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Sin visibilidad, sin referencias… solo hay una salida: la brújula

orientacion, brujula

Evaristo Vaz 'Varis'

La brújula es un instrumento que sirve para orientarse gracias a una aguja imantada que señala siempre el Norte magnético. Hay que tener en cuenta que hay una pequeña diferencia en las distintas zonas del planeta, a excepción de las zonas polares (Sur y Norte), debido a la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre. Este instrumento de orientación es el mas idóneo para movernos por montaña, e imprescindible con baja visibilidad. No hay que olvidar también que siempre deberíamos acompañarlo de un mapa de la zona en la que nos encontremos. Para empezar a orientarnos con una brújula lo ideal es que sea de plataforma transparente, para no tapar el mapa cuando trabajemos con él. Ésta puede tener a parte un espejo para tomar mejor los rumbos. Este tipo de brújula fue inventada en los años 20 con el fin de orientar a excursionistas y montañeros por lugares desconocidos. Hoy día se la conoce como brújula de orientación o brújula transportadora.

Este tipo de brújula está compuesta por una base de plástico transparente, en la que encontramos reglas de medición de distintas escalas, una lupa y la flecha de dirección. Sobre ésta encontramos una cápsula llena de líquido, en la cual hay una aguja imantada que señala el Norte magnético. Alrededor de ésta encontramos el limbo o anillo, con un soporte rotatorio graduado con los puntos cardinales N, S, E y O marcados en el límite de la circunferencia que viene dividida en grados. Junto a la flecha de dirección encontramos una raya no móvil que nos dará los rumbos en cada cálculo. Dentro de esta base giratoria encontramos la flecha orientadora y sus líneas auxiliares de color rojo, con una pequeña graduación para la declinación magnética (diferencia entre el Norte magnético y Norte verdadero).

Antes de usar una brújula tendremos que asegurarnos que no esté dañada, alejarla de los elementos metálicos o campos magnéticos, etc. Siempre que utilicemos cualquier brújula tendremos que colocarla sobre una base plana (por ejemplo, la palma de una mano).

Uso de la brújula para situar el mapa en relación al paisaje

En primer lugar buscaremos una superficie plana donde situar el mapa totalmente desplegado. A continuación giraremos el limbo de la brújula hasta que la “N” del norte coincida con la flecha de dirección. Colocaremos la brújula sobre el mapa, haciendo coincidir el canto de la brújula con el marco del mapa de manera que la flecha de dirección coincida con el norte del mapa. Una vez hecho esto correctamente, giraremos el mapa de manera que coincida la aguja imantada (parte roja o Norte) con la flecha orientadora: ambas indicarán el norte al igual que el mapa. Así, ya tenemos el mapa orientado en relación con el paisaje y podremos identificar que hay alrededor nuestro antes de empezar una ruta, etc. (Ver foto 1).

Identificar un punto del paisaje en el mapa para tomar referencias

Cogemos la brújula sobre la palma de la mano de manera que esté plana. Seguidamente apuntaremos con la flecha de dirección de viaje al punto que queremos identificar (Ej. un pico). Una vez conseguido esto, giraremos la carcasa del limbo hasta coincidir la flecha orientadora con la aguja imantada Norte: ésta se encuentra en el interior de la carcasa de manera que nos dará un dato o rumbo de dirección, gracias a la raya inmóvil que está pegada a la flecha de dirección (Ej. 245º). Este dato le tendremos que recordar por si movemos el limbo en su manipulación. Seguidamente nos situaremos sobre el mapa orientado en el suelo, colocando el canto de la brújula sobre nuestra posición (lugar en el que nos encontramos en el mapa) y rotando la brújula sin mover el mapa coincidiremos de nuevo la aguja imantada con la flecha orientadora. Seguidamente trazaremos una línea, bien sea dibujada o imaginaria la cual pasará por el punto que queríamos identificar (un pico, una cabaña, un collado, etc.). (Ver foto 2).

Identificar un punto del mapa en el paisaje

Primero orientamos el mapa: trazamos una línea con un lápiz desde nuestra posición hasta el punto que queremos identificar. Seguidamente colocaremos el canto de la base de la brújula sobre la línea dibujada, giraremos el limbo hasta que coincida la flecha orientadora con la aguja magnética y nos dará un rumbo (Ej.120º). Éste se ve en la rayita que coincide con la flecha de dirección. Nos pondremos de pie, colocaremos la brújula sobre la palma de la mano de manera plana, verificaremos que el rumbo está correcto, y a continuación giraremos nuestro cuerpo hasta hacer coincidir de nuevo la aguja imantada con la flecha orientadora. Veremos como la flecha de dirección nos indica el punto que queríamos identificar.

