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ETB se aleja de sus objetivos de audiencia

Aitor Guenaga

Sostiene un exresponsable del ente público vasco que “EiTB es como el Titanic, un barco a la deriva, resquebrajado por dentro”, sin una dirección clara y con el ‘mal de las audiencias’ como si fuera una plaga ya endémica para una televisión cuyo canal en euskera no resulta atractivo ni para los euskaldunes. Un segmento de población, el de las personas que hablan euskera, que cada vez más prefiere ver programas en canales nacionales o seguir los informativos en ETB 2 o incluso saltar a la oferta de Telecinco, el referente televisivo en Euskadi que sigue al alza, según las últimas audiencias de octubre: un 31,4, frente al 25,7 de Antena 3, el 15,5% de TVE y el 12,0 de todo el grupo ETB. Además, el canal de ETB en castellano ha retrocedido al quinto puesto en octubre por detrás también de la Sexta. “Las curvas de audiencia de ETB son de encefalograma plano”, señala.

Así, en el último mes ETB 2 retrocede 3 décimas sobre el resultado obtenido en el mes de septiembre de 2014 y obtiene solo un 8,6 por ciento de 'share' con lo que eleva su diferencial sobre la anterior etapa, dirigida por Alberto Surio – los doce últimos meses – a 1,6 puntos. Y además, pierde el liderazgo de los informativos de la noche en favor de Telecinco. Teleberri 2 obtuvo en septiembre una media del 15,4 de share y 117.000 espectadores. Informativos 21:00 de Telecinco marcó en Euskadi una media de 15,9% y 119.000 espectadores. Y ETB 1, no consigue que el modelo de televisión impulsado por Iturbe se imponga entre la ciudadanía vasca. A pesar de la fuerte inversión recibida en el periodo 2013-2014, (entre cinco y siete millones para programas) termina octubre con el 1,6 por ciento de 'share', tres décimas menos que en septiembre y cuatro menos que en el último año de la dirección anterior. De hecho, ETB 1 termina el mes, entre la audiencia vasca, por detrás de cadenas como La 2 (3,4%), Factoría de Ficción (2,6%), Divinity (2,2%), Nova (2%), Clan (1,9%) y empata con Discovery Max.

¿Por qué ante este panorama de audiencias, el lehendakari, Íñigo Urkullu, se ata al mástil de una EiTB liderada por una directora general que ha perdido todos los apoyos en la Cámara vasca más allá de los parlamentarios del PNV? ¿Cómo es posible que Urkullu haya empeñado su palabra al asegurar en sede parlamentaria que ETB acabará este año con un share (audiencia) del 13% sumando todos sus canales?

Lo dijo el pasado 14 de noviembre, después de un par de semanas ‘horribilis’ para los intereses del ente y su directora general, Maite Itube, vapuleada por la oposición y por la realidad a partes iguales. Salvada ‘in extremis’ por EH Bildu de una exigencia de dimisión comandada por el PSE –el mismo partido que le aupó a su puesto actual- y, además, con una huelga de una semana en Radio Euskadi contra la destrucción de empleo inédita en la historia de la radio pública vasca. Primero fue EH Bildu la que salió a su rescate y después el propio lehendakari.

“Ni hinchando y maquillando los datos como ya están haciendo al sumar a los tres canales ETB 1, ETB 2 y ETB 3, el punto que supuestamente está dando ETB Sat [la antigua K-Sat y ahora denominada por sorpresa y sin anuncio ETB 4] se podría alcanzar ese objetivo del que habla el lehendakari”, señala un observador imparcial. Otra persona que conoce bien el medio televisivo y está acostumbrada a diseccionar los datos de las audiencias avanza: “Si ETB quiere igualar este año los datos de 2012, Urkullu debería saber que ETB 1 debe hacer una media de 2,1 en los meses de noviembre y diciembre y ETB 2 un 12%. Hasta el 14 de noviembre, la media de este undécimo mes es de 1,5 para ETB 1 y 8,1 para ETB 2. Desde luego, con estos números en la mano será muy complicado cumplir las previsiones del lehendakari”.

