roomy tuiteó: “Los nadie víctimas de la xenofobia institucional y de un sistema capitalista que levanta fronteras interiores y exteriores. El pecado de Mame ser negro pobre y sin papeles. Hermano, siempre estarás en nuestro recuerdo”. Arce va a ser juzgada junto al vocero del sindicato de manteros, Malick Gueye, por decir que un hombre pobre es víctima de un sistema racista.

Un grupo de esa misma policía municipal, por cierto, mantiene un chat que se hizo famoso por alabar a Hitler y al fascismo, por referirse a los migrantes como “hijos de puta, yo los tiraba al mar, comida para peces”. Los odiadores acusando a los demás de odiar. Por ello fueron absueltos y hoy siguen cuidando las calles de “malos elementos”, mientras Arce va a juicio. Estos días, de mordaza y banquillo.

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