De esta misma manera podemos tomar desde casa todos los rumbos de una ruta que vayamos a realizar, teniendo en cuenta que hay que orientar el mapa (nunca sobre una mesa metálica) y trazar líneas rectas sobre los puntos por donde vayamos a pasar, sin olvidar los cambios radicales de dirección. Entre punto y punto elegiremos el rumbo, como hemos hecho anteriormente, colocando la brújula sobre la línea, haciendo coincidir la flecha orientadora y aguja imantada y apuntando el dato o rumbo que nos dé en cada caso. También podemos dejar preparada la ruta a la inversa, por si nos vemos obligados a dar la vuelta. Para esto solo tendremos que sumar a cada rumbo 180º y obtener toda la ruta como si la realizásemos al revés.

Cómo seguir un itinerario con brújula

En ocasiones nos podemos ver obligados a orientarnos dependiendo totalmente de la brújula, de manera que tendremos que seguir un rumbo durante largas distancias. Introduciremos el rumbo que necesitamos en la brújula (haciendo coincidir el dato numérico con la raya de la flecha de dirección): éste puede ser un dato que ya tengamos de antemano o que saquemos del mapa. Seguidamente rotaremos nuestro cuerpo hasta hacer coincidir la flecha orientadora con la aguja imantada. De esta manera la flecha de dirección nos dará un punto de referencia en el camino hasta el que tendremos que seguir y repetiremos la misma operación tantas veces como sea necesario hasta llegar al objetivo. Usando esta técnica podemos provocar un error voluntario a propósito. Por ejemplo, desviándonos a la parte superior de un río para encontrar un puente de manera que cuando encontremos el rió solamente tengamos que seguir la corriente para encontrar el puente, sin volvernos locos si tenemos que subir o bajar el río.

Si queremos hacer una orientación precisa con rumbo de brújula, lo ideal es recorrer distancias muy cortas y tomar el rumbo continuamente. Para esto sería interesante saber cuantos pasos damos en una determinada distancia teniendo en cuenta si el terreno es llano, de subida o bajada. Por ejemplo, medir un recorrido en el mapa con distintos tipos de pendientes y contar los pasos a un ritmo normal…

Orientación con escasa visibilidad

Para orientarnos con escasa visibilidad es imprescindible la brújula ya que no tenemos puntos de referencia y la tendencia es dar vueltas en un mismo sector. Lo ideal para evitar esto es encordarnos con nuestro compañero: nos evitará perdernos y podremos utilizarle como punto de referencia durante la progresión.

En primer lugar, el compañero deberá avanzar en la dirección del recorrido que tenemos que realizar y se parará cuando empecemos a perderle de vista. Introducimos el rumbo elegido en la brújula para realizar el recorrido con precisión, haciendo coincidir la flecha orientadora con la aguja imantada y colocando a nuestro compañero justo delante de la flecha de dirección. Llegado este momento podemos hacer dos cosas:

- Caminar hasta nuestro compañero y repetir la operación.

- Caminar de manera simultanea utilizando el cordino o cuerda como una prolongación de la flecha de dirección, comunicándonos continuamente con nuestro compañero por si tiene que ir a la izquierda o a la derecha. Esta última conviene practicarla con buena visibilidad ya que un fallo o despiste nos puede perder del todo.

Encontrar nuestra posición en el mapa. Triangulación

Para saber donde nos encontramos mirando un mapa necesitamos tomar varias referencias (al menos dos o tres) que se vean y se diferencien claramente (picos, collados, etc.). Tienen que ser elementos altos o fáciles de distinguir respecto al paisaje. Lo normal es elegir el pico más alto que veamos y distinguirlo respecto a los demás en el mapa. Apuntamos con la flecha de dirección al pico, giramos el limbo hasta hacer coincidir la flecha orientadora con la aguja imantada. Nos dará un rumbo (el que marca la flecha de dirección), al cual le sumaremos 180º (rumbo inverso) Ej. 55º + 180º =235º que es como tomar el rumbo desde el pico hasta nosotros.

Con el mapa orientado en el suelo, introduciremos el rumbo de la suma en la brújula, apoyaremos el canto de la base de la brújula sobre el pico y giraremos ésta hasta coincidir la flecha orientadora con la aguja imantada. Una vez hecho esto trazaremos una línea con un lápiz. Seguidamente repetiremos la misma orientación con otro punto identificativo en el paisaje y cuando tracemos la línea desde ese punto veremos como se cruza con la anterior de manera que nos dirá el lugar exacto dónde nos encontramos. Si queremos ser más preciso y asegurar nuestra posición podemos hacer esto con un tercer punto. En caso de que no se crucen en ningún punto, repetiremos la operación y veremos si el pico del paisaje es realmente el que hemos elegido en el mapa. (Ver foto 3).

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