Hacer más con menos

El año pasado, el Gobierno vasco tuvo que inyectar varios millones de euros (al menos 2,6 millones) para que EiTB finalizara 2013 sin deuda. Al final, recibió 109,1 millones de euros y vio incrementado su presupuesto inicial de 121,7 millones hasta los 123,3 millones de euros. Para 2015, el Ejecutivo vasco prevé aumentar la subvención pública un 2,1%, que será de 109,8 millones de euros frente a los 107,63 presupuestados para 2014. El PSE recuerda que esta EiTB “en estado comatoso”, de la que “huye la audiencia, en castellano y en euskera” y en la que “faltan ideas, proyectos y destreza en la gestión”, les cuesta a cada vasco 50 euros anuales.

El lehendakari se defiende, paradójicamente, con un lema de la etapa socialista: en EiTB se hace ahora más con menos. “En momentos de menor disposición de recursos está consiguiendo mantener los resultados (…) contando con un 12% menos de dinero –al pasar de 139 millones a 122- y con la misma plantilla -979 personas-.

Miguel Ángel Idígoras fue el director de ETB en la etapa del lehendakari Patxi López. Todavía recuerda con nitidez como el PNV tensó la cuerda al máximo con las audiencias de ETB en un momento en el que la irrupción de la TDT había roto los shares de todas las televisiones, autonómicas o generalistas. No en vano hoy en día, la celdilla en la que colocan a las televisiones temáticas y otras se lleva de media este año el 33,7% del pastel total de audiencia.

“Pese a la TDT, la desafección del mundo nacionalista ante la llegada del Gobierno socialista al ente, los recortes, etc… al final de nuestro mandato dejamos unos niveles de audiencia relevantes. Nuestra apuesta por programas como Euskadi Directo, otro tipo de informativos, unos debates políticos más desenfadados, con un poco de show, pero sin ser frívolos, el cocinero… funcionaron. Ahora han vuelto al esquema tocho, están sin cintura en la programación y han dilapidado el tono moderno y desenfadado”, sostiene Idígoras.

Al echar la vista atrás, Idígoras también hace autocrítica: “Tuvimos la gran oportunidad de hacer una cosa diferente en ETB, pero al final fue un timo. No contamos con todo el respaldo del Gobierno vasco. El lehendakari desde el primer día dijo que ETB era muy cara. Y aun así imprimimos una ciaboga frente a lo que hasta entonces había sido la televisión vasca: un altavoz del nacionalismo en el que funcionaba un pacto entre el PNV y la izquierda abertzale. Un acuerdo en el que los segundos no tenían intención de gobernar la nave, sino que estaban más preocupados de las condiciones sociales y laborales de la plantilla, al tiempo que le forzaban a los peneuvistas en la carga ideológica soberanista todo lo que podían. En ETB había un pacto implícito entre Andoni Ortuzar y la izquierda abertzale y LAB que era perfecto para ambas partes”, rubrica Idígoras.

Una situación que recoge una de las personas que se sienta actualmente en el Consejo de Administración de EiTB. “Maite Iturbe me reconoció un día que ETB 1 y Euskadi Irratia eran el barrio de favelas abertzale donde no entra ni la Guardia Civil. No empleó esas palabras, claro, pero la idea era esa”.

Habrá que esperar a ver qué futuro depara al ente público. Conocer, con las audiencias en la mano, si las apuestas de Eduardo Barinaga, nuevo rector de ETB desde el pasado 23 de julio tras la salida de Pello Sarasola, sirven para taponar la herida. O si, como algunos sostienen, el cuarteto de cuerda seguirá tocando una pieza de tono triste y mortecino mientras el Titanic, a la deriva, se hunde irremisiblemente en el fondo del océano.

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